Juan 2:14-16
La Biblia de las Américas
14 (A)y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas(B): Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre(C) una casa de comercio.
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Juan 2:14-16
Reina-Valera 1960
14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
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Mateo 21:12-46
La Biblia de las Américas
Jesús echa a los mercaderes del templo
12 (A)Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas(B) y los asientos de los que vendían las palomas(C). 13 Y les dijo*: Escrito está: «Mi casa será llamada casa de oración(D)», pero vosotros la estáis haciendo cueva de ladrones(E). 14 Y en el templo se acercaron a Él los ciegos y los cojos, y los sanó(F). 15 Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David(G)!, se indignaron 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les respondió*: Sí, ¿nunca habéis leído: «De la boca de los pequeños y de los niños de pecho te has preparado alabanza(H)»? 17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania(I), y se hospedó allí.
La higuera estéril
18 (J)Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tuvo hambre. 19 Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino solo hojas, y le dijo*: Nunca jamás brote fruto de ti. Y al instante se secó la higuera(K). 20 Al ver esto, los discípulos se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al instante? 21 Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe(L) y no dudáis, no solo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: «Quítate y échate al mar», así sucederá. 22 Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis(M).
La autoridad de Jesús puesta en duda
23 (N)Cuando llegó Jesús[a] al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba(O), diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad? 24 Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta[b], que si me la contestáis, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 ¿De dónde era el bautismo de Juan?, ¿del cielo o de los hombres? Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: «Del cielo», Él nos dirá: «Entonces, ¿por qué no le creísteis?». 26 Y si decimos: «De los hombres», tememos a la multitud; porque todos tienen a Juan por profeta(P). 27 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Él a su vez[c] les dijo: Tampoco yo os diré[d] con qué autoridad hago estas cosas. 28 Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegándose al primero, le dijo: «Hijo, ve, trabaja hoy en la viña(Q)». 29 Y respondiendo él, dijo: «No quiero»; pero después, arrepentido, fue[e]. 30 Y llegándose al otro, le dijo lo mismo; pero él respondió y dijo: «Yo iré, señor»; y no fue[f]. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron*: El primero[g]. Jesús les dijo*: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos[h] y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros(R). 32 Porque Juan vino a vosotros en camino de justicia y no le creísteis, pero los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron(S); y vosotros, viendo esto, ni siquiera os arrepentisteis después para creerle.
Parábola de los labradores malvados
33 Escuchad otra parábola. (T)Había una vez un hacendado[i] que planto(U) una viña y la cerco con un muro(V), y cavo en ella un lagar y edifico una torre(W), la arrendó a unos labradores y se fue de viaje(X). 34 Y cuando se acercó el tiempo de la cosecha[j], envió sus siervos(Y) a los labradores para recibir sus frutos. 35 Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. 36 Volvió a mandar otro grupo de siervos(Z), mayor que el primero; y les hicieron lo mismo. 37 Finalmente les envió a su hijo, diciendo: «Respetarán a mi hijo». 38 Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: «Este es el heredero; venid, matémoslo y apoderémonos de su heredad». 39 Y echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. 40 Cuando venga, pues, el dueño[k] de la viña, ¿qué hará a esos labradores? 41 Ellos le dijeron*: Llevará a esos miserables a un fin lamentable, y arrendará la viña a otros labradores(AA) que le paguen los frutos a su tiempo. 42 Jesús les dijo*: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:
«La piedra que desecharon los constructores,
esa, en piedra angular[l] se ha convertido;
esto fue hecho de parte del Señor,
y es maravilloso a nuestros ojos(AB)»?
43 Por eso os digo que el reino de Dios os será quitado y será dado a una nación que produzca sus frutos. 44 Y el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos; pero sobre quien ella caiga(AC), lo esparcirá como polvo. 45 Al oír sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, comprendieron que hablaba de ellos. 46 Y cuando procuraron prenderle, tuvieron miedo de la multitud(AD), porque le tenían por profeta(AE).
Read full chapterFootnotes
- Mateo 21:23 Lit., El
- Mateo 21:24 Lit., preguntaré una palabra
- Mateo 21:27 Lit., también
- Mateo 21:27 Lit., digo
- Mateo 21:29 Algunos mss. dicen: Yo iré, señor, y no fue
- Mateo 21:30 Algunos mss. dicen: No quiero; pero después, arrepentido fue
- Mateo 21:31 Algunos mss. dicen: El segundo
- Mateo 21:31 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
- Mateo 21:33 Lit., un hombre, dueño de casa
- Mateo 21:34 Lit., de los frutos
- Mateo 21:40 Lit., el señor
- Mateo 21:42 Lit., cabeza del ángulo
Mateo 21:12-46
Reina-Valera 1960
Purificación del templo
(Mr. 11.15-19; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)
12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada;(A) mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.(B)
14 Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15 Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis:
De la boca de los niños y de los que maman
Perfeccionaste la alabanza?(C)
17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí.
Maldición de la higuera estéril
(Mr. 11.12-14,20-26)
18 Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. 19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. 20 Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? 21 Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.(D) 22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
La autoridad de Jesús
(Mr. 11.27-33; Lc. 20.1-8)
23 Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad? 24 Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 26 Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. 27 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Parábola de los dos hijos
28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. 32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron;(E) y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.
Los labradores malvados
(Mr. 12.1-12; Lc. 20.9-19)
33 Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña,(F) la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. 35 Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. 36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. 37 Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 38 Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39 Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. 40 Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? 41 Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.
42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:
La piedra que desecharon los edificadores,
Ha venido a ser cabeza del ángulo.
El Señor ha hecho esto,
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?(G)
43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. 44 Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
45 Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos. 46 Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque este le tenía por profeta.
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Marcos 11:15
La Biblia de las Américas
Jesús echa a los mercaderes del templo
15 (A)Llegaron* a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas;
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Marcos 11:15
Reina-Valera 1960
Purificación del templo
(Mt. 21.12-17; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)
15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
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Marcos 11:17
La Biblia de las Américas
17 Y les enseñaba, diciendo[a]: ¿No está escrito: «Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones(A)»? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones(B).
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- Marcos 11:17 Lit., y les decía
Marcos 11:17
Reina-Valera 1960
17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones(A)? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.(B)
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Lucas 19:45-48
La Biblia de las Américas
Jesús echa a los mercaderes del templo
45 (A)Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, 46 diciéndoles: Escrito está: «Y mi casa será casa de oración(B)», pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones(C).
Jesús enseña en el templo
47 Y enseñaba diariamente en el templo(D), pero los principales sacerdotes, los escribas y los más prominentes del pueblo procuraban matarle(E); 48 y no encontraban la manera de hacerlo[a], porque todo el pueblo estaba pendiente de Él, escuchándole.
Read full chapterFootnotes
- Lucas 19:48 Lit., lo que harían
Lucas 19:45-48
Reina-Valera 1960
Purificación del templo
(Mt. 21.12-17; Mr. 11.15-19; Jn. 2.13-22)
45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él, 46 diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración;(A) mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.(B) 47 Y enseñaba cada día en el templo;(C) pero los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle. 48 Y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque todo el pueblo estaba suspenso oyéndole.
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Malaquías 3
La Biblia de las Américas
El día del juicio
3 He aquí, yo envío a mi mensajero[a], y él preparará[b] el camino delante de mí(A). Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis(B); y el mensajero[c](C) del pacto en quien vosotros os complacéis(D), he aquí, viene —dice el Señor de los ejércitos. 2 ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando Él aparezca(E)? Porque Él es como fuego(F) de fundidor y como jabón de lavanderos. 3 Y Él se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificará(G) a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas[d] en justicia al Señor(H). 4 Entonces será grata al Señor la ofrenda[e] de Judá y de Jerusalén(I), como en los días de antaño y como en los años pasados(J). 5 Y me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo veloz contra los hechiceros(K), contra los adúlteros(L), contra los que juran en falso(M) y contra los que oprimen al jornalero en su salario(N), a la viuda y al huérfano(O), contra los que niegan el derecho del extranjero[f] y los que no me temen[g] —dice el Señor de los ejércitos. 6 Porque yo, el[h] Señor, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos[i](P).
El pago de los diezmos
7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis estatutos y no los habéis guardado(Q). Volved a mí y yo volveré a vosotros —dice el Señor de los ejércitos(R). Pero decís: «¿Cómo hemos de volver?». 8 ¿Robará[j] el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: «¿En qué te hemos robado?». En los diezmos y en las ofrendas[k](S). 9 Con maldición estáis malditos(T), porque vosotros, la nación entera, me estáis robando[l]. 10 Traed todo el diezmo(U) al alfolí[m], para que haya alimento[n] en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto —dice el Señor de los ejércitos— si no os abriré las ventanas del cielo(V), y derramaré para vosotros bendición(W) hasta que sobreabunde[o](X). 11 Por vosotros reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo(Y); ni vuestra vid en el campo será estéril —dice el Señor de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os llamarán bienaventurados(Z), porque seréis una tierra de delicias(AA) —dice el Señor de los ejércitos.
El justo y el injusto
13 Vuestras palabras han sido duras contra mí —dice el Señor—. Pero decís: «¿Qué hemos hablado contra ti?». 14 Habéis dicho: «En vano es servir a Dios(AB). ¿Qué provecho hay en que guardemos sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del Señor(AC) de los ejércitos? 15 Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbios(AD). No solo prosperan los que hacen el mal(AE), sino que también ponen a prueba a Dios y escapan impunes».
16 Entonces los que temían[p] al Señor se hablaron unos a otros, y el Señor prestó atención(AF) y escuchó, y fue escrito delante de Él un libro(AG) memorial para los que temen[q] al Señor y para los que estiman[r] su nombre. 17 Y ellos serán míos —dice el Señor(AH) de los ejércitos— el día en que yo prepare[s](AI) mi tesoro especial[t](AJ), y los perdonaré[u] como un hombre perdona al[v] hijo(AK) que le sirve. 18 Entonces volveréis a distinguir entre el justo y el impío(AL), entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
Footnotes
- Malaquías 3:1 O, ángel
- Malaquías 3:1 O, allanará
- Malaquías 3:1 O, ángel
- Malaquías 3:3 U, ofrendas de cereal
- Malaquías 3:4 U, ofrenda de cereal
- Malaquías 3:5 O, peregrino
- Malaquías 3:5 O, no me reverencian
- Malaquías 3:6 O, Yo soy el
- Malaquías 3:6 O, acabados
- Malaquías 3:8 O, Defraudará
- Malaquías 3:8 U, ofrendas alzadas
- Malaquías 3:9 O, defraudando
- Malaquías 3:10 Lit., a la casa del tesoro
- Malaquías 3:10 Lit., presa
- Malaquías 3:10 O, no haya suficiente lugar
- Malaquías 3:16 O, reverenciaban
- Malaquías 3:16 O, reverencian
- Malaquías 3:16 O, piensan en
- Malaquías 3:17 Lit., haga
- Malaquías 3:17 O, propiedad personal
- Malaquías 3:17 O, les tendré compasión
- Malaquías 3:17 O, se compadece del
Malaquías 3
Reina-Valera 1960
3 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí;(A) y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. 2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste?(B) Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. 3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. 4 Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos.
5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.
El pago de los diezmos
6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí(C) y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Diferencia entre el justo y el malo
13 Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? 14 Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? 15 Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon.
16 Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. 17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. 18 Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible