¹⁸ Nadie ha visto jamás a Dios^(A); el unigénito Dios^[a](B), que está en el seno del Padre^(C), Él lo ha dado a conocer^(D).

¹⁶ Jesús entonces les respondió: «Mi enseñanza^(A) no es Mía, sino del que me envió. ¹⁷ Si alguno está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, sabrá si Mi enseñanza es de Dios o si hablo de Mí mismo^(B). ¹⁸ El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero Aquel que busca la gloria del que lo envió^(C), Él es verdadero y no hay injusticia en Él. ¹⁹ ¿No les dio Moisés la ley^(D), y sin embargo ninguno de ustedes la cumple^[a]? ¿Por qué me quieren matar^(E)?».

²⁰ La multitud contestó: «¡Tienes un demonio^(F)! ¿Quién te quiere matar?». ²¹ Jesús les respondió: «Una sola obra hice^(G) y todos se admiran. ²² Por eso Moisés les ha dado la circuncisión^(H) (no porque sea de Moisés, sino de los padres^(I)), y en el día de reposo ustedes circuncidan al hombre. ²³ Y si para no violar la ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión aún en el día de reposo^(J), ¿por qué están enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo? ²⁴ No juzguen por la apariencia, sino juzguen con^[b] juicio justo^(K)».

²⁵ Entonces algunos de Jerusalén decían: «¿No es Este al que procuran matar? ²⁶ Y vean, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes^(L) reconocen que Este es el Cristo^[c]? ²⁷ Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es Este; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es^(M)».

²⁸ Jesús entonces, mientras enseñaba^(N) en el templo, exclamó en alta voz: «Ustedes me conocen y saben de dónde soy^(O). Yo no he venido por decisión propia^(P), pero Aquel que me envió es verdadero, a quien ustedes no conocen. ²⁹ Yo lo conozco^(Q), porque procedo de Él^(R), y Él me envió^(S)».

³⁰ Procuraban, pues, prender a Jesús^(T); pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado Su hora^(U). ³¹ Pero muchos de la multitud creyeron en Él^(V), y decían: «Cuando el Cristo^(W) venga, ¿acaso hará más señales^[d](X) que las que Este ha hecho?».

³² Los fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de Él. Entonces los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias^(Y) para que lo prendieran^(Z). ³³ Pero Jesús dijo: «Por un poco más de tiempo estoy con ustedes^(AA); después voy a Aquel que me envió^(AB). ³⁴ Me buscarán y no me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no pueden ir^(AC)».

³⁵ Decían entonces los judíos^(AD) entre sí: «¿Adónde piensa irse Este^(AE) que no lo podamos encontrar? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión^(AF) entre los griegos^(AG) y enseñar a los griegos? ³⁶ ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: “Me buscarán y no me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no podrán ir^(AH)”?».

La gran invitación

³⁷ En el último día, el gran día de la fiesta^(AI), Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: «Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba^[e](AJ). ³⁸ El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser^[f] brotarán ríos de agua^(AK) viva^(AL)”». ³⁹ Pero Él decía esto del Espíritu^(AM), que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía^[g](AN), pues Jesús aún no había sido glorificado^(AO).

⁴⁰ Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: «Verdaderamente Este es el Profeta^(AP)». ⁴¹ Otros decían: «Este es el Cristo^[h]». Pero otros decían: «¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea^(AQ)? ⁴² ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén^(AR), la aldea de donde era David?». ⁴³ Así que surgió una división^(AS) entre la multitud por causa de Él. ⁴⁴ Y algunos de ellos querían prender a Jesús, pero nadie le echó mano^(AT).

Los guardias confundidos

⁴⁵ Entonces los guardias^(AU) vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: «¿Por qué no lo trajeron?». ⁴⁶ Los guardias^(AV) respondieron: «¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla^(AW)!».

⁴⁷ Entonces los fariseos les contestaron: «¿Es que también ustedes se han dejado engañar^(AX)? ⁴⁸ ¿Acaso ha creído en Él alguien de los gobernantes^(AY) o de los fariseos? ⁴⁹ Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es».

⁵⁰ Nicodemo^(AZ), el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo*: ⁵¹ «¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero^(BA) y sepa lo que hace?». ⁵² Ellos le respondieron: «¿Es que tú también eres de Galilea^(BB)? Investiga, y verás que ningún profeta sale de Galilea». ^53 [i]Y cada uno se fue a su casa.

²⁶ Tengo mucho que decir y juzgar de ustedes, pero Aquel que me envió es veraz^(A); y Yo, las cosas que oí de Él, estas digo al mundo^(B)».

²⁸ Por eso Jesús les dijo: «Cuando ustedes levanten al Hijo del Hombre^(A), entonces sabrán que Yo soy^[a](B) y que no hago nada por Mi cuenta^(C), sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó.

⁴⁹ »Porque Yo no he hablado por Mi propia cuenta^[a](A), sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento^(B) sobre lo que he de decir y lo que he de hablar.

²⁴ El que no me ama, no guarda Mis palabras^(A); y la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del Padre que me envió^(B).