4 En Él estaba[a] la vida(A), y la vida era la luz de los hombres(B).
5 Y la luz brilla en las tinieblas(A), y las tinieblas no la comprendieron[a].
9 Existía[a] la luz verdadera(A) que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre[b].
12 Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo(A); el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz(B) de la vida.
5 Y este es el mensaje que hemos oído de Él(A) y que os anunciamos: Dios es luz(B), y en Él no hay tiniebla alguna.
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