16 »Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

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De tal manera amó Dios al mundo

16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

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El amor de Dios

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo(A), que dio a su Hijo unigénito[a](B), para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna(C).

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Footnotes

  1. Juan 3:16 O, único; i.e., único de su género

17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

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17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

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17 Porque Dios no envió(A) a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él(B).

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pero Jesús se fue al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. Entonces, los maestros de la Ley y los fariseos llevaron a una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio del grupo, dijeron a Jesús:

—Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la Ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?

Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo. Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:

—Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí. 10 Entonces él se incorporó y le preguntó:

—Mujer, ¿dónde están?[a] ¿Ya nadie te condena?

11 —Nadie, Señor.

Jesús dijo:

—Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.

Validez del testimonio de Jesús

12 Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo:

—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.

13 —Tú te presentas como tu propio testigo —alegaron los fariseos—, así que tu testimonio no es válido.

14 —Aunque yo sea mi propio testigo —respondió Jesús—, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. 15 Ustedes juzgan según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie. 16 Y si lo hago, mis juicios son válidos porque no los emito por mi cuenta, sino en unión con el Padre que me envió. 17 En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. 18 Yo soy testigo de mí mismo y el Padre que me envió también da testimonio de mí.

19 Ellos preguntaron:

—¿Dónde está tu padre?

Jesús respondió:

—Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre. Si me conocieran, también conocerían a mi Padre.

20 Estas palabras las dijo Jesús en el lugar donde se depositaban las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo. Pero nadie le echó mano, porque aún no había llegado su tiempo.

Yo no soy de este mundo

21 De nuevo Jesús les dijo:

—Yo me voy y ustedes me buscarán, pero en su pecado morirán. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.

22 Comentaban, por tanto, los judíos: «¿Acaso piensa suicidarse? ¿Será por eso que dice: “Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”?».

23 —Ustedes son de aquí abajo —continuó Jesús—; yo soy de allá arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo. 24 Por eso les he dicho que morirán en sus pecados, pues, si no creen que yo soy el que afirmo ser,[b] en sus pecados morirán.

25 —¿Quién eres tú? —le preguntaron.

—En primer lugar, ¿qué tengo que explicarles?[c] —contestó Jesús—. 26 Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió es veraz, y lo que le he oído decir es lo mismo que le repito al mundo.

27 Ellos no entendieron que les hablaba de su Padre. 28 Por eso Jesús añadió:

—Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado. 29 El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.

30 Mientras aún hablaba, muchos creyeron en él.

Los hijos de Abraham

31 Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo:

—Si se mantienen fieles a mis palabras, serán realmente mis discípulos; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

33 —Nosotros somos descendientes de Abraham —le contestaron—, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados?

34 —Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —afirmó Jesús—. 35 Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se queda en ella para siempre. 36 Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres. 37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham. Sin embargo, procuran matarme porque no está en sus planes aceptar mi palabra. 38 Yo hablo de lo que he visto en presencia del Padre; y ustedes hacen lo que de su padre han escuchado.

39 —Nuestro padre es Abraham —replicaron.

Entonces Jesús les contestó:

—Si fueran hijos de Abraham, harían lo mismo que él hizo. 40 Ustedes, en cambio, quieren matarme a mí, que les he expuesto la verdad que he recibido de parte de Dios. ¡Abraham jamás hizo algo así! 41 Las obras de ustedes son como las de su padre.

—Nosotros no somos hijos ilegítimos —le reclamaron—. Un solo Padre tenemos y es Dios mismo.

Los hijos del diablo

42 —Si Dios fuera su Padre —contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entienden mi modo de hablar? Porque no pueden aceptar mi palabra. 44 Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira! 45 Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen. 46 ¿Quién de ustedes me puede probar que soy culpable de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creen? 47 El que es de Dios escucha lo que Dios dice. Pero ustedes no escuchan, porque no son de Dios.

Declaración de Jesús acerca de sí mismo

48 —¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —replicaron los judíos.

49 —No estoy poseído por ningún demonio —contestó Jesús—. Tan solo honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran a mí. 50 Yo no busco mi propia gloria; pero hay uno que la busca y él es el juez. 51 Les aseguro que el que cumple mi palabra nunca morirá.

52 —¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —exclamaron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas, pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá. 53 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abraham? Él murió, y también murieron los profetas. ¿Quién te crees tú?

54 —Si yo me glorifico a mí mismo —les respondió Jesús—, mi gloria no significa nada. Pero quien me glorifica es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios, 55 aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes; pero lo conozco y cumplo su palabra. 56 Abraham, el padre de ustedes, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio y se alegró.

57 —Ni a los cincuenta años llegas —dijeron los judíos—, ¿y has visto a Abraham?

58 Jesús afirmó:

—Les aseguro que, antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!

59 Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió inadvertido del Templo.[d]

Footnotes

  1. 8:10 ¿dónde están? Var. ¿dónde están los que te acusaban?
  2. 8:24 el que afirmo ser. Alt. aquel; también en v. 28.
  3. 8:25 En primer … explicarles? Alt. Lo que desde el principio he venido diciéndoles.
  4. 8:59 Templo. Var. Templo atravesando por en medio de ellos, y así se fue.

y Jesús se fue al monte de los Olivos. Por la mañana Jesús volvió al templo, y todo el pueblo se le acercó; y él se sentó y les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida cometiendo adulterio. La pusieron en medio, y le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó apedrear a mujeres como ésta.(A) ¿Y tú, qué dices?» Ellos decían esto para ponerle una trampa, y así poder acusarlo. Pero Jesús se inclinó y, con el dedo, escribía en el suelo. Como ellos insistían en sus preguntas, él se enderezó y les dijo: «Aquel de ustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.» Y Jesús volvió a inclinarse, y siguió escribiendo en el suelo. Ellos, al oír esto, se fueron retirando uno a uno, comenzando por los más viejos y siguiendo por los más jóvenes. Sólo se quedó Jesús, y la mujer permanecía en medio. 10 Entonces Jesús se enderezó y le dijo: «Y, mujer, ¿dónde están todos? ¿Ya nadie te condena?» 11 Ella dijo: «Nadie, Señor.» Entonces Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y no peques más.»][a]

Jesús, la luz del mundo

12 En otra ocasión, Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo;(B) el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» 13 Entonces los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.»(C) 14 Jesús les respondió: «Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. 15 Ustedes juzgan según criterios humanos; yo no juzgo a nadie. 16 Y si acaso juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy sólo yo, sino el Padre, que me envió, y yo. 17 En la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. 18 Yo soy quien da testimonio de mí mismo, y el Padre, que me envió, da testimonio de mí.» 19 Ellos le dijeron: «¿Y dónde está tu Padre?» Jesús respondió: «Ustedes no me conocen a mí, ni tampoco conocen a mi Padre. Si me conocieran a mí, también conocerían a mi Padre.» 20 Jesús pronunció estas palabras en el lugar de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo; y nadie lo aprehendió, porque aún no había llegado su hora.

A donde yo voy, ustedes no pueden venir

21 Una vez más, Jesús les dijo: «Yo me voy, y ustedes me buscarán; pero en su pecado morirán. A donde yo voy, ustedes no pueden venir.» 22 Los judíos decían: «¿Acaso se matará a sí mismo? Pues dice: “A donde yo voy, ustedes no pueden venir.”» 23 Él les dijo: «Ustedes son de aquí abajo; yo soy de allá arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo. 24 Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si ustedes no creen que yo soy, en sus pecados morirán.» 25 Ellos le dijeron: «¿Y quién eres tú?» Jesús les respondió: «Lo que desde el principio les he dicho. 26 Mucho es lo que tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió es verdadero; y yo le digo al mundo lo que de él sé.» 27 Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre. 28 Entonces Jesús les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado al Hijo del Hombre, sabrán entonces que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que hablo según lo que el Padre me enseñó. 29 Porque el que me envió está conmigo, y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada.» 30 Luego de que él dijo estas cosas, muchos creyeron en él.

La verdad los hará libres

31 Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.» 33 Le respondieron: «Nosotros somos descendientes de Abrahán,(D) y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir: “Ustedes serán libres”?»

34 Jesús les respondió: «De cierto, de cierto les digo, que todo aquel que comete pecado, esclavo es del pecado. 35 Y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. 36 Así que, si el Hijo los liberta, serán verdaderamente libres. 37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abrahán; pero intentan matarme porque mi palabra no halla cabida en ustedes. 38 Yo hablo de lo que he visto con el Padre, pero ustedes hacen lo que han oído de parte de su padre.»

39 Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abrahán.» Jesús les dijo: «Si fueran hijos de Abrahán, harían las obras de Abrahán. 40 Pero ahora intentan matarme; a mí, que les he dicho la verdad, la cual he escuchado de Dios. Esto no lo hizo Abrahán. 41 Ustedes hacen las obras de su padre.» Entonces le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de un acto de inmoralidad. Tenemos un padre, que es Dios.» 42 Y Jesús les dijo: «Si su padre fuera Dios, ciertamente me amarían; porque yo he salido y he venido de Dios. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entienden mi lenguaje? Pues porque no pueden escuchar mi palabra. 44 Ustedes son de su padre el diablo, y quieren cumplir con los deseos de su padre, quien desde el principio ha sido un homicida. No se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de lo que le es propio; porque es mentiroso y padre de la mentira. 45 Pero a mí, que digo la verdad, no me creen. 46 ¿Quién de ustedes puede acusarme de haber pecado? Y si digo la verdad, ¿por qué no me creen? 47 El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; pero ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.»

La preexistencia de Cristo

48 Los judíos le respondieron: «¿Acaso no tenemos razón al decir que tú eres samaritano, y que tienes un demonio?» 49 Respondió Jesús: «Demonio no tengo. Yo lo que hago es honrar a mi Padre, pero ustedes me deshonran. 50 Y yo no busco mi gloria. Pero hay uno que la busca, y que juzga. 51 De cierto, de cierto les digo que, el que obedece mi palabra, nunca verá la muerte.» 52 Entonces los judíos le dijeron: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abrahán murió, lo mismo que los profetas; ¿y tú dices: “El que guarda mi palabra, nunca verá la muerte”? 53 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abrahán, el cual murió? ¡Y también los profetas murieron! ¿Quién te crees tú?» 54 Jesús respondió: «Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; pero el que me glorifica es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios. 55 Ustedes no lo conocen, pero yo sí lo conozco. Y si yo dijera que no lo conozco, sería un mentiroso como ustedes. Pero lo conozco, y obedezco su palabra. 56 Abrahán, el padre de ustedes, se alegró al saber que vería mi día. Y lo vio, y se alegró.» 57 Los judíos le dijeron: «Ni siquiera tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?» 58 Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: Antes de que Abrahán fuera, yo soy.» 59 Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.

Footnotes

  1. Juan 8:11 El texto entre corchetes sólo se halla en mss. tardíos.

La mujer sorprendida en adulterio

Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos(A). Y al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a Él; y sentándose, les enseñaba(B). Los escribas y los fariseos trajeron* a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, le dijeron*: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres(C); ¿tú, pues, qué dices? Decían esto, probándole(D), para tener de qué acusarle(E). Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó(F) y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero(G) en tirarle una piedra(H). E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose(I) Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? 11 Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno(J). Vete; desde ahora no peques más(K).

Jesús, la luz del mundo

12 Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo(L); el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz(M) de la vida. 13 Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero[a](N). 14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio(O) de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy(P); pero vosotros no sabéis de dónde vengo(Q) ni adónde voy. 15 Vosotros juzgáis según la carne[b](R); yo no juzgo a nadie(S). 16 Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que[c] me envió(T). 17 Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero[d](U). 18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí(V). 19 Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre(W). 20 Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro(X), cuando enseñaba en el templo(Y); y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora(Z).

Advertencias a los incrédulos

21 Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis(AA), y moriréis en vuestro pecado(AB); adonde yo voy, vosotros no podéis ir. 22 Por eso los judíos(AC) decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: «Adonde yo voy, vosotros no podéis ir(AD)»? 23 Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba(AE); vosotros sois de este mundo(AF), yo no soy de este mundo(AG). 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy[e](AH), moriréis en vuestros pecados(AI). 25 Entonces le decían: ¿Tú quién eres? Jesús les dijo: ¿Qué os he estado diciendo desde el principio[f]? 26 Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz(AJ); y yo, las cosas que oí de Él, estas digo al mundo(AK). 27 No comprendieron que les hablaba del Padre. 28 Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre(AL), entonces sabréis que yo soy[g](AM) y que no hago nada por mi cuenta(AN), sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó. 29 Y El que me envió está conmigo; no me ha dejado[h] solo(AO), porque yo siempre hago lo que le agrada(AP). 30 Al hablar estas cosas, muchos creyeron en Él(AQ).

Los verdaderos hijos de Abraham

31 Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra(AR), verdaderamente sois mis discípulos(AS); 32 y conoceréis la verdad(AT), y la verdad os hará libres(AU). 33 Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham(AV) y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: «Seréis libres»? 34 Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado(AW); 35 y el esclavo no queda en la casa para siempre(AX); el hijo permanece para siempre(AY). 36 Así que, si el Hijo os hace libres(AZ), seréis realmente libres. 37 Sé que sois descendientes de Abraham(BA); y sin embargo, procuráis matarme(BB) porque mi palabra no tiene cabida en vosotros[i]. 38 Yo hablo lo que he visto con mi Padre[j]; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de vuestro padre(BC). 39 Ellos le contestaron, y le dijeron: Abraham es nuestro padre(BD). Jesús les dijo*: Si sois hijos de Abraham(BE), haced las obras de Abraham. 40 Pero ahora procuráis matarme(BF), a mí[k] que os he dicho la verdad que oí de Dios(BG). Esto no lo hizo Abraham. 41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre(BH). Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios(BI). 42 Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais(BJ), porque yo salí de Dios y vine de Él(BK), pues no he venido por mi propia iniciativa(BL), sino que Él[l] me envió(BM). 43 ¿Por qué no entendéis lo que digo[m](BN)? Porque no podéis oír mi palabra(BO). 44 Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre(BP). Él fue un homicida desde el principio(BQ), y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira[n], habla de su propia naturaleza(BR), porque es mentiroso(BS) y el padre de la mentira[o]. 45 Pero porque yo digo la verdad(BT), no me creéis. 46 ¿Quién de vosotros me prueba que tengo pecado? Y si digo verdad(BU), ¿por qué vosotros no me creéis? 47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios(BV).

Jesús, anterior a Abraham

48 Contestaron los judíos(BW), y le dijeron: ¿No decimos con razón que tú eres samaritano(BX) y que tienes un demonio(BY)? 49 Jesús respondió: Yo no tengo ningún demonio(BZ), sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí. 50 Pero yo no busco mi gloria(CA); hay Uno que la busca, y juzga. 51 En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra(CB), no verá jamás la muerte(CC). 52 Los judíos(CD) le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio(CE). Abraham murió, y también los profetas, y tú dices: «Si alguno guarda mi palabra(CF) no probará jamás la muerte(CG)». 53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre(CH) Abraham que murió? Los profetas también murieron; ¿quién crees que eres?[p] 54 Jesús respondió: Si yo mismo me glorifico(CI), mi gloria no es nada; es mi Padre el que me glorifica(CJ), de quien vosotros decís: «Él es nuestro Dios». 55 Y vosotros no le habéis conocido(CK), pero yo le conozco; y si digo que no le conozco seré un mentiroso como vosotros(CL); pero le conozco(CM) y guardo su palabra(CN). 56 Vuestro padre Abraham(CO) se regocijó esperando ver[q] mi día; y lo vio y se alegró(CP). 57 Por esto los judíos(CQ) le dijeron: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58 Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera[r], yo soy(CR). 59 Entonces tomaron piedras para tirárselas(CS), pero Jesús se ocultó[s](CT) y salió del templo[t].

Footnotes

  1. Juan 8:13 O, válido
  2. Juan 8:15 I.e., según un criterio carnal
  3. Juan 8:16 Algunos mss. antiguos dicen: yo y el que
  4. Juan 8:17 O, válido
  5. Juan 8:24 La mayoría de los eruditos bíblicos relacionan estas palabras con Ex. 3:14 YO SOY EL QUE SOY
  6. Juan 8:25 O, Lo que os he dicho desde el principio
  7. Juan 8:28 Véase la nota, vers. 24
  8. Juan 8:29 O, no me dejó
  9. Juan 8:37 O, no progresa en vosotros
  10. Juan 8:38 O, en la presencia del Padre
  11. Juan 8:40 Lit., a un hombre
  12. Juan 8:42 Lit., Aquél
  13. Juan 8:43 O, mi manera de hablar
  14. Juan 8:44 Lit., la mentira
  15. Juan 8:44 Lit., el padre de ella
  16. Juan 8:53 Lit., ¿quién te haces?
  17. Juan 8:56 Lit., para que viera
  18. Juan 8:58 Lit., viniera a ser
  19. Juan 8:59 Lit., fue ocultado
  20. Juan 8:59 Algunos mss. agregan: y pasando por en medio de ellos, se fue, y así pasó

María unge a Jesús en Betania

12 Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Allí se dio una cena en honor de Jesús. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él. María tomó entonces como medio litro[a] de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, que era uno de sus discípulos y que más tarde lo traicionaría, objetó:

—¿Por qué no se vendió este perfume? Pudo haberse vendido por el salario de más de un año de trabajo[b] y dárselo a los pobres.

Dijo esto no porque se interesara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba a robarse lo que echaban en ella.

—Déjala en paz —respondió Jesús—. Ella ha estado guardando este perfume para el día de mi sepultura.[c] A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.

Mientras tanto, muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba allí y fueron a ver no solo a Jesús, sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. 10 Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, 11 pues por su causa muchos se apartaban de los judíos y creían en Jesús.

La entrada triunfal(A)

12 Al día siguiente, muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús se dirigía a Jerusalén. 13 Tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo mientras gritaban a voz en cuello:

—¡Hosanna![d]

—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor![e]

—¡Bendito el Rey de Israel!

14 Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura:

15 «No temas, oh hija de Sión;
    mira, que aquí viene tu rey,
    montado sobre un burrito».[f]

16 Al principio, sus discípulos no entendieron lo que sucedía. Solo después de que Jesús fue glorificado se dieron cuenta de que se había cumplido en él lo que de él ya estaba escrito.

17 La gente que había estado con Jesús cuando él llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos seguía difundiendo la noticia. 18 Muchos de los que se habían enterado de la señal milagrosa realizada por Jesús salían a su encuentro. 19 Por eso los fariseos comentaban entre sí: «Como pueden ver, así no hemos logrado nada. ¡Miren cómo lo sigue todo el mundo!».

Jesús predice su muerte

20 Entre los que habían subido a adorar en la fiesta había algunos griegos. 21 Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le pidieron:

—Señor, queremos ver a Jesús.

22 Felipe fue a decírselo a Andrés y ambos fueron a decírselo a Jesús.

23 —Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—. 24 Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. 25 El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. 26 Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.

27 »Ahora mi alma está angustiada, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido! 28 ¡Padre, glorifica tu nombre!

Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo». 29 La multitud que estaba allí y que oyó la voz decía que había sido un trueno; otros decían que un ángel le había hablado.

30 —Esa voz no vino por mí, sino por ustedes —dijo Jesús—. 31 El juicio de este mundo ha llegado ya y el príncipe de este mundo va a ser expulsado. 32 Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.

33 Con esto daba Jesús a entender de qué manera iba a morir.

34 —De la Ley hemos sabido —le respondió la gente—, que el Cristo permanecerá para siempre; ¿cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

35 —Ustedes van a tener la luz solo un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminen mientras tengan la luz, antes de que los envuelva la oscuridad. El que camina en la oscuridad no sabe a dónde va. 36 Mientras tengan la luz, crean en ella para que sean hijos de la luz.

Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se escondió de ellos.

Los judíos siguen en su incredulidad

37 A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él. 38 Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías:

«Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje
    y a quién se ha revelado el brazo del Señor?».[g]

39 Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías:

40 «Les ha cegado los ojos
    y endurecido el corazón,
para que no vean con los ojos
    ni entiendan con el corazón
    ni se arrepientan; y yo los sane».[h]

41 Esto lo dijo Isaías porque vio la gloria de Jesús y habló de él.

42 Sin embargo, muchos de ellos, incluso muchos de los jefes, creyeron en él, pero no lo confesaban porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Preferían recibir honores de los hombres más que de parte de Dios.

44 «El que cree en mí —clamó Jesús con voz fuerte—, cree no solo en mí, sino en el que me envió. 45 Y el que me ve a mí ve al que me envió. 46 Yo soy la luz que ha venido al mundo para que todo el que crea en mí no viva en oscuridad.

47 »Si alguno escucha mis palabras, pero no las obedece, no seré yo quien lo juzgue; pues no vine a condenar al mundo, sino a salvarlo. 48 El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que yo he proclamado lo condenará en el día final. 49 Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me ordenó qué decir y cómo decirlo. 50 Y sé muy bien que su mandato es vida eterna. Así que todo lo que digo es lo que el Padre me ha ordenado decir».

Footnotes

  1. 12:3 medio litro. Lit. una litra. La litra era una medida del Imperio Romano equivalente aprox. a 327 g o 0.5 l.
  2. 12:5 el salario … trabajo. Lit. trescientos denarios.
  3. 12:7 Jesús—. Ella … sepultura. Var. Jesús—, para que guarde [es decir, se acuerde de] esto el día de mi sepultura.
  4. 12:13 Expresión hebrea que significa «¡Salva!», y que llegó a ser una exclamación de alabanza.
  5. 12:13 Sal 118:25,26.
  6. 12:15 Zac 9:9.
  7. 12:38 Is 53:1.
  8. 12:40 Is 6:10.

Jesús es ungido en Betania(A)

12 Seis días antes de la pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, el que había estado muerto y a quien Jesús había resucitado de los muertos. Allí le ofrecieron una cena, y Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados con él a la mesa. Entonces María tomó unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, que era muy caro, y con él ungió los pies de Jesús, y con sus cabellos los enjugó.(B) Y la casa se llenó con el olor del perfume. Y dijo Judas Iscariote hijo de Simón, que era uno de sus discípulos y el que más tarde lo entregaría: «¿Por qué no se vendió este perfume por trescientos denarios, y se les dio a los pobres?» Pero no dijo esto porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces Jesús le dijo: «Déjala tranquila, que ha guardado esto para el día de mi sepultura. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes,(C) pero a mí no siempre me tendrán.»

El complot contra Lázaro

Una gran multitud de los judíos se enteró de que él estaba allí, así que vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, pues sabían que él lo había resucitado de los muertos. 10 Pero los principales sacerdotes acordaron matar también a Lázaro, 11 pues por causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.

La entrada triunfal en Jerusalén(D)

12 Al día siguiente, al oír que Jesús venía a Jerusalén, grandes multitudes que habían venido a la fiesta 13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo. Y clamaban: «¡Hosanna!(E) ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor,(F) el Rey de Israel!» 14 Y Jesús halló un asno, y montó sobre él, como está escrito:

15 «No temas, hija de Sión;
Aquí viene tu Rey,
Montado sobre un pollino de asna.»(G)

16 Al principio, sus discípulos no comprendieron estas cosas; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que así le habían sucedido. 17 Y la gente que estaba con él daba testimonio de cómo ordenó a Lázaro salir del sepulcro y lo resucitó de los muertos. 18 Por eso también la gente había venido a recibirlo, pues sabía que él había hecho esta señal. 19 Pero los fariseos dijeron entre sí: «Como pueden ver, así no conseguiremos nada. ¡Todo el mundo se va tras él!»

Unos griegos buscan a Jesús

20 Entre los que habían ido a la fiesta para adorar había algunos griegos. 21 Éstos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y entre ruegos le dijeron: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.» 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les dijo: «Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto les digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; pero el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para vida eterna.(H) 26 Si alguno me sirve, sígame; donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.

Jesús anuncia su muerte

27 »Ahora mi alma está turbada. ¿Y acaso diré: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Si para esto he venido! 28 Padre, ¡glorifica tu nombre!» En ese momento vino una voz del cielo: «Lo he glorificado, y volveré a glorificarlo.» 29 La multitud que estaba allí, y que había oído la voz, decía que había sido un trueno. Pero otros decían: «Le ha hablado un ángel.» 30 Jesús les dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por ustedes. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora será expulsado el príncipe de este mundo. 32 Y cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.» 33 Con esto Jesús daba a entender de qué muerte iba a morir. 34 Pero la gente le respondió: «Nosotros hemos oído que, según la ley, el Cristo permanece para siempre.(I) Entonces, ¿cómo puedes decir que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?» 35 Jesús les dijo: «Por un poco más de tiempo la luz está entre ustedes; mientras tengan luz, caminen, para que no los sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas no sabe por dónde va. 36 Mientras tengan la luz, crean en la luz, para que sean hijos de la luz.»

Incredulidad de los judíos

Dicho esto, Jesús se fue y se ocultó de ellos. 37 Y a pesar de que había hecho tantas señales ante ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo:

«Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?»(J)

39 Por esto no podían creer, pues Isaías también dijo:

40 «Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;
Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón,
Y se conviertan, y yo los sane.»(K)

41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria y habló acerca de él. 42 Con todo eso, muchos creyeron en él, incluso algunos de los gobernantes; pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43 Y es que amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

Las palabras de Jesús juzgarán a los hombres

44 Jesús clamó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí sino en el que me envió; 45 y el que me ve, ve al que me envió. 46 Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Al que oye mis palabras, y no las obedece, no lo juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue, y es la palabra que he hablado; ella lo juzgará en el día final. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre, que me envió, me dio también el mandamiento de lo que debo decir y de lo que debo hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Por lo tanto, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.»

María unge a Jesús

12 (A)Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua(B), vino a Betania donde estaba Lázaro[a], al que Jesús había resucitado de entre los muertos(C). Y[b] le hicieron una cena allí, y Marta(D) servía; pero Lázaro era uno de los que estaban[c] a la mesa con Él. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro(E) que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó[d] con los cabellos(F), y la casa se llenó con la fragancia del perfume. Y Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que le iba a entregar[e](G), dijo*: ¿Por qué no se vendió este perfume por trescientos denarios[f] y se dio a los pobres? Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero(H), sustraía de lo que se echaba en ella(I). Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo guarde para el día de mi sepultura[g](J). Porque a los pobres siempre los tendréis[h] con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis[i](K).

Conspiración para matar a Lázaro

Entonces la gran multitud de judíos(L) se enteró de que Jesús estaba allí; y vinieron no solo por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos(M). 10 Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; 11 porque por causa de él(N) muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús(O).

La entrada triunfal

12 Al día siguiente, (P)cuando la gran multitud que había venido a la fiesta(Q), oyó que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron hojas de las palmas y salieron a recibirle, y gritaban: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor(R), el Rey de Israel(S). 14 Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito: 15 No temas, hija de Sión; he aquí, tu Rey viene, montado en un pollino de asna(T). 16 Sus discípulos no entendieron esto al principio(U), pero después, cuando Jesús fue glorificado(V), entonces se acordaron de que esto se había escrito de Él, y de que le habían hecho estas cosas. 17 Y así, la multitud que estaba con Él cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos(W), daba testimonio de Él. 18 Por eso la multitud fue también a recibirle(X), porque habían oído que Él había hecho esta señal[j](Y). 19 Entonces los fariseos se decían unos a otros: ¿Veis que no conseguís nada? Mirad, todo el mundo se ha ido tras Él.

Unos griegos buscan a Jesús

20 Y había unos griegos(Z) entre los que subían a adorar en la fiesta(AA); 21 estos, pues, fueron a Felipe(AB), que era de Betsaida(AC) de Galilea, y le rogaban, diciendo: Señor, queremos ver a Jesús. 22 Felipe fue* y se lo dijo* a Andrés(AD); Andrés y Felipe fueron* y se lo dijeron* a Jesús. 23 Jesús les respondió*, diciendo: Ha llegado la hora(AE) para que el Hijo del Hombre sea glorificado(AF). 24 En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto(AG). 25 El que ama su vida[k] la pierde; y el que aborrece su vida[l](AH) en este mundo, la conservará(AI) para vida eterna. 26 Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor(AJ); si alguno me sirve, el Padre lo honrará(AK).

Discurso de Jesús sobre su muerte

27 Ahora mi alma se ha angustiado(AL); y ¿qué diré: «Padre(AM), sálvame de esta hora(AN)»? Pero para esto he llegado a esta hora. 28 Padre(AO), glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo(AP): Y le he glorificado, y de nuevo le glorificaré. 29 Por eso la multitud que estaba allí y la oyó, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel le ha hablado(AQ). 30 Respondió Jesús y dijo: Esta voz no ha venido por causa mía, sino por causa de vosotros(AR). 31 Ya está aquí[m] el juicio de este mundo(AS); ahora el príncipe de este mundo(AT) será echado fuera. 32 Y yo, si soy levantado de la tierra(AU), atraeré a todos a mí mismo(AV). 33 Pero Él decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir(AW). 34 Entonces la multitud le respondió: Hemos oído en[n] la ley(AX) que el Cristo[o] permanecerá para siempre(AY); ¿y cómo dices tú: «El Hijo del Hombre(AZ) tiene que ser levantado(BA)»? ¿Quién es este Hijo del Hombre? 35 Jesús entonces les dijo: Todavía, por un poco de tiempo, la luz estará[p] entre vosotros(BB). Caminad mientras tenéis la luz(BC), para que no os sorprendan las tinieblas(BD); el que anda en la oscuridad no sabe adónde va(BE). 36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz(BF), para que seais hijos de la luz(BG).

Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó[q] de ellos(BH). 37 Pero aunque había hecho tantas señales[r] delante de ellos, no creían en Él, 38 para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo[s] del Señor(BI)? 39 Por eso no podían creer, porque Isaías dijo también[t]: 40 El ha cegado sus ojos y endurecido su corazón(BJ), para que no vean con los ojos y entiendan con el corazón, y se conviertan y yo los sane(BK). 41 Esto dijo Isaías porque vio su gloria(BL), y habló de Él(BM). 42 Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes(BN), creyeron en Él(BO), pero por causa de los fariseos(BP) no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga(BQ). 43 Porque amaban más el reconocimiento[u] de los hombres que el reconocimiento[v] de Dios(BR).

Juzgados por la palabra de Jesús

44 Jesús exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado(BS). 45 Y el que me ve, ve al que me ha enviado(BT). 46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas(BU). 47 Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo(BV). 48 El que me rechaza(BW) y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado(BX), esa lo juzgará en el día final(BY). 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta[w](BZ), sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento(CA) sobre lo que he de decir y lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna(CB); por eso lo que hablo, lo hablo tal como el Padre me lo ha dicho(CC).

Footnotes

  1. Juan 12:1 Algunos mss. agregan: el que había estado muerto
  2. Juan 12:2 Lit., Por tanto
  3. Juan 12:2 Lit., se reclinaban
  4. Juan 12:3 Lit., y le secó los pies
  5. Juan 12:4 O, traicionar
  6. Juan 12:5 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  7. Juan 12:7 I.e., la costumbre de ungir para la sepultura
  8. Juan 12:8 Lit., tenéis
  9. Juan 12:8 Lit., tenéis
  10. Juan 12:18 O, este milagro
  11. Juan 12:25 O, alma
  12. Juan 12:25 O, alma
  13. Juan 12:31 Lit., Ahora es
  14. Juan 12:34 O, aprendido de
  15. Juan 12:34 I.e., el Mesías
  16. Juan 12:35 Lit., está
  17. Juan 12:36 Lit., fue ocultado
  18. Juan 12:37 O, tantos milagros
  19. Juan 12:38 I.e., el poder
  20. Juan 12:39 Lit., otra vez
  21. Juan 12:43 O, la gloria
  22. Juan 12:43 O, la gloria
  23. Juan 12:49 Lit., de mí mismo