pero Jesús se fue al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. Entonces, los maestros de la Ley y los fariseos llevaron a una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio del grupo, dijeron a Jesús:

—Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la Ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?

Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo. Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:

—Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí. 10 Entonces él se incorporó y le preguntó:

—Mujer, ¿dónde están?[a] ¿Ya nadie te condena?

11 —Nadie, Señor.

Jesús dijo:

—Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.

Validez del testimonio de Jesús

12 Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo:

—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.

13 —Tú te presentas como tu propio testigo —alegaron los fariseos—, así que tu testimonio no es válido.

14 —Aunque yo sea mi propio testigo —respondió Jesús—, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. 15 Ustedes juzgan según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie. 16 Y si lo hago, mis juicios son válidos porque no los emito por mi cuenta, sino en unión con el Padre que me envió. 17 En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. 18 Yo soy testigo de mí mismo y el Padre que me envió también da testimonio de mí.

19 Ellos preguntaron:

—¿Dónde está tu padre?

Jesús respondió:

—Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre. Si me conocieran, también conocerían a mi Padre.

20 Estas palabras las dijo Jesús en el lugar donde se depositaban las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo. Pero nadie le echó mano, porque aún no había llegado su tiempo.

Yo no soy de este mundo

21 De nuevo Jesús les dijo:

—Yo me voy y ustedes me buscarán, pero en su pecado morirán. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.

22 Comentaban, por tanto, los judíos: «¿Acaso piensa suicidarse? ¿Será por eso que dice: “Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”?».

23 —Ustedes son de aquí abajo —continuó Jesús—; yo soy de allá arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo. 24 Por eso les he dicho que morirán en sus pecados, pues, si no creen que yo soy el que afirmo ser,[b] en sus pecados morirán.

25 —¿Quién eres tú? —le preguntaron.

—En primer lugar, ¿qué tengo que explicarles?[c] —contestó Jesús—. 26 Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió es veraz, y lo que le he oído decir es lo mismo que le repito al mundo.

27 Ellos no entendieron que les hablaba de su Padre. 28 Por eso Jesús añadió:

—Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado. 29 El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.

30 Mientras aún hablaba, muchos creyeron en él.

Los hijos de Abraham

31 Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo:

—Si se mantienen fieles a mis palabras, serán realmente mis discípulos; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

33 —Nosotros somos descendientes de Abraham —le contestaron—, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados?

34 —Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —afirmó Jesús—. 35 Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se queda en ella para siempre. 36 Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres. 37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham. Sin embargo, procuran matarme porque no está en sus planes aceptar mi palabra. 38 Yo hablo de lo que he visto en presencia del Padre; y ustedes hacen lo que de su padre han escuchado.

39 —Nuestro padre es Abraham —replicaron.

Entonces Jesús les contestó:

—Si fueran hijos de Abraham, harían lo mismo que él hizo. 40 Ustedes, en cambio, quieren matarme a mí, que les he expuesto la verdad que he recibido de parte de Dios. ¡Abraham jamás hizo algo así! 41 Las obras de ustedes son como las de su padre.

—Nosotros no somos hijos ilegítimos —le reclamaron—. Un solo Padre tenemos y es Dios mismo.

Los hijos del diablo

42 —Si Dios fuera su Padre —contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entienden mi modo de hablar? Porque no pueden aceptar mi palabra. 44 Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira! 45 Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen. 46 ¿Quién de ustedes me puede probar que soy culpable de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creen? 47 El que es de Dios escucha lo que Dios dice. Pero ustedes no escuchan, porque no son de Dios.

Declaración de Jesús acerca de sí mismo

48 —¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —replicaron los judíos.

49 —No estoy poseído por ningún demonio —contestó Jesús—. Tan solo honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran a mí. 50 Yo no busco mi propia gloria; pero hay uno que la busca y él es el juez. 51 Les aseguro que el que cumple mi palabra nunca morirá.

52 —¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —exclamaron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas, pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá. 53 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abraham? Él murió, y también murieron los profetas. ¿Quién te crees tú?

54 —Si yo me glorifico a mí mismo —les respondió Jesús—, mi gloria no significa nada. Pero quien me glorifica es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios, 55 aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes; pero lo conozco y cumplo su palabra. 56 Abraham, el padre de ustedes, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio y se alegró.

57 —Ni a los cincuenta años llegas —dijeron los judíos—, ¿y has visto a Abraham?

58 Jesús afirmó:

—Les aseguro que, antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!

59 Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió inadvertido del Templo.[d]

Footnotes

  1. 8:10 ¿dónde están? Var. ¿dónde están los que te acusaban?
  2. 8:24 el que afirmo ser. Alt. aquel; también en v. 28.
  3. 8:25 En primer … explicarles? Alt. Lo que desde el principio he venido diciéndoles.
  4. 8:59 Templo. Var. Templo atravesando por en medio de ellos, y así se fue.

La mujer sorprendida en adulterio

Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos(A). Y al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a Él; y sentándose, les enseñaba(B). Los escribas y los fariseos trajeron* a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, le dijeron*: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres(C); ¿tú, pues, qué dices? Decían esto, probándole(D), para tener de qué acusarle(E). Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó(F) y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero(G) en tirarle una piedra(H). E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose(I) Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? 11 Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno(J). Vete; desde ahora no peques más(K).

Jesús, la luz del mundo

12 Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo(L); el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz(M) de la vida. 13 Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero[a](N). 14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio(O) de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy(P); pero vosotros no sabéis de dónde vengo(Q) ni adónde voy. 15 Vosotros juzgáis según la carne[b](R); yo no juzgo a nadie(S). 16 Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que[c] me envió(T). 17 Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero[d](U). 18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí(V). 19 Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre(W). 20 Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro(X), cuando enseñaba en el templo(Y); y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora(Z).

Advertencias a los incrédulos

21 Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis(AA), y moriréis en vuestro pecado(AB); adonde yo voy, vosotros no podéis ir. 22 Por eso los judíos(AC) decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: «Adonde yo voy, vosotros no podéis ir(AD)»? 23 Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba(AE); vosotros sois de este mundo(AF), yo no soy de este mundo(AG). 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy[e](AH), moriréis en vuestros pecados(AI). 25 Entonces le decían: ¿Tú quién eres? Jesús les dijo: ¿Qué os he estado diciendo desde el principio[f]? 26 Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz(AJ); y yo, las cosas que oí de Él, estas digo al mundo(AK). 27 No comprendieron que les hablaba del Padre. 28 Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre(AL), entonces sabréis que yo soy[g](AM) y que no hago nada por mi cuenta(AN), sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó. 29 Y El que me envió está conmigo; no me ha dejado[h] solo(AO), porque yo siempre hago lo que le agrada(AP). 30 Al hablar estas cosas, muchos creyeron en Él(AQ).

Los verdaderos hijos de Abraham

31 Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra(AR), verdaderamente sois mis discípulos(AS); 32 y conoceréis la verdad(AT), y la verdad os hará libres(AU). 33 Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham(AV) y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: «Seréis libres»? 34 Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado(AW); 35 y el esclavo no queda en la casa para siempre(AX); el hijo permanece para siempre(AY). 36 Así que, si el Hijo os hace libres(AZ), seréis realmente libres. 37 Sé que sois descendientes de Abraham(BA); y sin embargo, procuráis matarme(BB) porque mi palabra no tiene cabida en vosotros[i]. 38 Yo hablo lo que he visto con mi Padre[j]; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de vuestro padre(BC). 39 Ellos le contestaron, y le dijeron: Abraham es nuestro padre(BD). Jesús les dijo*: Si sois hijos de Abraham(BE), haced las obras de Abraham. 40 Pero ahora procuráis matarme(BF), a mí[k] que os he dicho la verdad que oí de Dios(BG). Esto no lo hizo Abraham. 41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre(BH). Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios(BI). 42 Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais(BJ), porque yo salí de Dios y vine de Él(BK), pues no he venido por mi propia iniciativa(BL), sino que Él[l] me envió(BM). 43 ¿Por qué no entendéis lo que digo[m](BN)? Porque no podéis oír mi palabra(BO). 44 Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre(BP). Él fue un homicida desde el principio(BQ), y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira[n], habla de su propia naturaleza(BR), porque es mentiroso(BS) y el padre de la mentira[o]. 45 Pero porque yo digo la verdad(BT), no me creéis. 46 ¿Quién de vosotros me prueba que tengo pecado? Y si digo verdad(BU), ¿por qué vosotros no me creéis? 47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios(BV).

Jesús, anterior a Abraham

48 Contestaron los judíos(BW), y le dijeron: ¿No decimos con razón que tú eres samaritano(BX) y que tienes un demonio(BY)? 49 Jesús respondió: Yo no tengo ningún demonio(BZ), sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí. 50 Pero yo no busco mi gloria(CA); hay Uno que la busca, y juzga. 51 En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra(CB), no verá jamás la muerte(CC). 52 Los judíos(CD) le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio(CE). Abraham murió, y también los profetas, y tú dices: «Si alguno guarda mi palabra(CF) no probará jamás la muerte(CG)». 53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre(CH) Abraham que murió? Los profetas también murieron; ¿quién crees que eres?[p] 54 Jesús respondió: Si yo mismo me glorifico(CI), mi gloria no es nada; es mi Padre el que me glorifica(CJ), de quien vosotros decís: «Él es nuestro Dios». 55 Y vosotros no le habéis conocido(CK), pero yo le conozco; y si digo que no le conozco seré un mentiroso como vosotros(CL); pero le conozco(CM) y guardo su palabra(CN). 56 Vuestro padre Abraham(CO) se regocijó esperando ver[q] mi día; y lo vio y se alegró(CP). 57 Por esto los judíos(CQ) le dijeron: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58 Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera[r], yo soy(CR). 59 Entonces tomaron piedras para tirárselas(CS), pero Jesús se ocultó[s](CT) y salió del templo[t].

Footnotes

  1. Juan 8:13 O, válido
  2. Juan 8:15 I.e., según un criterio carnal
  3. Juan 8:16 Algunos mss. antiguos dicen: yo y el que
  4. Juan 8:17 O, válido
  5. Juan 8:24 La mayoría de los eruditos bíblicos relacionan estas palabras con Ex. 3:14 YO SOY EL QUE SOY
  6. Juan 8:25 O, Lo que os he dicho desde el principio
  7. Juan 8:28 Véase la nota, vers. 24
  8. Juan 8:29 O, no me dejó
  9. Juan 8:37 O, no progresa en vosotros
  10. Juan 8:38 O, en la presencia del Padre
  11. Juan 8:40 Lit., a un hombre
  12. Juan 8:42 Lit., Aquél
  13. Juan 8:43 O, mi manera de hablar
  14. Juan 8:44 Lit., la mentira
  15. Juan 8:44 Lit., el padre de ella
  16. Juan 8:53 Lit., ¿quién te haces?
  17. Juan 8:56 Lit., para que viera
  18. Juan 8:58 Lit., viniera a ser
  19. Juan 8:59 Lit., fue ocultado
  20. Juan 8:59 Algunos mss. agregan: y pasando por en medio de ellos, se fue, y así pasó

y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres.(A) Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Jesús, la luz del mundo

12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo;(B) el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. 13 Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.(C) 14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy. 15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. 16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. 17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. 18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. 19 Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais. 20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

A donde yo voy, vosotros no podéis venir

21 Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir. 22 Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir? 23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. 25 Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. 26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo. 27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre. 28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. 29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. 30 Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.

La verdad os hará libres

31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos,(D) y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?

34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. 37 Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. 38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.

Sois de vuestro padre el diablo

39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. 40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. 41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. 42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. 46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? 47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

La preexistencia de Cristo

48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? 49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. 50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga. 51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. 52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte. 53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo? 54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. 55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. 57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. 59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.