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Tercera participación de Elifaz

22 Entonces respondió Elifaz:

«Tú podrás ser muy sabio,
pero eso a Dios no le sirve de nada.
Nada gana el Dios todopoderoso
con que seas un hombre bueno.
Si realmente obedecieras a Dios,
él no te reclamaría nada.
¡Pero tu maldad es demasiada,
y tus pecados ni se pueden contar!
Y hasta por deudas pequeñas
exigiste ropa en garantía,
¡y dejaste desnudo al pobre!
No dabas agua al que tenía sed,
ni comida al que tenía hambre.
Fuiste un hombre poderoso
que se adueñó de la tierra;
a las viudas no les diste nada,
y a los huérfanos les quitaste todo.
10 Por eso ahora te ves atrapado,
y de pronto te asustas,
11 como si anduvieras en la oscuridad,
o la corriente de un río te arrastrara.

12 »Dios está en los cielos,
entre las altas y lejanas estrellas.
13-14 Vive entre espesas nubes,
pero eso no le impide
ver y saber lo que haces.
Si crees que no puede vernos,
recuerda que él recorre el cielo
de un extremo al otro.

15 »Si quieres seguir
el ejemplo de los malvados,
16 recuerda que ellos murieron
en plena juventud,
cuando un río destruyó sus casas.
17-18 Aunque el Dios todopoderoso
les dio todo lo mejor,
ellos le exigieron
que los dejara tranquilos.
No creyeron que él los castigaría.
¡Pero yo no pienso como ellos!

19 »La gente buena e inocente
se burla de los malvados,
y al verlos en desgracia dicen:
20 “¡El fuego ha destruido
las riquezas de nuestros enemigos!”

21 »Job, ponte en paz con Dios;
y él te hará prosperar de nuevo.
22-23 Vuelve la mirada al Todopoderoso;
apréndete de memoria sus enseñanzas,
y él te devolverá la felicidad.
24-25 Arroja entre las piedras de los ríos
todo el oro y la plata que tienes,
y tu riqueza será Dios mismo.
26 Él te hará muy feliz,
y ya no sentirás vergüenza.
27 Si tú le cumples tus promesas,
él escuchará tus oraciones;
28 entonces te irá bien
en todo lo que hagas,
y tu vida estará siempre iluminada.
29 Dios humilla a los orgullosos,
y levanta a los humildes.
30 Dios salva al que es inocente;
si tú lo eres, también te salvará».

Elifaz acusa a Job de gran maldad

22 Respondió Elifaz temanita, y dijo:

¿Traerá el hombre provecho a Dios?

Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio.

¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado,

O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?(A)

¿Acaso te castiga,

O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad?

Por cierto tu malicia es grande,

Y tus maldades no tienen fin.

Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa,

Y despojaste de sus ropas a los desnudos.

No diste de beber agua al cansado,

Y detuviste el pan al hambriento.

Pero el hombre pudiente tuvo la tierra,

Y habitó en ella el distinguido.

A las viudas enviaste vacías,

Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.

10 Por tanto, hay lazos alrededor de ti,

Y te turba espanto repentino;

11 O tinieblas, para que no veas,

Y abundancia de agua te cubre.

12 ¿No está Dios en la altura de los cielos?

Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.

13 ¿Y dirás tú: Qué sabe Dios?

¿Cómo juzgará a través de la oscuridad?

14 Las nubes le rodearon, y no ve;

Y por el circuito del cielo se pasea.

15 ¿Quieres tú seguir la senda antigua

Que pisaron los hombres perversos,

16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo,

Cuyo fundamento fue como un río derramado?

17 Decían a Dios: Apártate de nosotros.

¿Y qué les había hecho el Omnipotente?

18 Les había colmado de bienes sus casas.

Pero sea el consejo de ellos lejos de mí.

19 Verán los justos y se gozarán;

Y el inocente los escarnecerá, diciendo:

20 Fueron destruidos nuestros adversarios,

Y el fuego consumió lo que de ellos quedó.

21 Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz;

Y por ello te vendrá bien.

22 Toma ahora la ley de su boca,

Y pon sus palabras en tu corazón.

23 Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado;

Alejarás de tu tienda la aflicción;

24 Tendrás más oro que tierra,

Y como piedras de arroyos oro de Ofir;

25 El Todopoderoso será tu defensa,

Y tendrás plata en abundancia.

26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente,

Y alzarás a Dios tu rostro.

27 Orarás a él, y él te oirá;

Y tú pagarás tus votos.

28 Determinarás asimismo una cosa, y te será firme,

Y sobre tus caminos resplandecerá luz.

29 Cuando fueren abatidos, dirás tú: Enaltecimiento habrá;

Y Dios salvará al humilde de ojos.

30 Él libertará al inocente,

Y por la limpieza de tus manos este será librado.