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Las bodas de Caná

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.(A) Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto descendieron a Capernaum,(B) él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Jesús purifica el templo

(Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46)

13 Estaba cerca la pascua(C) de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, 14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. 17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.(D) 18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? 19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.(E) 20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

Jesús conoce a todos los hombres

23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.

La boda de Caná

Al día siguiente,[a] se celebró una boda en la aldea de Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba presente, y también fueron invitados a la fiesta Jesús y sus discípulos. Durante la celebración, se acabó el vino, entonces la madre de Jesús le dijo:

—Se quedaron sin vino.

—Apreciada mujer, ese no es nuestro problema—respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi momento.

Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».

Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se usaban para el lavado ceremonial de los judíos. Cada tinaja tenía una capacidad de entre setenta y cinco a ciento trece litros.[b] Jesús les dijo a los sirvientes: «Llenen las tinajas con agua». Una vez que las tinajas estuvieron llenas, les dijo: «Ahora saquen un poco y llévenselo al maestro de ceremonias». Así que los sirvientes siguieron sus indicaciones.

Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio. 10 «Un anfitrión siempre sirve el mejor vino primero—le dijo—, y una vez que todos han bebido bastante, comienza a ofrecer el vino más barato. ¡Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora!».

11 Esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de la boda, se fue unos días a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos.

Jesús despeja el templo

13 Se acercaba la fecha de la celebración de la Pascua judía, así que Jesús fue a Jerusalén. 14 Vio que en la zona del templo había unos comerciantes que vendían ganado, ovejas y palomas para los sacrificios; vio a otros que estaban en sus mesas cambiando dinero extranjero. 15 Jesús se hizo un látigo con unas cuerdas y expulsó a todos del templo. Echó las ovejas y el ganado, arrojó por el suelo las monedas de los cambistas y les volteó las mesas. 16 Luego se dirigió a los que vendían palomas y les dijo: «Saquen todas esas cosas de aquí. ¡Dejen de convertir la casa de mi Padre en un mercado!».

17 Entonces sus discípulos recordaron la profecía de las Escrituras que dice: «El celo por la casa de Dios me consumirá»[c].

18 Pero los líderes judíos exigieron:

—¿Qué estás haciendo? Si Dios te dio autoridad para hacer esto, muéstranos una señal milagrosa que lo compruebe.

19 —De acuerdo—contestó Jesús—. Destruyan este templo y en tres días lo levantaré.

20 —¡Qué dices!—exclamaron—. Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú puedes reconstruirlo en tres días?

21 Pero cuando Jesús dijo «este templo», se refería a su propio cuerpo. 22 Después que resucitó de los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto y creyeron en las Escrituras y también en lo que Jesús había dicho.

Jesús y Nicodemo

23 Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él; 24 pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas. 25 No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el corazón de cada persona.

Footnotes

  1. 2:1 En griego Al tercer día; ver 1:35, 43.
  2. 2:6 En griego 2 o 3 medidas [entre 20 y 30 galones].
  3. 2:17 O «La preocupación por la casa de Dios será mi ruina». Sal 69:9.

Jesús convierte agua en vino

Tres días después María, la madre de Jesús, fue a una boda en un pueblo llamado Caná, en la región de Galilea. Jesús y sus discípulos también habían sido invitados.

Durante la fiesta de bodas se acabó el vino. Entonces María le dijo a Jesús:

—Ya no tienen vino.

Jesús le respondió:

—Madre,[a] ese no es asunto nuestro. Aún no ha llegado el momento de que yo les diga quién soy.

Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Jesús les diga.» Allí había seis grandes tinajas para agua, de las que usan los judíos en sus ceremonias religiosas. En cada tinaja cabían unos cien litros. Jesús les dijo a los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas.»

Los sirvientes llenaron las tinajas hasta el borde. Luego Jesús les dijo: «Ahora, saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta, para que lo pruebe.»

Así lo hicieron. El encargado de la fiesta probó el agua que había sido convertida en vino, y se sorprendió, porque no sabía de dónde había salido ese vino. Pero los sirvientes sí lo sabían.

Enseguida el encargado de la fiesta llamó al novio 10 y le dijo: «Siempre se sirve primero el mejor vino, y luego, cuando ya los invitados han bebido bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final.»

11 Jesús hizo esta primera señal en Caná de Galilea. Así empezó a mostrar el gran poder que tenía, y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto, Jesús fue con su madre, sus hermanos y sus discípulos al pueblo de Cafarnaúm, y allí se quedaron unos días.

Jesús va al templo

13 Como ya se acercaba la fiesta de los judíos llamada la Pascua, Jesús fue a la ciudad de Jerusalén. 14 Allí, en el templo, encontró a algunos hombres vendiendo bueyes, ovejas y palomas; otros estaban sentados a sus mesas, cambiando monedas extranjeras por monedas judías. 15 Al ver esto, Jesús tomó unas cuerdas, hizo un látigo con ellas, y echó a todos fuera del templo, junto con sus ovejas y bueyes. También arrojó al piso las monedas de los que cambiaban dinero, y volcó sus mesas. 16 Y a los que vendían palomas les ordenó: «Saquen esto de aquí. ¡La casa de Dios, mi Padre, no es un mercado!»

17 Al ver esto, los discípulos recordaron el pasaje de la Biblia que dice: «El amor que siento por tu templo me quema como un fuego.»

18 Luego, los jefes de los judíos le preguntaron a Jesús:

—¿Con qué autoridad haces esto?

19 Jesús les contestó:

—Destruyan este templo, y en sólo tres días volveré a construirlo.

20 Los jefes respondieron:

—Para construir este templo fueron necesarios cuarenta y seis años, ¿y tú crees poder construirlo en tres días?

21 Pero Jesús estaba hablando de su propio cuerpo. 22 Por eso, cuando Jesús resucitó, los discípulos recordaron que él había dicho esto. Entonces creyeron lo que dice la Biblia y lo que Jesús había dicho.

Jesús conoce a todos

23 Mientras Jesús estaba en la ciudad de Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en él porque vieron los milagros que hacía. 24-25 Pero Jesús no confiaba en ellos, ni necesitaba que le dijeran nada de nadie, porque los conocía a todos y sabía lo que pensaban.

Footnotes

  1. Juan 2:4 Madre: lit. mujer. Se ha traducido madre por el contexto del relato, y porque en nuestra cultura un hijo no se dirige a su madre llamándola mujer .