Add parallel Print Page Options

Han arruinado mis viñedos y desgajado las higueras. ¡Las han derribado y pelado por completo! Llora, como llora desconsolada una joven novia porque han matado a su prometido.

Ya no hay cereales ni vino para llevar como ofrenda al templo del Señor. Por eso están de luto los sacerdotes que sirven al Señor, quienes ministran en su templo.

Read full chapter