⁶³ El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.

³ Inclinen su oído, y vengan a mí; escuchen y vivirán. Yo haré con ustedes un pacto eterno, que es el de mi invariable misericordia por David.^(A)

⁴⁷ Les voy a decir como quién es el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: ⁴⁸ Es como quien, al construir una casa, cava hondo y pone los cimientos sobre la roca. En caso de una inundación, si el río golpea con ímpetu la casa, no logra sacudirla porque está asentada sobre la roca.

²⁸ Jesús respondió: «Más bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la obedecen.»