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Derramamiento del Espíritu de Dios

28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. 29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre,(A) antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. 32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo;(B)(C) porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.

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El día del Señor

28 »Después de esto,
    derramaré mi Espíritu sobre todo ser humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
    tendrán sueños los ancianos
    y los jóvenes recibirán visiones.
29 En esos días derramaré mi Espíritu
    aun sobre los siervos y las siervas.
30 En el cielo y en la tierra mostraré prodigios:
    sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se convertirá en tinieblas
    y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
    día grande y terrible.
32 Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo,
porque en el monte Sión y en Jerusalén
    habrá salvación,
    como lo ha dicho el Señor.
Y entre los sobrevivientes
    estarán los llamados del Señor.

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