Joel 2:1-14
Nueva Traducción Viviente
Las langostas invaden como un ejército
2 ¡Toquen las trompetas en Jerusalén[a]!
¡Den la alarma en mi monte santo!
Que todos tiemblen de miedo
porque está cerca el día del Señor.
2 Es un día de oscuridad y penumbra,
un día de nubes densas y sombras profundas.
De repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas,
aparece un ejército grande y poderoso.
Nunca antes se había visto algo semejante,
ni volverá a verse jamás.
3 Fuego va delante del ejército
y llamas detrás.
Delante de ellos, la tierra se extiende
tan hermosa como el jardín del Edén.
Detrás solo queda desolación;
nada escapa.
4 Parecen caballos;
van a la carga como caballos de guerra.[b]
5 Mírenlos saltar a lo largo de las cumbres.
Escuchen el estruendo que producen, como el retumbar de carros de guerra,
como el rugir del fuego que arrasa los campos de hierba seca
o el despliegue de un poderoso ejército en batalla.
6 El miedo se apodera de la gente;
cada rostro palidece de terror.
7 Los agresores marchan como guerreros
y escalan los muros de la ciudad como soldados.
Marchan hacia adelante,
sin romper filas.
8 No se empujan unos a otros;
cada uno se mueve en la posición exacta.
Atraviesan las líneas de defensa
sin perder la formación.
9 Irrumpen en la ciudad
y corren a lo largo de sus muros.
Se meten en todas las casas;
como ladrones trepan por las ventanas.
10 La tierra tiembla mientras avanzan
y los cielos se estremecen.
El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas dejan de brillar.
11 El Señor va a la cabeza de la columna;
con un grito los guía.
Este es su ejército poderoso
y ellos siguen sus órdenes.
El día del Señor es algo imponente y pavoroso.
¿Quién lo podrá sobrevivir?
Un llamado al arrepentimiento
12 Por eso dice el Señor:
«Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo;
entréguenme su corazón.
Acérquense con ayuno, llanto y luto.
13 No se desgarren la ropa en su dolor
sino desgarren sus corazones».
Regresen al Señor su Dios,
porque él es misericordioso y compasivo,
lento para enojarse y lleno de amor inagotable.
Está deseoso de desistir y no de castigar.
14 ¿Quién sabe? Quizá les suspenda el castigo
y les envíe una bendición en vez de esta maldición.
Quizá puedan ofrendar grano y vino
al Señor su Dios, como lo hacían antes.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.