Add parallel Print Page Options

Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad?
    Golpeaste a esa gente, y no les dolió,
    acabaste con ellos, y no quisieron ser corregidos.
Endurecieron su rostro más que una roca,
    y no quisieron arrepentirse.
Entonces pensé: «Así es la plebe;
    siempre actúan como necios,
porque no conocen el camino del Señor
    ni las demandas de su Dios.
Me dirigiré a los líderes
    y les hablaré;
porque ellos sí conocen el camino del Señor
    y las demandas de su Dios».
Pero ellos también quebrantaron el yugo
    y rompieron las ataduras.

Read full chapter