María unge a Jesús en Betania

12 Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Allí se dio una cena en honor de Jesús. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él. María tomó entonces como medio litro[a] de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, que era uno de sus discípulos y que más tarde lo traicionaría, objetó:

—¿Por qué no se vendió este perfume? Pudo haberse vendido por el salario de más de un año de trabajo[b] y dárselo a los pobres.

Dijo esto no porque se interesara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba a robarse lo que echaban en ella.

—Déjala en paz —respondió Jesús—. Ella ha estado guardando este perfume para el día de mi sepultura.[c] A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.

Mientras tanto, muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba allí y fueron a ver no solo a Jesús, sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. 10 Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, 11 pues por su causa muchos se apartaban de los judíos y creían en Jesús.

La entrada triunfal(A)

12 Al día siguiente, muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús se dirigía a Jerusalén. 13 Tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo mientras gritaban a voz en cuello:

—¡Hosanna![d]

—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor![e]

—¡Bendito el Rey de Israel!

14 Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura:

15 «No temas, oh hija de Sión;
    mira, que aquí viene tu rey,
    montado sobre un burrito».[f]

16 Al principio, sus discípulos no entendieron lo que sucedía. Solo después de que Jesús fue glorificado se dieron cuenta de que se había cumplido en él lo que de él ya estaba escrito.

17 La gente que había estado con Jesús cuando él llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos seguía difundiendo la noticia. 18 Muchos de los que se habían enterado de la señal milagrosa realizada por Jesús salían a su encuentro. 19 Por eso los fariseos comentaban entre sí: «Como pueden ver, así no hemos logrado nada. ¡Miren cómo lo sigue todo el mundo!».

Jesús predice su muerte

20 Entre los que habían subido a adorar en la fiesta había algunos griegos. 21 Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le pidieron:

—Señor, queremos ver a Jesús.

22 Felipe fue a decírselo a Andrés y ambos fueron a decírselo a Jesús.

23 —Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—. 24 Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. 25 El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. 26 Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.

27 »Ahora mi alma está angustiada, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido! 28 ¡Padre, glorifica tu nombre!

Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo». 29 La multitud que estaba allí y que oyó la voz decía que había sido un trueno; otros decían que un ángel le había hablado.

30 —Esa voz no vino por mí, sino por ustedes —dijo Jesús—. 31 El juicio de este mundo ha llegado ya y el príncipe de este mundo va a ser expulsado. 32 Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.

33 Con esto daba Jesús a entender de qué manera iba a morir.

34 —De la Ley hemos sabido —le respondió la gente—, que el Cristo permanecerá para siempre; ¿cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

35 —Ustedes van a tener la luz solo un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminen mientras tengan la luz, antes de que los envuelva la oscuridad. El que camina en la oscuridad no sabe a dónde va. 36 Mientras tengan la luz, crean en ella para que sean hijos de la luz.

Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se escondió de ellos.

Los judíos siguen en su incredulidad

37 A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él. 38 Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías:

«Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje
    y a quién se ha revelado el brazo del Señor?».[g]

39 Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías:

40 «Les ha cegado los ojos
    y endurecido el corazón,
para que no vean con los ojos
    ni entiendan con el corazón
    ni se arrepientan; y yo los sane».[h]

41 Esto lo dijo Isaías porque vio la gloria de Jesús y habló de él.

42 Sin embargo, muchos de ellos, incluso muchos de los jefes, creyeron en él, pero no lo confesaban porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Preferían recibir honores de los hombres más que de parte de Dios.

44 «El que cree en mí —clamó Jesús con voz fuerte—, cree no solo en mí, sino en el que me envió. 45 Y el que me ve a mí ve al que me envió. 46 Yo soy la luz que ha venido al mundo para que todo el que crea en mí no viva en oscuridad.

47 »Si alguno escucha mis palabras, pero no las obedece, no seré yo quien lo juzgue; pues no vine a condenar al mundo, sino a salvarlo. 48 El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que yo he proclamado lo condenará en el día final. 49 Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me ordenó qué decir y cómo decirlo. 50 Y sé muy bien que su mandato es vida eterna. Así que todo lo que digo es lo que el Padre me ha ordenado decir».

Footnotes

  1. 12:3 medio litro. Lit. una litra. La litra era una medida del Imperio Romano equivalente aprox. a 327 g o 0.5 l.
  2. 12:5 el salario … trabajo. Lit. trescientos denarios.
  3. 12:7 Jesús—. Ella … sepultura. Var. Jesús—, para que guarde [es decir, se acuerde de] esto el día de mi sepultura.
  4. 12:13 Expresión hebrea que significa «¡Salva!», y que llegó a ser una exclamación de alabanza.
  5. 12:13 Sal 118:25,26.
  6. 12:15 Zac 9:9.
  7. 12:38 Is 53:1.
  8. 12:40 Is 6:10.

Jesús es ungido en Betania(A)

12 Seis días antes de la pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, el que había estado muerto y a quien Jesús había resucitado de los muertos. Allí le ofrecieron una cena, y Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados con él a la mesa. Entonces María tomó unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, que era muy caro, y con él ungió los pies de Jesús, y con sus cabellos los enjugó.(B) Y la casa se llenó con el olor del perfume. Y dijo Judas Iscariote hijo de Simón, que era uno de sus discípulos y el que más tarde lo entregaría: «¿Por qué no se vendió este perfume por trescientos denarios, y se les dio a los pobres?» Pero no dijo esto porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces Jesús le dijo: «Déjala tranquila, que ha guardado esto para el día de mi sepultura. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes,(C) pero a mí no siempre me tendrán.»

El complot contra Lázaro

Una gran multitud de los judíos se enteró de que él estaba allí, así que vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, pues sabían que él lo había resucitado de los muertos. 10 Pero los principales sacerdotes acordaron matar también a Lázaro, 11 pues por causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.

La entrada triunfal en Jerusalén(D)

12 Al día siguiente, al oír que Jesús venía a Jerusalén, grandes multitudes que habían venido a la fiesta 13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo. Y clamaban: «¡Hosanna!(E) ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor,(F) el Rey de Israel!» 14 Y Jesús halló un asno, y montó sobre él, como está escrito:

15 «No temas, hija de Sión;
Aquí viene tu Rey,
Montado sobre un pollino de asna.»(G)

16 Al principio, sus discípulos no comprendieron estas cosas; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que así le habían sucedido. 17 Y la gente que estaba con él daba testimonio de cómo ordenó a Lázaro salir del sepulcro y lo resucitó de los muertos. 18 Por eso también la gente había venido a recibirlo, pues sabía que él había hecho esta señal. 19 Pero los fariseos dijeron entre sí: «Como pueden ver, así no conseguiremos nada. ¡Todo el mundo se va tras él!»

Unos griegos buscan a Jesús

20 Entre los que habían ido a la fiesta para adorar había algunos griegos. 21 Éstos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y entre ruegos le dijeron: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.» 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les dijo: «Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto les digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; pero el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para vida eterna.(H) 26 Si alguno me sirve, sígame; donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.

Jesús anuncia su muerte

27 »Ahora mi alma está turbada. ¿Y acaso diré: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Si para esto he venido! 28 Padre, ¡glorifica tu nombre!» En ese momento vino una voz del cielo: «Lo he glorificado, y volveré a glorificarlo.» 29 La multitud que estaba allí, y que había oído la voz, decía que había sido un trueno. Pero otros decían: «Le ha hablado un ángel.» 30 Jesús les dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por ustedes. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora será expulsado el príncipe de este mundo. 32 Y cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.» 33 Con esto Jesús daba a entender de qué muerte iba a morir. 34 Pero la gente le respondió: «Nosotros hemos oído que, según la ley, el Cristo permanece para siempre.(I) Entonces, ¿cómo puedes decir que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?» 35 Jesús les dijo: «Por un poco más de tiempo la luz está entre ustedes; mientras tengan luz, caminen, para que no los sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas no sabe por dónde va. 36 Mientras tengan la luz, crean en la luz, para que sean hijos de la luz.»

Incredulidad de los judíos

Dicho esto, Jesús se fue y se ocultó de ellos. 37 Y a pesar de que había hecho tantas señales ante ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo:

«Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?»(J)

39 Por esto no podían creer, pues Isaías también dijo:

40 «Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;
Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón,
Y se conviertan, y yo los sane.»(K)

41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria y habló acerca de él. 42 Con todo eso, muchos creyeron en él, incluso algunos de los gobernantes; pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43 Y es que amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

Las palabras de Jesús juzgarán a los hombres

44 Jesús clamó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí sino en el que me envió; 45 y el que me ve, ve al que me envió. 46 Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Al que oye mis palabras, y no las obedece, no lo juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue, y es la palabra que he hablado; ella lo juzgará en el día final. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre, que me envió, me dio también el mandamiento de lo que debo decir y de lo que debo hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Por lo tanto, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.»

María unge a Jesús

12 (A)Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua(B), vino a Betania donde estaba Lázaro[a], al que Jesús había resucitado de entre los muertos(C). Y[b] le hicieron una cena allí, y Marta(D) servía; pero Lázaro era uno de los que estaban[c] a la mesa con Él. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro(E) que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó[d] con los cabellos(F), y la casa se llenó con la fragancia del perfume. Y Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que le iba a entregar[e](G), dijo*: ¿Por qué no se vendió este perfume por trescientos denarios[f] y se dio a los pobres? Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero(H), sustraía de lo que se echaba en ella(I). Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo guarde para el día de mi sepultura[g](J). Porque a los pobres siempre los tendréis[h] con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis[i](K).

Conspiración para matar a Lázaro

Entonces la gran multitud de judíos(L) se enteró de que Jesús estaba allí; y vinieron no solo por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos(M). 10 Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; 11 porque por causa de él(N) muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús(O).

La entrada triunfal

12 Al día siguiente, (P)cuando la gran multitud que había venido a la fiesta(Q), oyó que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron hojas de las palmas y salieron a recibirle, y gritaban: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor(R), el Rey de Israel(S). 14 Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito: 15 No temas, hija de Sión; he aquí, tu Rey viene, montado en un pollino de asna(T). 16 Sus discípulos no entendieron esto al principio(U), pero después, cuando Jesús fue glorificado(V), entonces se acordaron de que esto se había escrito de Él, y de que le habían hecho estas cosas. 17 Y así, la multitud que estaba con Él cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos(W), daba testimonio de Él. 18 Por eso la multitud fue también a recibirle(X), porque habían oído que Él había hecho esta señal[j](Y). 19 Entonces los fariseos se decían unos a otros: ¿Veis que no conseguís nada? Mirad, todo el mundo se ha ido tras Él.

Unos griegos buscan a Jesús

20 Y había unos griegos(Z) entre los que subían a adorar en la fiesta(AA); 21 estos, pues, fueron a Felipe(AB), que era de Betsaida(AC) de Galilea, y le rogaban, diciendo: Señor, queremos ver a Jesús. 22 Felipe fue* y se lo dijo* a Andrés(AD); Andrés y Felipe fueron* y se lo dijeron* a Jesús. 23 Jesús les respondió*, diciendo: Ha llegado la hora(AE) para que el Hijo del Hombre sea glorificado(AF). 24 En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto(AG). 25 El que ama su vida[k] la pierde; y el que aborrece su vida[l](AH) en este mundo, la conservará(AI) para vida eterna. 26 Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor(AJ); si alguno me sirve, el Padre lo honrará(AK).

Discurso de Jesús sobre su muerte

27 Ahora mi alma se ha angustiado(AL); y ¿qué diré: «Padre(AM), sálvame de esta hora(AN)»? Pero para esto he llegado a esta hora. 28 Padre(AO), glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo(AP): Y le he glorificado, y de nuevo le glorificaré. 29 Por eso la multitud que estaba allí y la oyó, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel le ha hablado(AQ). 30 Respondió Jesús y dijo: Esta voz no ha venido por causa mía, sino por causa de vosotros(AR). 31 Ya está aquí[m] el juicio de este mundo(AS); ahora el príncipe de este mundo(AT) será echado fuera. 32 Y yo, si soy levantado de la tierra(AU), atraeré a todos a mí mismo(AV). 33 Pero Él decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir(AW). 34 Entonces la multitud le respondió: Hemos oído en[n] la ley(AX) que el Cristo[o] permanecerá para siempre(AY); ¿y cómo dices tú: «El Hijo del Hombre(AZ) tiene que ser levantado(BA)»? ¿Quién es este Hijo del Hombre? 35 Jesús entonces les dijo: Todavía, por un poco de tiempo, la luz estará[p] entre vosotros(BB). Caminad mientras tenéis la luz(BC), para que no os sorprendan las tinieblas(BD); el que anda en la oscuridad no sabe adónde va(BE). 36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz(BF), para que seais hijos de la luz(BG).

Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó[q] de ellos(BH). 37 Pero aunque había hecho tantas señales[r] delante de ellos, no creían en Él, 38 para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo[s] del Señor(BI)? 39 Por eso no podían creer, porque Isaías dijo también[t]: 40 El ha cegado sus ojos y endurecido su corazón(BJ), para que no vean con los ojos y entiendan con el corazón, y se conviertan y yo los sane(BK). 41 Esto dijo Isaías porque vio su gloria(BL), y habló de Él(BM). 42 Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes(BN), creyeron en Él(BO), pero por causa de los fariseos(BP) no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga(BQ). 43 Porque amaban más el reconocimiento[u] de los hombres que el reconocimiento[v] de Dios(BR).

Juzgados por la palabra de Jesús

44 Jesús exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado(BS). 45 Y el que me ve, ve al que me ha enviado(BT). 46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas(BU). 47 Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo(BV). 48 El que me rechaza(BW) y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado(BX), esa lo juzgará en el día final(BY). 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta[w](BZ), sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento(CA) sobre lo que he de decir y lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna(CB); por eso lo que hablo, lo hablo tal como el Padre me lo ha dicho(CC).

Footnotes

  1. Juan 12:1 Algunos mss. agregan: el que había estado muerto
  2. Juan 12:2 Lit., Por tanto
  3. Juan 12:2 Lit., se reclinaban
  4. Juan 12:3 Lit., y le secó los pies
  5. Juan 12:4 O, traicionar
  6. Juan 12:5 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  7. Juan 12:7 I.e., la costumbre de ungir para la sepultura
  8. Juan 12:8 Lit., tenéis
  9. Juan 12:8 Lit., tenéis
  10. Juan 12:18 O, este milagro
  11. Juan 12:25 O, alma
  12. Juan 12:25 O, alma
  13. Juan 12:31 Lit., Ahora es
  14. Juan 12:34 O, aprendido de
  15. Juan 12:34 I.e., el Mesías
  16. Juan 12:35 Lit., está
  17. Juan 12:36 Lit., fue ocultado
  18. Juan 12:37 O, tantos milagros
  19. Juan 12:38 I.e., el poder
  20. Juan 12:39 Lit., otra vez
  21. Juan 12:43 O, la gloria
  22. Juan 12:43 O, la gloria
  23. Juan 12:49 Lit., de mí mismo

Jesús es ungido en Betania

(Mt. 26.6-13; Mr. 14.3-9)

12 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos;(A) y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros,(B) mas a mí no siempre me tendréis.

El complot contra Lázaro

Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos. 10 Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, 11 porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.

La entrada triunfal en Jerusalén

(Mt. 21.1-11; Mr. 11.1-11; Lc. 19.28-40)

12 El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!(C) ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor,(D) el Rey de Israel! 14 Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:

15 No temas, hija de Sion;

He aquí tu Rey viene,

Montado sobre un pollino de asna.(E)

16 Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho. 17 Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos. 18 Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal. 19 Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.

Unos griegos buscan a Jesús

20 Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.(F) 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

Jesús anuncia su muerte

27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. 28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. 29 Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. 30 Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir. 34 Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre.(G) ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre? 35 Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. 36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.

Incredulidad de los judíos

Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos. 37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo:

Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?

¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?(H)

39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:

40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;

Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón,

Y se conviertan, y yo los sane.(I)

41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él. 42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

Las palabras de Jesús juzgarán a los hombres

44 Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; 45 y el que me ve, ve al que me envió. 46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.