Add parallel Print Page Options

Oír las palabras de Jesús y escabullirse uno tras otro, comenzando por los más viejos, todo fue uno. Jesús se quedó solo, con la mujer allí en medio. 10 Se incorporó y le preguntó:

— Mujer, ¿dónde están todos esos? ¿Ninguno te condenó?

11 Ella le contestó:

— Ninguno, Señor.

Jesús le dijo:

— Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.]

Read full chapter