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Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y esta se secó(A). Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este(B), y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía(C), y con toda su alma deseaba morir, y decía: «Mejor me es la muerte que la vida(D)».

Entonces Dios le preguntó a Jonás: «¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?». «Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte», le respondió.

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