Jesús ante el sumo sacerdote

^19 (A)Entonces el sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas. ²⁰ Jesús le respondió: Yo he hablado al mundo abiertamente^(B); siempre enseñé en la sinagoga^(C) y en el templo^(D), donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en secreto. ²¹ ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído lo que hablé; he aquí, estos saben lo que he dicho. ²² Cuando dijo esto, uno de los alguaciles^(E) que estaba cerca, dio una bofetada a Jesús^(F), diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? ²³ Jesús le respondió: Si he hablado mal, da testimonio de lo que he hablado mal; pero si hablé bien, ¿por qué me pegas^(G)? ²⁴ Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote^(H).

⁵⁹ Y los principales sacerdotes y todo el concilio^[a](A) procuraban obtener falso testimonio contra Jesús, con el fin de darle muerte, ⁶⁰ y no lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos^(B), ⁶¹ que dijeron: Este declaró: «Yo puedo destruir el templo^[b] de Dios y en^[c] tres días reedificarlo^(C)». ⁶² Entonces el sumo sacerdote, levantándose, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? ⁶³ Mas Jesús callaba^(D). Y el sumo sacerdote le dijo^(E): Te conjuro^(F) por el Dios viviente^(G) que nos digas si tú eres el Cristo^[d], el Hijo de Dios^(H). ⁶⁴ Jesús le dijo*: Tú mismo lo has dicho^(I); sin embargo, os digo que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder^(J), y viniendo sobre las nubes del cielo^(K). ⁶⁵ Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos^(L)? He aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia; ⁶⁶ ¿qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte^(M)! ⁶⁷ Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban^[e](N), ⁶⁸ diciendo: Adivina^[f], Cristo^[g], ¿quién es el que te ha golpeado^(O)?

⁵⁵ Y los principales sacerdotes y todo el concilio^[a](A), procuraban obtener testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no lo hallaban. ⁵⁶ Porque muchos daban falso testimonio contra Él, pero sus testimonios no coincidían^[b]. ⁵⁷ Y algunos, levantándose, daban falso testimonio contra Él, diciendo: ⁵⁸ Nosotros le oímos decir: «Yo destruiré este templo^[c] hecho por manos, y en tres días edificaré otro no hecho por manos^(B)». ⁵⁹ Y ni siquiera en esto coincidía^[d] el testimonio de ellos. ⁶⁰ Entonces el sumo sacerdote levantándose, se puso en medio y preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? ⁶¹ Mas Él callaba^(C) y nada respondía. ^(D)Le volvió a preguntar el sumo sacerdote, diciéndole^[e]: ¿Eres tú el Cristo^[f], el Hijo del Bendito? ⁶² Jesús dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder^(E) y viniendo con las nubes del cielo^(F). ⁶³ Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus ropas^(G), dijo*: ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? ⁶⁴ Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos le condenaron, diciendo que era reo de muerte^(H). ⁶⁵ Y comenzaron algunos a escupirle^(I), a cubrirle el rostro^[g](J) y a darle de puñetazos, y a decirle: ¡Profetiza^(K)! Y los alguaciles^[h] le recibieron^[i] a bofetadas^[j].

Jesús escarnecido

⁶³ Los hombres que tenían a Jesús^[a] bajo custodia, se burlaban de Él y le golpeaban^(A); ⁶⁴ y vendándole los ojos, le preguntaban, diciendo: Adivina^[b], ¿quién es el que te ha golpeado^(B)? ⁶⁵ También decían muchas otras cosas contra Él, blasfemando^(C).

Jesús ante el concilio

⁶⁶ Cuando se hizo de día, se reunió el concilio de los ancianos^[c](D) del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y llevaron a Jesús^[d](E) ante su concilio^[e](F), diciendo: ⁶⁷ Si tú eres el Cristo^[f](G), dínoslo. Pero Él les dijo: Si os lo digo, no creeréis; ⁶⁸ y si os pregunto, no responderéis. ⁶⁹ Pero de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios^(H). ⁷⁰ Dijeron todos: Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios^(I)? Y Él les respondió: Vosotros decís que yo soy^(J). ⁷¹ Y ellos dijeron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca.