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Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer. El que no permanece en mí, será desechado como pámpano, y se secará; a éstos se les recoge y se les arroja al fuego, y allí arden.

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Permaneced en mí(A), y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto(B), porque separados de mí nada podéis hacer. Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento(C) y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman.

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28 Y ahora, hijitos, permanezcan en él para que, cuando se manifieste, tengamos confianza, y cuando venga no nos alejemos de él avergonzados.

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28 Y ahora, hijos[a](A), permaneced en Él, para que cuando se manifieste(B), tengamos confianza(C) y no nos apartemos de Él avergonzados[b](D) en su venida[c](E).

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Footnotes

  1. 1 Juan 2:28 O, hijitos
  2. 1 Juan 2:28 Lit., no seamos avergonzados de Él
  3. 1 Juan 2:28 O, en su presencia