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    y sobre mi montaña a campo abierto.

»Entregaré como botín tu riqueza,
    tus tesoros y tus santuarios paganos,
por todos tus pecados
    en todo tu territorio.
Por tu culpa perderás la herencia
    que yo te había dado.
Te haré esclava de tus enemigos,
    en un país para ti desconocido,
porque has encendido mi ira,
    la cual se mantendrá ardiendo para siempre».

Así dice el Señor:

«¡Maldito el hombre que confía en el hombre!
    ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza
    y aparta su corazón del Señor!

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