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Lo que dejó la oruga
se lo comió el saltón;
lo que dejó el saltón
se lo comió el revoltón;
y la langosta se comió
lo que el revoltón había dejado.

»Despertad, borrachos, y llorad;
gemid, todos los que bebéis vino,
porque el vino se os ha quitado de vuestra boca.
Porque un pueblo fuerte e innumerable
subió a mi tierra;
sus dientes son dientes de león,
y sus muelas, muelas de león.

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