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Segundo ciclo de discursos (15—21)

Sus desafíos condenan a Job

15 Elifaz de Temán respondió así:

¿Da un sabio respuestas vanas?
¿Llena su vientre de viento del este?
¿Propone argumentos inútiles,
palabras que no valen nada?
Peor tú, que te muestras impío
y anulas así los coloquios con Dios.
Tu pecado inspira tus palabras,
usas el lenguaje de la astucia.
Tu boca te condena, no yo;
tus labios testifican contra ti.
¿Eres el primogénito de la humanidad
y te engendraron antes que a las colinas?
¿Has asistido al consejo divino?
¿Sólo tú posees sabiduría?
¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos,
qué entiendes tú que nosotros no entendamos?
10 Entre nosotros hay ancianos venerables,
más repletos de días que tu padre.
11 ¿Te sabe a poco el consuelo de Dios,
las amables palabras que escuchas?
12 ¿Por qué dejas que te domine la pasión
y miras con ojos desorbitados,
13 haciendo a Dios objeto de tu cólera
y lanzando esas palabras por tu boca?
14 ¿Qué es el ser humano para sentirse puro,
el nacido de mujer para creerse inocente?
15 Si Dios no confía en sus santos
ni le parecen puros los cielos,
16 ¿qué decir del infame y corrompido,
del ser humano que se sacia de maldad?
17 Escúchame, que quiero hablarte,
voy a decirte lo que he visto,
18 lo que han contado los sabios
y han transmitido sus antepasados,
19 aquellos a quienes entregaron el país,
cuando no había mezcla de extranjeros.
20 El malvado vive entre tormentos,
al tirano le esperan años contados;
21 le zumban los oídos con ecos de terrores,
lo asalta el Devastador mientras vive en paz.
22 Que no piense que escapará de las tinieblas,
pues está destinado a la espada;
23 desechado como pasto de buitres,
sabe que es cierta su ruina.
24 Los días tenebrosos lo aterran,
lo atenazan angustia y ansiedad,
como a un rey que se lanza al ataque.
25 Y es que alzó su mano contra Dios
e intentó retar al Todopoderoso,
26 arremetiendo directo contra él
tras la maciza panza de su escudo.
27 Aunque rebosen grasa sus carrillos
y el sebo forre sus lomos,
28 vivirá en pueblos arruinados,
en casas donde nadie habita,
destinadas a ser escombreras.
29 No se enriquecerá ni durarán sus bienes,
no crecerán sus posesiones sobre la tierra.
30 No podrá huir de la oscuridad,
una llama secará sus brotes,
el viento barrerá sus renuevos.
31 Que no confíe en su buena talla,
pues su rama acabará fracasando.
32 Antes de tiempo se marchitará,
sus ramas no reverdecerán.
33 Será viña cuyas uvas no maduran,
olivo que pierde sus flores.
34 No da frutos la casta de los impíos,
el fuego consume sus hogares.
35 Quien se preña de maldad, pare desgracia;
en su vientre se prepara la decepción.

Elifaz reprende a Job

15 Respondió Elifaz temanita, y dijo:

¿Proferirá el sabio vana sabiduría,

Y llenará su vientre de viento solano?

¿Disputará con palabras inútiles,

Y con razones sin provecho?

Tú también disipas el temor,

Y menoscabas la oración delante de Dios.

Porque tu boca declaró tu iniquidad,

Pues has escogido el hablar de los astutos.

Tu boca te condenará, y no yo;

Y tus labios testificarán contra ti.

¿Naciste tú primero que Adán?

¿O fuiste formado antes que los collados?

¿Oíste tú el secreto de Dios,

Y está limitada a ti la sabiduría?

¿Qué sabes tú que no sepamos?

¿Qué entiendes tú que no se halle en nosotros?

10 Cabezas canas y hombres muy ancianos hay entre nosotros,

Mucho más avanzados en días que tu padre.

11 ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios,

Y las palabras que con dulzura se te dicen?

12 ¿Por qué tu corazón te aleja,

Y por qué guiñan tus ojos,

13 Para que contra Dios vuelvas tu espíritu,

Y saques tales palabras de tu boca?

14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio,

Y para que se justifique el nacido de mujer?

15 He aquí, en sus santos no confía,

Y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos;

16 ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil,

Que bebe la iniquidad como agua?

17 Escúchame; yo te mostraré,

Y te contaré lo que he visto;

18 Lo que los sabios nos contaron

De sus padres, y no lo encubrieron;

19 A quienes únicamente fue dada la tierra,

Y no pasó extraño por en medio de ellos.

20 Todos sus días, el impío es atormentado de dolor,

Y el número de sus años está escondido para el violento.

21 Estruendos espantosos hay en sus oídos;

En la prosperidad el asolador vendrá sobre él.

22 Él no cree que volverá de las tinieblas,

Y descubierto está para la espada.

23 Vaga alrededor tras el pan, diciendo: ¿En dónde está?

Sabe que le está preparado día de tinieblas.

24 Tribulación y angustia le turbarán,

Y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla,

25 Por cuanto él extendió su mano contra Dios,

Y se portó con soberbia contra el Todopoderoso.

26 Corrió contra él con cuello erguido,

Con la espesa barrera de sus escudos.

27 Porque la gordura cubrió su rostro,

E hizo pliegues sobre sus ijares;

28 Y habitó las ciudades asoladas,

Las casas inhabitadas,

Que estaban en ruinas.

29 No prosperará, ni durarán sus riquezas,

Ni extenderá por la tierra su hermosura.

30 No escapará de las tinieblas;

La llama secará sus ramas,

Y con el aliento de su boca perecerá.

31 No confíe el iluso en la vanidad,

Porque ella será su recompensa.

32 Él será cortado antes de su tiempo,

Y sus renuevos no reverdecerán.

33 Perderá su agraz como la vid,

Y derramará su flor como el olivo.

34 Porque la congregación de los impíos será asolada,

Y fuego consumirá las tiendas de soborno.

35 Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad,

Y en sus entrañas traman engaño.

Segundo discurso de Elifaz

15 Replicó entonces Elifaz de Temán:

«El sabio no responde con vana sabiduría
    ni da respuestas en el aire.[a]
Tampoco discute con argumentos vanos
    ni con palabras huecas.
Tú, en cambio, restas valor al temor a Dios
    y tomas a la ligera la devoción que él merece.
Tu maldad pone en acción tu boca;
    hablas igual que la gente astuta.
Tu propia boca te condena, no la mía;
    tus propios labios atestiguan contra ti.

»¿Eres acaso el primer hombre que ha nacido?
    ¿Naciste acaso antes que los montes?
¿Tienes parte en el consejo de Dios?
    ¿Acaso eres tú el único sabio?
¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos?
    ¿Qué has percibido que nosotros ignoremos?
10 Las canas y la edad están de nuestra parte;
    tenemos más experiencia que tu padre.
11 ¿No te basta que Dios mismo te consuele
    y que se te hable con cariño?
12 ¿Por qué te dejas llevar por el enojo?
    ¿Por qué te relampaguean los ojos?
13 ¿Por qué desatas tu enojo contra Dios
    y das rienda suelta a tu lengua?

14 »¿Qué es el hombre para creerse puro
    y el nacido de mujer para alegar inocencia?
15 Si Dios no confía ni en sus santos
    y ni siquiera considera puros a los cielos,
16 ¡cuánto menos confiará en el hombre,
    que es vil y corrupto y tiene sed del mal![b]

17 »Escúchame y te lo explicaré;
    déjame decirte lo que he visto.
18 Es lo que han declarado los sabios
    sin ocultar nada de lo aprendido de sus antepasados.
19 Solo a ellos se les dio la tierra
    y ningún extraño pasó entre ellos.
20 El impío se ve atormentado toda la vida;
    el violento tiene sus años contados.
21 Sus oídos perciben sonidos espantosos;
    cuando está en paz, los salteadores lo atacan.
22 No espera escapar de las tinieblas;
    condenado está a morir a filo de espada.
23 Vaga sin rumbo; es comida de los buitres;[c]
    sabe que el día de las tinieblas le ha llegado.
24 La desgracia y la angustia lo llenan de terror;
    lo abruman como si un rey fuera a atacarlo
25 y todo por levantar el puño contra Dios
    y atreverse a desafiar al Todopoderoso.
26 Contra Dios se lanzó desafiante,
    blandiendo grueso y resistente escudo.

27 »Aunque su rostro esté hinchado de grasa
    y le sobre carne en la cintura,
28 habitará en lugares desolados,
    en casas deshabitadas,
    en casas a punto de derrumbarse.
29 Dejará de ser rico; no durarán sus riquezas
    ni se extenderán sus posesiones en la tierra.
30 No podrá escapar de las tinieblas;
    una llama de fuego marchitará sus renuevos
    y el aliento de Dios lo arrebatará.
31 Que no se engañe ni confíe en cosas vanas,
    porque nada obtendrá a cambio de ellas.
32 Antes de que muera recibirá su merecido
    y sus ramas no reverdecerán.
33 Quedará como vid que pierde sus uvas agrias,
    como olivo que no llega a florecer.
34 La compañía de los impíos no es de provecho;
    ¡las moradas de los que aman el soborno serán consumidas por el fuego!
35 Conciben iniquidad y dan a luz maldad;
    en su vientre se genera el engaño».

Footnotes

  1. 15:2 ni da respuestas en el aire. Lit. llena su vientre con el viento del este.
  2. 15:16 tiene sed del mal. Lit. bebe como agua el mal.
  3. 15:23 rumbo … buitres. Alt. rumbo, en busca de alimento.