Sigue luego el rugido majestuoso de su voz;
    ¡ella resuena y no retiene sus rayos!

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Tras su luz se oye un bramido
que estalla con majestuoso furor;
al escucharlo, nadie puede sostenerse.

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Dios hace tronar su voz
    y se producen maravillas:
¡Dios hace grandes cosas
    que rebasan nuestra comprensión!

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Dios deja oír su voz atronadora
y hace grandes cosas que no logramos entender.

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¿Tienes acaso un brazo como el mío?
    ¿Puede tu voz tronar como la mía?

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¿Tienes acaso el mismo poder que yo?
¿Puede tu voz resonar como la mía?

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13 En el cielo, entre granizos y carbones encendidos,
    se oyó el trueno del Señor;
    resonó la voz del Altísimo.

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13 El Señor lanzó un poderoso trueno;
el Altísimo dejó escuchar su voz
en medio de ascuas y granizos.

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La voz del Señor está sobre las aguas;
    resuena el trueno del Dios de la gloria;
    el Señor está sobre las aguas impetuosas.

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La voz del Señor resuena sobre las aguas.
El Dios de la gloria hace oír su voz.
El Señor está sobre las muchas aguas.

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18 Tu estruendo retumbó en el torbellino
    y tus relámpagos iluminaron el mundo;
    la tierra se estremeció con temblores.

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18 resonó en el torbellino la voz de tu trueno;
tus relámpagos iluminaron el mundo,
y la tierra tembló y se estremeció.

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Pero a tu reprensión huyeron las aguas;
    ante el estruendo de tu voz se dieron a la fuga.

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pero las reprendiste, y huyeron;
al escuchar tu voz, bajaron presurosas.

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24 »Les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.

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24 De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida.

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25 Les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.

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25 De cierto, de cierto les digo: La hora viene, y ya llegó, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan vivirán.

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