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Opresión filistea

13 Y los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor(A), y el Señor los entregó en manos de los filisteos por cuarenta años.

Y había un hombre de Zora(B), de la familia de los danitas, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril y no había tenido hijos. Entonces el ángel del Señor se le apareció a la mujer(C), y le dijo: He aquí, tú eres estéril y no has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor(D), y de no comer ninguna cosa inmunda. Pues he aquí, concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo para Dios(E) desde el seno materno(F); y él comenzará a salvar a Israel(G) de manos de los filisteos. Y la mujer fue y se lo dijo a su marido, diciendo: Un hombre de Dios vino a mí(H), y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde venía, ni él me hizo saber su nombre. Pero él me dijo: «He aquí, concebirás y darás a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte».

Entonces Manoa imploró al Señor, y dijo: Te ruego Señor, que el hombre de Dios que tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer(I). Y Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer(J) cuando estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella. 10 Y la mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: He aquí, se me ha aparecido el hombre que vino[a] el otro día(K). 11 Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: ¿Eres el hombre que habló a la mujer(L)? Y él respondió: Yo soy. 12 Y Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación? 13 Y el ángel del Señor dijo a Manoa: Que la mujer atienda a[b] todo lo que le dije(M). 14 No comerá nada que venga de la vid(N), no beberá vino ni licor, ni comerá nada inmundo(O); que guarde ella todo lo que le he mandado.

Visión de Manoa y nacimiento de Sansón

15 Entonces Manoa dijo al ángel del Señor(P): Permítenos detenerte y prepararte un cabrito. 16 Y el ángel del Señor respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu alimento[c](Q), mas si preparas un holocausto, ofrécelo al Señor. Y[d] Manoa no sabía que era el ángel del Señor. 17 Y Manoa dijo al ángel del Señor: ¿Cuál es tu nombre(R), para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos? 18 Y el ángel del Señor le respondió: ¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso[e](S)? 19 Y Manoa tomó el cabrito con la ofrenda de cereal y los ofreció sobre una piedra al Señor(T), y el ángel hizo maravillas mientras que Manoa y su mujer observaban. 20 Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en la llama del altar. Al ver esto, Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra(U). 21 Y el ángel del Señor no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor(V). 22 Y Manoa dijo a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios(W). 23 Pero su mujer le dijo: Si el Señor hubiera deseado matarnos, no habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereal de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas estas cosas, ni nos habría permitido ahora oír cosas como estas(X).

24 Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y el Señor lo bendijo(Y). 25 Y el Espíritu del Señor(Z) comenzó a manifestarse en él en Mahané-dan[f], entre Zora y Estaol(AA).

El matrimonio de Sansón

14 Y Sansón descendió a Timnat y vio allí[g] a una mujer de las hijas de los filisteos. Cuando regresó[h], se lo contó a su padre y a su madre, diciendo: Vi en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos; ahora pues, tomádmela por mujer. Le respondieron[i] su padre y su madre: ¿No hay mujer entre las hijas de tus parientes[j] o entre todo nuestro[k] pueblo, para que vayas a tomar mujer de los filisteos incircuncisos(AB)? Pero Sansón dijo a su padre: Tómala para mí, porque ella me agrada[l]. Y su padre y su madre no sabían que esto era del Señor, porque Él buscaba ocasión contra los filisteos(AC), pues en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel.

Y Sansón descendió a Timnat con su padre y con su madre, y llegó hasta los viñedos de Timnat; y he aquí, un león joven venía rugiendo hacia él. Y el Espíritu del Señor vino[m] sobre él(AD) con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano(AE); pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho. Descendió y habló con la mujer; y ella le agradó a Sansón[n]. Cuando regresó más tarde para tomarla, se apartó del camino para ver el cadáver del león; y he aquí que había un enjambre de abejas y miel en el cuerpo del león. Recogió la miel[o] en sus manos[p] y siguió adelante, comiéndola mientras caminaba. Cuando llegó adonde estaban su padre y su madre, les dio miel y ellos comieron; pero no les contó que había recogido la miel del cuerpo del león.

El enigma de Sansón

10 Entonces el padre descendió adonde estaba la mujer; y Sansón hizo allí un banquete, porque así acostumbraban hacer los jóvenes. 11 Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él. 12 Y Sansón les dijo: Permitidme proponeros ahora un enigma(AF); y si en verdad me lo declaráis dentro de los siete días del banquete, y lo descifráis, entonces os daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa(AG). 13 Pero si no podéis declarármelo, entonces vosotros me daréis treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa. Y ellos le dijeron: Propón tu enigma, para que lo escuchemos. 14 Y él les dijo:

Del que come salió comida,
y del fuerte salió dulzura.

Y no pudieron declararle el enigma en tres días.

15 Y[q] al cuarto[r] día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido(AH) a que nos declare el enigma, o te quemaremos a fuego a ti y a la casa de tu padre(AI). Nos habéis invitado para empobrecernos. ¿No es así? 16 Y la mujer de Sansón lloró delante de él, y dijo: Solo me aborreces y no me quieres; has propuesto un enigma a los hijos de mi pueblo, y no me lo has declarado(AJ). Y él le dijo: He aquí que no lo he declarado ni a mi padre ni a mi madre; ¿y te lo he de declarar a ti? 17 Mas ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se lo declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo. 18 Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron:

¿Qué es más dulce que la miel?
¿Y qué es más fuerte que un león?

Y él les dijo:

Si no hubiereis arado con mi novilla,
no habríais descubierto mi enigma.

19 Entonces el Espíritu del Señor vino[s] sobre él(AK) con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas de ropa a los que habían declarado el enigma. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre. 20 Pero la mujer de Sansón fue dada al compañero que había sido su amigo íntimo(AL).

Las zorras incendiarias

15 Después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo, sucedió que Sansón visitó a su mujer con un cabrito(AM), y dijo: Llegaré a mi mujer en su recámara. Pero el padre de ella no lo dejó entrar. Y el padre[t] dijo: Realmente pensé que la odiabas intensamente y se la di a tu compañero(AN). ¿No es su hermana menor más hermosa[u] que ella? Te ruego que la tomes en su lugar. Entonces Sansón le[v] respondió: Esta vez no tendré culpa en cuanto a los filisteos cuando les haga daño. Y Sansón fue y capturó trescientas zorras, tomó antorchas, juntó las zorras cola con cola y puso una antorcha en medio de cada dos colas. Después de prender fuego a las antorchas, soltó las zorras[w] en los sembrados de los filisteos, quemando la mies recogida, la mies en pie, y además las viñas y los olivares. Entonces los filisteos dijeron: ¿Quién hizo esto? Y les respondieron: Sansón, el yerno del timnateo, porque este tomó a su mujer y se la dio a su compañero. Y los filisteos vinieron y la quemaron a ella y a su padre(AO). Y Sansón les dijo: Ya que actuáis así, ciertamente me vengaré de vosotros, y después de eso, cesaré[x]. Y sin piedad los hirió[y] con gran mortandad; y descendió y habitó en la hendidura de la peña de Etam.

La quijada de asno

Subieron los filisteos y acamparon en Judá, y se esparcieron por Lehi. 10 Y los hombres de Judá dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos dijeron: Hemos subido para prender a Sansón a fin de hacerle como él nos ha hecho. 11 Tres mil hombres de Judá descendieron a la hendidura de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes que los filisteos reinan sobre nosotros(AP)? ¿Qué, pues, es esto que nos has hecho? Y él les dijo: Como ellos me hicieron, así les he hecho. 12 Y ellos le dijeron: Hemos descendido para prenderte y entregarte en manos de los filisteos. Y Sansón les dijo: Juradme que no me mataréis[z]. 13 Ellos le respondieron[aa]: No, sino que te ataremos bien y te entregaremos en sus manos; ciertamente no te mataremos. Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.

14 Al llegar él a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del Señor vino[ab] sobre él(AQ) con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron[ac] de sus manos. 15 Y halló una quijada de asno fresca aún, y extendiendo su mano, la tomó y mató[ad] a mil hombres con ella(AR). 16 Entonces Sansón dijo:

Con la quijada de un asno,
montones sobre montones[ae],
con la quijada de un asno
he matado[af] a mil hombres.

17 Y[ag] al terminar de hablar, arrojó la quijada de su mano, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi[ah]. 18 Después sintió una gran sed, y clamando al Señor(AS), dijo: Tú has dado esta gran liberación por mano de tu siervo, y ahora, ¿moriré yo[ai] de sed y[aj] caeré en manos de los incircuncisos? 19 Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas[ak] y se reanimó(AT). Por eso llamó a aquel lugar[al] En-hacore[am], el cual está en Lehi hasta el día de hoy. 20 Sansón juzgó a Israel veinte años(AU) en los días de los filisteos(AV).

Sansón y Dalila

16 Y Sansón fue a Gaza(AW), y allí vio a una ramera y se llegó a ella. Entonces fue dicho[an] a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y ellos cercaron el lugar y se apostaron a la puerta de la ciudad toda la noche, acechándolo(AX). Y estuvieron callados toda la noche, diciendo: Esperemos hasta que amanezca[ao], entonces lo mataremos. Pero Sansón permaneció acostado hasta la medianoche, y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con los dos postes, las arrancó junto con las trancas; entonces se las echó sobre los hombros y las llevó hasta la cumbre del monte que está frente a Hebrón.

Después de esto sucedió que se enamoró de una mujer del[ap] valle de Sorec, que se llamaba Dalila. Y los príncipes de los filisteos(AY) fueron a ella y le dijeron: Persuádelo(AZ), y ve dónde está su gran fuerza, y cómo[aq] podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo[ar]. Entonces cada uno de nosotros te dará mil cien piezas de plata. Dijo, pues, Dalila a Sansón: Te ruego que me declares dónde está tu gran fuerza y cómo[as] se te puede atar para castigarte[at]. Y Sansón le dijo: Si me atan con siete cuerdas frescas que no se hayan secado, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre. Los príncipes de los filisteos le llevaron siete cuerdas frescas que no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas. Y tenía ella hombres al acecho en un aposento interior. Entonces le dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima[au]! Pero él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa cuando toca[av] el fuego. Y no se descubrió el secreto de su fuerza.

10 Entonces Dalila dijo a Sansón: Mira, me has engañado y me has dicho mentiras; ahora pues, te ruego que me declares cómo[aw] se te puede atar. 11 Y él le respondió: Si me atan fuertemente con sogas nuevas que no se hayan usado[ax], me debilitaré y seré como cualquier otro hombre. 12 Dalila tomó sogas nuevas, lo ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima[ay]! Pues los hombres estaban al acecho en el aposento interior. Pero él rompió las sogas[az] de sus brazos como un hilo.

13 Entonces Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me has engañado y me has dicho mentiras; declárame, ¿cómo[ba] se te puede atar? Y él le dijo: Si tejes siete trenzas de mi cabellera[bb] con la tela [bc]y la aseguras con una clavija, entonces me debilitaré y seré como cualquier otro hombre. 14 Y mientras él dormía Dalila tomó las siete trenzas de su cabellera[bd] y las tejió con la tela, y la aseguró con la clavija, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima[be]! Pero él despertó de su sueño y arrancó la clavija del telar y la tela.

15 Entonces ella le dijo: ¿Cómo puedes decir: «Te quiero», cuando tu corazón no está conmigo(BA)? Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza. 16 Y[bf] como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió hasta[bg] la muerte. 17 Él le reveló[bh], pues, todo lo que había en su corazón, diciéndole: Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza, pues he sido nazareo para Dios desde el vientre de mi madre(BB). Si me cortan el cabello[bi], mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

18 Viendo Dalila que él le había declarado todo lo que había en su corazón, mandó llamar a los príncipes de los filisteos, diciendo: Venid una vez más, porque él me ha declarado todo lo que hay en su corazón. Entonces los príncipes de los filisteos vinieron a ella y trajeron el dinero en sus manos. 19 Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera[bj]. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó. 20 Ella entonces dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima[bk]! Y él despertó de su sueño, y dijo: Saldré como las otras veces y escaparé[bl]. Pero no sabía que el Señor se había apartado de él(BC). 21 Los filisteos lo prendieron y le sacaron los ojos; y llevándolo a Gaza, lo ataron con cadenas de bronce y lo pusieron a girar el molino[bm] en la prisión. 22 Pero el cabello de su cabeza comenzó a crecer de nuevo después de rasurado.

23 Y los príncipes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón(BD), y para regocijarse, pues decían:

Nuestro dios ha entregado a nuestro enemigo Sansón en nuestras manos.

24 Y cuando la gente lo vio, alabaron a su dios(BE), pues decían:

Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a nuestro enemigo(BF),
al que asolaba nuestra tierra,
y multiplicaba nuestros muertos.

25 Y sucedió que cuando estaban alegres[bn], dijeron: Llamad a Sansón para que nos divierta. Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía[bo]. Y lo pusieron de pie entre las columnas. 26 Entonces Sansón dijo al muchacho que lo tenía de la mano: Déjame palpar las columnas sobre las que el edificio[bp] descansa, para apoyarme en ellas. 27 Y el edificio estaba lleno de hombres y mujeres, y todos los príncipes de los filisteos estaban allí. Y sobre la azotea había como tres mil hombres y mujeres mirando mientras Sansón los divertía.

28 Sansón invocó al Señor(BG) y dijo: Señor Dios[bq], te ruego que te acuerdes de mí, y te suplico que me des fuerzas solo esta vez, oh Dios, para vengarme ahora de los filisteos por mis dos ojos(BH). 29 Y Sansón asió las dos columnas del medio sobre las que el edificio descansaba y se apoyó contra ellas, con su mano derecha sobre una y con su mano izquierda sobre la otra. 30 Y dijo Sansón: ¡Muera yo con los filisteos! Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que estaba en él. Así que los[br] que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida. 31 Entonces descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y tomándolo, lo llevaron y lo sepultaron entre Zora y Estaol en la tumba de Manoa, su padre. Él había juzgado a Israel veinte años(BI).

Footnotes

  1. Jueces 13:10 Lit., vino a mí
  2. Jueces 13:13 Lit., se guarde de
  3. Jueces 13:16 Lit., pan
  4. Jueces 13:16 Lit., Porque
  5. Jueces 13:18 O, incomprensible
  6. Jueces 13:25 I.e., Campamento de Dan
  7. Jueces 14:1 Lit., en Timnat
  8. Jueces 14:2 Lit., subió
  9. Jueces 14:3 Lit., Le dijo
  10. Jueces 14:3 Lit., hermanos
  11. Jueces 14:3 Lit., mi
  12. Jueces 14:3 Lit., es perfecta en mis ojos
  13. Jueces 14:6 Lit., cayó
  14. Jueces 14:7 Lit., era perfecta en los ojos de Sansón
  15. Jueces 14:9 Lit., Y la recogió
  16. Jueces 14:9 Lit., palmas
  17. Jueces 14:15 Lit., Y fue que
  18. Jueces 14:15 Así en algunas versiones antiguas; en heb., séptimo
  19. Jueces 14:19 Lit., cayó
  20. Jueces 15:2 Lit., el padre de ella
  21. Jueces 15:2 Lit., mejor
  22. Jueces 15:3 Lit., les
  23. Jueces 15:5 Lit., las soltó
  24. Jueces 15:7 I.e., de tomar venganza
  25. Jueces 15:8 Lit., Y les hirió la pierna sobre el muslo
  26. Jueces 15:12 Lit., caeréis sobre mí
  27. Jueces 15:13 Lit., le dijeron, diciendo
  28. Jueces 15:14 Lit., cayó
  29. Jueces 15:14 Lit., se derritieron
  30. Jueces 15:15 Lit., e hirió
  31. Jueces 15:16 Lit., un montón, dos montones
  32. Jueces 15:16 Lit., herido
  33. Jueces 15:17 Lit., Y fue que
  34. Jueces 15:17 I.e., la colina de la quijada
  35. Jueces 15:18 O, y ahora, yo moriré
  36. Jueces 15:18 U, o
  37. Jueces 15:19 Lit., su espíritu
  38. Jueces 15:19 Lit., lo llamó
  39. Jueces 15:19 I.e., el manantial del que clamó
  40. Jueces 16:2 Lit., Diciendo
  41. Jueces 16:2 Lit., la luz de la mañana
  42. Jueces 16:4 Lit., en el
  43. Jueces 16:5 Lit., con qué
  44. Jueces 16:5 Lit., afligirlo
  45. Jueces 16:6 Lit., con qué
  46. Jueces 16:6 Lit., afligirte
  47. Jueces 16:9 Lit., están sobre ti
  48. Jueces 16:9 Lit., huele
  49. Jueces 16:10 Lit., con qué
  50. Jueces 16:11 Lit., con las que no se ha hecho trabajo
  51. Jueces 16:12 Lit., están sobre ti
  52. Jueces 16:12 Lit., las rompió
  53. Jueces 16:13 Lit., con qué
  54. Jueces 16:13 Lit., cabeza
  55. Jueces 16:13 Las palabras: y la aseguras...con la tela (vers. 14), están en la sept., pero no en ningún ms. heb.
  56. Jueces 16:14 Lit., cabeza
  57. Jueces 16:14 Lit., están sobre ti
  58. Jueces 16:16 Lit., Y fue que
  59. Jueces 16:16 Lit., impacientó hasta el punto de
  60. Jueces 16:17 O, descubrió
  61. Jueces 16:17 Lit., fuera rapado
  62. Jueces 16:19 Lit., cabeza
  63. Jueces 16:20 Lit., están sobre ti
  64. Jueces 16:20 Lit., me soltaré
  65. Jueces 16:21 Lit., fue molinero
  66. Jueces 16:25 Lit., el corazón de ellos estaba alegre
  67. Jueces 16:25 Lit., era objeto de burla
  68. Jueces 16:26 Lit., la casa, y así en el resto del cap.
  69. Jueces 16:28 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  70. Jueces 16:30 Lit., los muertos

Nacimiento de Sansón

13 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años. Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo(A) a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos. Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre. Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.

Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer. Y Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella. 10 Y la mujer corrió prontamente a avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino a mí el otro día. 11 Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer; y vino al varón y le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y él dijo: Yo soy. 12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él? 13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije. 14 No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé.

15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito. 16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquel fuese ángel de Jehová. 17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos? 18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable? 19 Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer. 20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.

21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová. 22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. 23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto. 24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. 25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

Sansón y la mujer filistea de Timnat

14 Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada.

Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.

Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él. Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho. Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a Sansón. Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal de miel. Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.

10 Vino, pues, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes. 11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él. 12 Y Sansón les dijo: Yo os propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta. 13 Mas si no me lo podéis declarar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos. 14 Entonces les dijo:

Del devorador salió comida,

Y del fuerte salió dulzura.

Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días.

15 Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos? 16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti? 17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo. 18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron:

¿Qué cosa más dulce que la miel?

¿Y qué cosa más fuerte que el león?

Y él les respondió:

Si no araseis con mi novilla,

Nunca hubierais descubierto mi enigma.

19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre. 20 Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su amigo.

15 Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar. Y dijo el padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar. Entonces le dijo Sansón: Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere. Y fue Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos colas. Después, encendiendo las teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares. Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos y la quemaron a ella y a su padre. Entonces Sansón les dijo: Ya que así habéis hecho, juro que me vengaré de vosotros, y después desistiré. Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.

Sansón derrota a los filisteos en Lehi

Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi. 10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho. 11 Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron. 12 Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis. 13 Y ellos le respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña.

14 Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. 15 Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres. 16 Entonces Sansón dijo:

Con la quijada de un asno, un montón, dos montones;

Con la quijada de un asno maté a mil hombres.

17 Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi.[a]

18 Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos? 19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore,[b] el cual está en Lehi, hasta hoy. 20 Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años.

Sansón en Gaza

16 Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo mataremos. Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.

Sansón y Dalila

Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila. Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata. Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado. Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres. Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella le ató con ellos. Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.

10 Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado. 11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres. 12 Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en el aposento. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo.

13 Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. Él entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca. 14 Y ella las aseguró con la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.

15 Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. 16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. 17 Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.

18 Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. 19 Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. 20 Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. 21 Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel. 22 Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado.

Muerte de Sansón

23 Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo. 24 Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros. 25 Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas. 26 Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas. 27 Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.

28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. 29 Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida. 31 Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.

Footnotes

  1. Jueces 15:17 Esto es, Colina de la Quijada.
  2. Jueces 15:19 Esto es, la fuente del que clamó.