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La plaga de langostas

Palabra del Señor que vino(A) a Joel(B), hijo de Petuel.

Oíd esto, ancianos,
y prestad oído(C), habitantes todos de la tierra(D).
¿Ha acontecido cosa semejante[a] en vuestros días,
o en los días de vuestros padres(E)?
Contadlo a vuestros hijos,
y vuestros hijos a sus hijos,
y sus hijos a la siguiente generación(F).

Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta;
lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón;
y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón(G).
Despertad, borrachos(H), y llorad,
y gemid todos los que bebéis vino,
a causa del vino dulce
que os es quitado de la boca(I).
Porque una nación ha subido contra mi tierra,
poderosa e innumerable(J);
sus dientes son dientes de león(K),
y tiene colmillos de leona.
Ha hecho de mi vid una desolación(L),
y astillas[b] de mi higuera.
Del todo las ha descortezado y derribado;
sus sarmientos se han vuelto blancos.

Laméntate como virgen ceñida de cilicio(M)
por el esposo de su juventud.
Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación
de la casa del Señor(N).
Están de duelo los sacerdotes,
los ministros del Señor(O).
10 El campo está asolado(P),
la tierra está de duelo,
porque el grano está arruinado,
el mosto se seca(Q),
y el aceite virgen se pierde.
11 Avergonzaos, labradores(R),
gemid, viñadores[c],
por el trigo y la cebada,
porque la cosecha del campo se ha perdido(S).
12 La vid se seca(T),
y se marchita la higuera;
también el granado(U), la palmera(V) y el manzano[d](W),
todos los árboles del campo se secan.
Ciertamente se seca la alegría(X)
de los hijos de los hombres.

13 Ceñíos de cilicio(Y),
y lamentaos, sacerdotes;
gemid(Z), ministros del altar.
Venid, pasad la noche ceñidos de cilicio(AA),
ministros de mi Dios,
porque sin ofrenda de cereal y sin libación
ha quedado la casa de vuestro Dios.
14 Promulgad[e] ayuno,
convocad asamblea(AB);
congregad a los ancianos(AC)
y a todos los habitantes de la tierra
en la casa del Señor vuestro Dios,
y clamad al Señor(AD).
15 ¡Ay de ese día(AE)!
Porque está cerca el día del Señor(AF),
y vendrá como destrucción del Todopoderoso[f](AG).
16 ¿No ha sido suprimido el alimento de delante de nuestros ojos(AH),
y la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios(AI)?
17 Las semillas[g] se han secado bajo los[h] terrones;
los almacenes han sido asolados,
los graneros derribados
porque se secó el grano(AJ).
18 ¡Cómo muge el ganado!
Andan vagando los hatos de vacas
porque no hay pasto[i] para ellas(AK);
hasta los rebaños de ovejas sufren[j].
19 A ti clamo, oh Señor(AL),
porque el fuego ha devorado los pastos del desierto,
y la llama ha consumido todos los árboles del campo(AM).
20 Aun las bestias del campo braman[k] por ti(AN),
porque se han secado los arroyos de agua(AO),
y el fuego ha devorado los pastos del desierto.

Footnotes

  1. Joel 1:2 Lit., esto
  2. Joel 1:7 O, tocón
  3. Joel 1:11 O, Los labradores se avergüenzan, los viñadores se lamentan
  4. Joel 1:12 O, albaricoque
  5. Joel 1:14 Lit., Consagrad
  6. Joel 1:15 Heb., Shaddai
  7. Joel 1:17 O, Los higos secos
  8. Joel 1:17 Lit., sus
  9. Joel 1:18 O, pastor
  10. Joel 1:18 Lit., soportan castigo
  11. Joel 1:20 Lit., anhelan

Devastación de la tierra por la langosta

Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel.

Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres? De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación. Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.

Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca. Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león,(A) y sus muelas, muelas de león. Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.

Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo. 10 El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite.

11 Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo. 12 La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.

13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

14 Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.

15 ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.(B) 16 ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?

17 El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo. 18 ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas.

19 A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo. 20 Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto.