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»Pero no me obedecisteis —afirma el Señor—, sino que me irritasteis con la obra de vuestras manos, para vuestra propia desgracia.

»Por eso, así dice el Señor Todopoderoso: “Por cuanto no habéis obedecido mis palabras, yo haré que vengan todos los pueblos del norte, y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna desolación! —afirma el Señor—.

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