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¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones(A)?
Porque esto se te debe.
Porque entre todos los sabios de las naciones,
Y en todos sus reinos(B),
No hay nadie como Tú(C).
Pero ellos a una son torpes y necios(D)
En su enseñanza de vanidades[a], pues su ídolo es un leño.
Plata(E) laminada es traída de Tarsis(F)
Y oro de Ufaz(G).
Ese ídolo es obra de un artífice y de las manos de un orfebre;
Su vestido es de violeta y púrpura;
Todo ello obra de peritos(H).

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Footnotes

  1. Jeremías 10:8 O ídolos.