Tercer discurso de Job

Job entonces respondió:

«Aunque sé muy bien que esto es cierto,
    ¿cómo puede un mortal justificarse ante Dios?
Si uno quisiera disputar con él,
    de mil cosas no podría responderle una sola.
Profunda es su sabiduría, vasto su poder.
    ¿Quién puede desafiarlo y salir bien librado?
Él mueve montañas sin que estas lo sepan,
    y en su enojo las trastorna.
Él remueve los cimientos de la tierra
    y hace que se estremezcan sus columnas.
Reprende al sol y su brillo se apaga;
    eclipsa la luz de las estrellas.
Él se basta para extender los cielos;
    somete a su dominio las olas del mar.
Él creó la Osa Mayor y el Orión,
    las Pléyades y las constelaciones del sur.
10 Él realiza maravillas insondables,
    portentos que no pueden contarse.
11 Si pasara junto a mí, no podría verlo;
    si se alejara, no alcanzaría a percibirlo.
12 Si de algo se adueñara, ¿quién lo haría desistir?
    ¿Quién puede cuestionar sus actos?
13 Dios no contiene su enojo;
    aun Rahab y sus secuaces se postran a sus pies.

14 »¿Cómo entonces podré yo responderle?
    ¿Dónde hallar palabras para contradecirle?
15 Aunque fuera yo inocente, no puedo defenderme;
    de mi Juez solo puedo pedir misericordia.
16 Y aunque lo llamara y me respondiera,
    no creo que me concedería audiencia.
17 Me despedazaría con una tormenta
    y por la menor cosa multiplicaría mis heridas.
18 No me dejaría recobrar el aliento;
    más bien, me saturaría de amargura.
19 Si de fuerza se trata, ¡él es más poderoso!
    Si es cuestión de juicio, ¿quién lo[a] hará comparecer?
20 Aun siendo inocente, me condenará mi boca;
    aun siendo íntegro, resultaré culpable.

21 »Soy íntegro, pero ya no me importa;
    tengo en poco mi propia vida.
22 Todo es lo mismo; por eso digo:
    “Al íntegro y al malvado destruye por igual”.
23 Si alguna plaga acarrea la muerte repentina,
    él se burla de la angustia del inocente.
24 Si algún malvado se apodera de un terreno,
    él tapa los ojos a los jueces.
    Si no lo hace él, ¿entonces quién?

25 »Transcurren mis días con más rapidez que un corredor;
    vuelan sin que hayan conocido la dicha.
26 Se deslizan como barcas de papiro,
    como veloces águilas al caer sobre su presa.
27 Si acaso digo: “Olvidaré mi queja,
    cambiaré de expresión, esbozaré una sonrisa”,
28 me queda el miedo de tanto sufrimiento,
    pues bien sé que no me consideran inocente.
29 Y ya que me tienen por culpable,
    ¿para qué voy a luchar en vano?
30 Aunque me bañe con jabón[b]
    y me limpie las manos con lejía,
31 tú me lanzarás al muladar,
    ¡y hasta mis ropas me aborrecerán!

32 »Dios no es hombre como yo,
    para que le responda y juntos comparezcamos ante un tribunal.
33 ¡No hay un mediador aquí
    que decida el caso entre nosotros dos!
34 ¡No hay quien aleje de mí la vara de Dios
    para que ya no me asuste su terror!
35 Quisiera hablar sin temor,
    pero no puedo hacerlo.

Footnotes

  1. 9:19 lo (LXX); me (TM).
  2. 9:30 jabón. Alt. nieve.

Incapacidad de Job para responder a Dios

Respondió Job, y dijo:

Ciertamente yo sé que es así;

¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?

Si quisiere contender con él,

No le podrá responder a una cosa entre mil.

Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas;

¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?

Él arranca los montes con su furor,

Y no saben quién los trastornó;

Él remueve la tierra de su lugar,

Y hace temblar sus columnas;

Él manda al sol, y no sale;

Y sella las estrellas;

Él solo extendió los cielos,

Y anda sobre las olas del mar;

Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades,(A)

Y los lugares secretos del sur;

10 Él hace cosas grandes e incomprensibles,

Y maravillosas, sin número.

11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré;

Pasará, y no lo entenderé.

12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir?

¿Quién le dirá: Qué haces?

13 Dios no volverá atrás su ira,

Y debajo de él se abaten los que ayudan a los soberbios.

14 ¿Cuánto menos le responderé yo,

Y hablaré con él palabras escogidas?

15 Aunque fuese yo justo, no respondería;

Antes habría de rogar a mi juez.

16 Si yo le invocara, y él me respondiese,

Aún no creeré que haya escuchado mi voz.

17 Porque me ha quebrantado con tempestad,

Y ha aumentado mis heridas sin causa.

18 No me ha concedido que tome aliento,

Sino que me ha llenado de amarguras.

19 Si habláremos de su potencia, por cierto es fuerte;

Si de juicio, ¿quién me emplazará?

20 Si yo me justificare, me condenaría mi boca;

Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo.

21 Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo;

Despreciaría mi vida.

22 Una cosa resta que yo diga:

Al perfecto y al impío él los consume.

23 Si azote mata de repente,

Se ríe del sufrimiento de los inocentes.

24 La tierra es entregada en manos de los impíos,

Y él cubre el rostro de sus jueces.

Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?

25 Mis días han sido más ligeros que un correo;

Huyeron, y no vieron el bien.

26 Pasaron cual naves veloces;

Como el águila que se arroja sobre la presa.

27 Si yo dijere: Olvidaré mi queja,

Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré,

28 Me turban todos mis dolores;

Sé que no me tendrás por inocente.

29 Yo soy impío;

¿Para qué trabajaré en vano?

30 Aunque me lave con aguas de nieve,

Y limpie mis manos con la limpieza misma,

31 Aún me hundirás en el hoyo,

Y mis propios vestidos me abominarán.

32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda,

Y vengamos juntamente a juicio.

33 No hay entre nosotros árbitro

Que ponga su mano sobre nosotros dos.

34 Quite de sobre mí su vara,

Y su terror no me espante.

35 Entonces hablaré, y no le temeré;

Porque en este estado no estoy en mí.