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Débora y Barac

Después que Aod murió, los israelitas volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor(A). Y el Señor los vendió en mano de Jabín, rey de Canaán, que reinaba en Hazor(B). El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Haroset Goyim(C). Entonces los israelitas clamaron al Señor, porque Jabín[a] tenía 900 carros de hierro(D) y había oprimido duramente a los israelitas durante veinte años.

Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en aquel tiempo. Ella se sentaba[b] debajo de la palmera de Débora entre Ramá y Betel(E), en la región montañosa de Efraín; y los israelitas subían a ella a pedir juicio. Ella mandó llamar a Barac(F), hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: «Esto ha ordenado[c] el Señor, Dios de Israel: “Ve, marcha al monte Tabor y lleva contigo a 10,000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Y yo atraeré hacia ti a Sísara, comandante del ejército de Jabín, con sus carros y sus muchas tropas[d] hacia el torrente Cisón, y lo entregaré en tus manos(G)”».

Barac le respondió: «Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré». «Ciertamente iré contigo», le dijo Débora. «Sin embargo, el honor no será tuyo en la jornada que vas a emprender, porque el Señor venderá a Sísara en manos de una mujer(H)». Entonces Débora se levantó y fue con Barac a Cedes. 10 Barac convocó a Zabulón(I) y a Neftalí en Cedes, y subieron con él[e] 10,000 hombres(J). Débora también subió con él.

11 Heber el quenita(K) se había separado de los quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim(L), que está junto a Cedes.

Derrota y muerte de Sísara

12 Avisaron a Sísara que Barac, hijo de Abinoam, había subido al monte Tabor. 13 Y juntó Sísara todos sus carros, 900 carros de hierro(M), y a toda la gente que estaba con él, desde Haroset Goyim(N) hasta el torrente Cisón. 14 Entonces Débora dijo a Barac: «¡Levántate! Porque este es el día en que el Señor ha entregado a Sísara en tus manos. Ya que el Señor ha salido delante de ti[f](O)». Bajó, pues, Barac del monte Tabor seguido de 10,000 hombres.

15 El Señor derrotó[g] a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército(P), a filo de espada delante de Barac. Y Sísara bajó de su carro, y huyó a pie. 16 Barac persiguió los carros y el ejército hasta Haroset Goyim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada. No quedó ni uno(Q).

17 Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el quenita. Porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el quenita. 18 Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: «Venga[h], señor mío, venga[i] a mí; no tema». Y él fue[j] hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta. 19 Y él le dijo: «Te ruego que me des a beber un poco de agua, porque tengo sed». Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber(R); entonces lo cubrió. 20 Y él le dijo: «Ponte a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta: “¿Hay alguien aquí?”, tú responderás: “No”».

21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomando[k] en la mano un martillo, se le acercó silenciosamente y le clavó la estaca en las sienes(S), la cual penetró en la tierra, pues él estaba profundamente dormido y agotado, y murió. 22 Y cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: «Ven, y te mostraré al hombre que buscas». Y él entró con[l] ella, y vio que Sísara estaba tendido, muerto con la estaca en la sien.

23 Así sometió Dios en aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los israelitas(T). 24 Y la mano de los israelitas se hizo más y más dura[m] sobre Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron[n].

Footnotes

  1. Jueces 4:3 Lit. él.
  2. Jueces 4:5 O vivía.
  3. Jueces 4:6 O ¿No ha ordenado.
  4. Jueces 4:7 Lit. su multitud.
  5. Jueces 4:10 Lit. a sus pies.
  6. Jueces 4:14 O ¿no ha salido el Señor delante de ti?
  7. Jueces 4:15 Lit. confundió.
  8. Jueces 4:18 Lit. desvíate.
  9. Jueces 4:18 Lit. desvíate.
  10. Jueces 4:18 Lit. se desvió.
  11. Jueces 4:21 Lit. colocando.
  12. Jueces 4:22 Lit. hacia.
  13. Jueces 4:24 O pesaba más y más.
  14. Jueces 4:24 Lit. cortaron a Jabín, rey de Canaán.

Débora y Barac derrotan a Sísara

Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová. Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset-goim. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquel tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.

Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes. 10 Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres a su mando; y Débora subió con él.

11 Y Heber ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes.

12 Vinieron, pues, a Sísara las nuevas de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte de Tabor. 13 Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón. 14 Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él. 15 Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie. 16 Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno.

17 Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo. 18 Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta. 19 Y él le dijo: Te ruego me des de beber un poco de agua, pues tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y le volvió a cubrir. 20 Y él le dijo: Estate a la puerta de la tienda; y si alguien viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí alguno? tú responderás que no. 21 Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió. 22 Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo, y le dijo: Ven, y te mostraré al varón que tú buscas. Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca por la sien.

23 Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel. 24 Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

El ejército de Gedeón reducido

Jerobaal (A), es decir, Gedeón, se levantó temprano y todo el pueblo que estaba con él, y acamparon junto a la fuente de Harod[a]. El campamento de Madián estaba al norte de ellos[b], cerca de la colina de More(B), en el valle.

Y el Señor dijo a Gedeón: «El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que Yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso[c], y diga: “Mi propia fortaleza[d] me ha librado(C)”. Ahora pues[e], proclama a oídos del pueblo: “Cualquiera que tenga miedo y tiemble(D), que regrese y se vaya del monte Galaad”». Y 22,000 personas regresaron, pero quedaron 10,000.

Entonces el Señor dijo a Gedeón(E): «Todavía el pueblo es demasiado numeroso. Hazlos bajar al agua y allí te los probaré. Y será que de quien Yo te diga: “Este irá contigo”, ese irá contigo. Pero todo aquel de quien Yo te diga: “Este no irá contigo”, ese no irá». E hizo bajar el pueblo al agua. Y el Señor dijo a Gedeón: «Pondrás a un lado a todo aquel que lame el agua con su lengua, como lame el perro, y a todo el que se arrodilla para beber». Y fue el número de los que lamieron, poniendo la mano a su boca, 300 hombres. Pero todo el resto del pueblo se arrodilló para beber.

El Señor dijo entonces a Gedeón(F): «Los salvaré con los 300 hombres que lamieron el agua y entregaré a los madianitas en tus manos. Que todos los demás del pueblo se vayan, cada uno a su casa[f]». Y los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus trompetas. Y Gedeón envió a todos los demás hombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo en el valle.

Aquella misma noche, el Señor le dijo a Gedeón: «Levántate, desciende contra el campamento porque lo he entregado en tus manos(G). 10 Pero si tienes temor de descender, baja al campamento con tu criado Fura, 11 y oirás lo que dicen. Entonces tus manos serán fortalecidas(H) para descender contra el campamento». Y descendió con su criado Fura hasta los puestos avanzados del ejército[g] que estaban en el campamento. 12 Los madianitas, los amalecitas y todos los hijos del oriente estaban recostados en el valle, numerosos como langostas(I); y sus camellos eran innumerables, tan numerosos como la arena a la orilla del mar(J).

13 Cuando Gedeón llegó allí, un hombre estaba contando un sueño a su amigo: «Escuchen, tuve[h] un sueño. Un pan de cebada iba rodando hasta el campamento de Madián, y llegó hasta la tienda y la golpeó de manera que cayó, y la volcó de arriba abajo[i] y la tienda quedó extendida». 14 Su amigo le respondió: «Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en su mano a Madián y a todo el campamento(K)».

15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se inclinó y adoró. Volvió al campamento de Israel, y dijo: «Levántense, porque el Señor ha entregado en manos de ustedes el campamento de Madián». 16 Y dividió los 300 hombres en tres compañías[j], y puso trompetas y cántaros vacíos en las manos de todos ellos, con antorchas dentro de los cántaros. 17 «Mírenme», les dijo, «y hagan lo mismo que yo. Y cuando yo llegue a las afueras del campamento, como yo haga, así harán ustedes. 18 Cuando yo y todos los que estén conmigo toquemos la trompeta, entonces también ustedes tocarán las trompetas alrededor de todo el campamento, y digan: “Por el Señor y por Gedeón”».

Derrota de los madianitas

19 Gedeón llegó con los 100 hombres que estaban con él a las afueras del campamento, al principio de la guardia de medianoche, cuando apenas habían apostado la guardia. Entonces tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que tenían en las manos. 20 Cuando las tres compañías tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, y sosteniendo las antorchas en la mano izquierda y las trompetas en la mano derecha para tocarlas, gritaron: «¡La espada del Señor y de Gedeón!». 21 Cada uno se mantuvo en su lugar alrededor del campamento; y todo el ejército[k] de los madianitas echó a correr gritando mientras huían(L).

22 Cuando tocaron las 300 trompetas, el Señor puso la espada del uno contra el otro(M) por todo el campamento; y el ejército huyó hasta Bet Sita, en dirección de Zerera, hasta la orilla de Abel Mehola(N), junto a Tabat. 23 Y los hombres de Israel se reunieron, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés(O), y persiguieron a los madianitas[l].

24 Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín y dijo: «Desciendan contra[m] Madián y tomen los vados antes que ellos[n], hasta Bet Bara y el Jordán(P)». Y todos los hombres de Efraín se reunieron y tomaron los vados[o] hasta Bet Bara y el Jordán. 25 Y capturaron a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeeb. Mataron a Oreb en la peña de Oreb y mataron a Zeeb en el lagar de Zeeb, cuando perseguían a Madián(Q), y le llevaron a Gedeón las cabezas de Oreb y Zeeb, del otro lado del Jordán(R).

Footnotes

  1. Jueces 7:1 O junto a En Harod.
  2. Jueces 7:1 Lit. él.
  3. Jueces 7:2 Lit. se gloríe contra mí.
  4. Jueces 7:2 Lit. mano.
  5. Jueces 7:3 Lit. Y ahora te ruego.
  6. Jueces 7:7 Lit. lugar.
  7. Jueces 7:11 Lit. la extremidad del frente de batalla.
  8. Jueces 7:13 Lit. soñé.
  9. Jueces 7:13 Lit. hacia arriba.
  10. Jueces 7:16 Lit. cabezas.
  11. Jueces 7:21 O campamento.
  12. Jueces 7:23 Lit. a Madián.
  13. Jueces 7:24 Lit. al encuentro de.
  14. Jueces 7:24 Lit. los vados de las aguas.
  15. Jueces 7:24 Lit. los vados de las aguas.

Gedeón derrota a los madianitas

Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.

Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase(A) desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.

Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya este contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquel pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.

Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. 10 Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, 11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento. 12 Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud. 13 Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 14 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.

15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. 16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. 17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. 18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón! 19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! 21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. 23 Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas.

24 Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. 25 Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.

Jefté libra a Israel

11 Jefté el galaadita(A) era un guerrero valiente[a], hijo de una ramera. Galaad era el padre de[b] Jefté. Y la mujer de Galaad le dio hijos. Y cuando los hijos de su mujer crecieron, echaron fuera a Jefté, y le dijeron: «No tendrás heredad en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer». Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob(B). Y hombres indignos se juntaron con[c] Jefté y salían con él.

Después de cierto tiempo sucedió que los amonitas(C) pelearon contra Israel. Y cuando los amonitas pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob. Y dijeron a Jefté: «Ven y sé nuestro jefe para que peleemos contra los amonitas». Entonces Jefté contestó a los ancianos de Galaad: «¿No me odiaron y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, han venido a mí ahora cuando están en apuros(D)?».

Y los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: «Por esta causa hemos vuelto a ti: para que vengas con nosotros y pelees contra los amonitas y seas jefe sobre todos los habitantes de Galaad(E)». Jefté respondió a los ancianos de Galaad: «Si me hacen volver para pelear contra los amonitas y el Señor me[d] los entrega, ¿seré yo el jefe de ustedes?». 10 Y los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: «El Señor es testigo[e] entre nosotros(F). Ciertamente haremos como has dicho[f]». 11 Entonces Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo hizo cabeza y jefe sobre ellos. Y Jefté habló todas sus palabras delante del Señor en Mizpa(G).

12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los amonitas para que le dijeran: «¿Qué hay entre usted y yo[g], que ha venido a mí para pelear contra mi tierra?». 13 El rey de los amonitas dijo a los mensajeros de Jefté: «Porque Israel tomó mi tierra, cuando subieron de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc(H) y el Jordán; por tanto devuélvela ahora en paz».

14 Pero Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los amonitas, 15 que le dijeron: «Así dice Jefté: “Israel no tomó la tierra de Moab, ni la tierra de los amonitas.

16 ”Porque cuando subieron de Egipto, e Israel pasó por el desierto hasta el Mar Rojo[h](I) y llegó a Cades(J), 17 entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom diciéndole: ‘Permítanos, le rogamos, pasar por su tierra’, pero el rey de Edom no los escuchó. También enviaron mensajeros al rey de Moab pero él no consintió(K), así que Israel permaneció en Cades. 18 Luego atravesaron el desierto y rodearon la tierra de Edom y de Moab(L), llegaron al lado oriental de la tierra de Moab y acamparon al otro lado del Arnón; pero no entraron en el territorio de Moab(M), porque el Arnón era la frontera de Moab.

19 (N)Entonces Israel envió mensajeros a Sehón, rey de los amorreos, rey de Hesbón, y le dijo Israel: ‘Permítanos, le rogamos, pasar por su tierra a nuestro lugar’. 20 Pero Sehón no confió en Israel para darle paso por su territorio. Reunió, pues, Sehón a todo su pueblo y acampó en Jahaza, y peleó contra Israel. 21 El Señor, Dios de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en manos de Israel, y los derrotaron[i], e Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos, los habitantes de esa región(O).

22 ”Y poseyeron todo el territorio de los amorreos desde el Arnón hasta el Jaboc(P), y desde el desierto hasta el Jordán. 23 Puesto que el Señor, Dios de Israel, expulsó[j] a los amorreos de delante de su pueblo Israel, ¿va usted a poseerla?

24 ”¿No posee usted lo que Quemos(Q), su dios, le ha dado para poseer? De modo que todo el territorio que el Señor nuestro Dios ha desposeído delante de nosotros, lo poseeremos. 25 Ahora pues, ¿es usted mejor que Balac, hijo de Zipor, rey de Moab(R)? ¿Acaso luchó él con Israel, o acaso peleó contra ellos?

26 ”Mientras Israel habitaba en Hesbón y sus pueblos(S), y en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están a orillas del Arnón por 300 años, ¿por qué no las recuperó durante ese tiempo? 27 Por tanto, yo no he pecado contra usted, pero usted me está haciendo mal al hacer guerra contra mí. Que el Señor, el Juez, juzgue hoy entre los israelitas y los amonitas(T)”». 28 Pero el rey de los amonitas no hizo caso al mensaje[k] que Jefté le envió.

Voto y victoria de Jefté

29 El Espíritu del Señor vino sobre Jefté(U). Entonces Jefté pasó por Galaad y Manasés. Luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde estaban los amonitas. 30 Y Jefté hizo un voto al Señor, y dijo: «Si en verdad entregas en mis manos a los amonitas, 31 sucederá que cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los amonitas, será del Señor, o[l] lo ofreceré como holocausto».

32 Jefté cruzó adonde estaban los amonitas para pelear contra ellos, y el Señor los entregó en su mano. 33 Y los hirió con una gran matanza desde Aroer hasta la entrada de Minit(V), veinte ciudades, hasta Abel Keramim. Y los amonitas fueron sometidos delante de los israelitas.

34 Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa(W), su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas(X). Ella era su única hija. Fuera de ella no tenía hijo ni hija.

35 Al verla, él rasgó sus ropas y dijo: «¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen. Porque he dado mi palabra[m] al Señor, y no me puedo retractar(Y)». 36 Entonces ella le dijo: «Padre mío, has dado tu palabra[n] al Señor. Haz conmigo conforme a lo que has dicho[o](Z), ya que el Señor te ha vengado de tus enemigos, los amonitas».

37 Y ella dijo a su padre: «Que se haga esto por mí; déjame sola por dos meses, para que vaya yo a[p] los montes y llore por mi virginidad(AA), yo y mis compañeras». 38 Y él dijo: «Ve», y la dejó ir por dos meses; y ella se fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.

39 Al[q] cabo de los dos meses ella regresó a su padre, que cumplió con ella conforme al voto que había hecho; y ella no tuvo relaciones con ningún hombre[r]. Y se hizo costumbre en Israel, 40 que de año en año las hijas de Israel fueran cuatro días en el año a conmemorar[s] a la hija de Jefté el galaadita.

Footnotes

  1. Jueces 11:1 O poderoso hombre de valor.
  2. Jueces 11:1 Lit. engendró a.
  3. Jueces 11:3 Lit. a.
  4. Jueces 11:9 Lit. delante de mí.
  5. Jueces 11:10 Lit. oyente.
  6. Jueces 11:10 Lit. conforme a tu palabra.
  7. Jueces 11:12 Lit. Qué a mí y a ti.
  8. Jueces 11:16 Lit. Mar de Cañas.
  9. Jueces 11:21 Lit. hirieron.
  10. Jueces 11:23 Lit. desposeyó.
  11. Jueces 11:28 Lit. no escuchó las palabras.
  12. Jueces 11:31 O y.
  13. Jueces 11:35 Lit. he abierto mi boca.
  14. Jueces 11:36 Lit. has abierto tu boca.
  15. Jueces 11:36 Lit. a lo que ha salido de tu boca.
  16. Jueces 11:37 Lit. vaya y descienda sobre.
  17. Jueces 11:39 Lit. Y fue que al.
  18. Jueces 11:39 Lit. no conoció hombre.
  19. Jueces 11:40 Lit. recontar; algunas versiones antiguas dicen: lamentar.

11 Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.

Aconteció andando el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel. Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob; y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón. Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción? Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad. Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo? 10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices. 11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.

12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra contra mi tierra? 13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz. 14 Y Jefté volvió a enviar otros mensajeros al rey de los amonitas, 15 para decirle: Jefté ha dicho así: Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón. 16 Porque cuando Israel subió de Egipto, anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, y llegó a Cades. 17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra; pero el rey de Edom no los escuchó.(A) Envió también al rey de Moab, el cual tampoco quiso; se quedó, por tanto, Israel en Cades. 18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom(B) y la tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón, y no entró en territorio de Moab; porque Arnón es territorio de Moab. 19 Y envió Israel mensajeros a Sehón rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar. 20 Mas Sehón no se fió de Israel para darle paso por su territorio, sino que reuniendo Sehón a toda su gente, acampó en Jahaza, y peleó contra Israel. 21 Pero Jehová Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los derrotó; y se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país. 22 Se apoderaron también de todo el territorio del amorreo desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.(C) 23 Así que, lo que Jehová Dios de Israel desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él? 24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos. 25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab?(D) ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo guerra contra ellos? 26 Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo? 27 Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón. 28 Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió.

29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón. 30 Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, 31 cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto. 32 Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano. 33 Y desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.

34 Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija. 35 Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme.(E) 36 Ella entonces le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón. 37 Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras. 38 Él entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. 39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón. 40 Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año.

El matrimonio de Sansón

14 Sansón descendió a Timnat y vio allí[a] a una mujer de las hijas de los filisteos. Cuando regresó[b], se lo contó a su padre y a su madre: «Vi en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Ahora pues, tómenmela por mujer». Le respondieron[c] su padre y su madre: «¿No hay mujer entre las hijas de tus parientes[d] o entre todo nuestro[e] pueblo, para que vayas a tomar mujer de los filisteos incircuncisos(A)?». Pero Sansón dijo a su padre: «Tómala para mí, porque ella me agrada[f]». Su padre y su madre no sabían que esto era del Señor, porque Él buscaba ocasión contra los filisteos(B), pues en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel.

Entonces Sansón descendió a Timnat con su padre y con su madre, y llegó hasta los viñedos de Timnat. Y allí un león joven venía rugiendo hacia él. Pero el Espíritu del Señor vino[g] sobre él(C) con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano(D). Pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho. Descendió y habló con la mujer; y ella le agradó a Sansón[h].

Cuando regresó más tarde para tomarla, se apartó del camino para ver el cadáver del león. Y había un enjambre de abejas y miel en el cuerpo del león. Recogió la miel[i] en sus manos[j] y siguió adelante, comiéndola mientras caminaba. Cuando llegó adonde estaban su padre y su madre, les dio miel y ellos comieron. Pero no les contó que había recogido la miel del cuerpo del león.

La adivinanza de Sansón

10 Después el padre descendió adonde estaba la mujer. Y Sansón hizo allí un banquete, porque así acostumbraban hacer los jóvenes. 11 Y cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él.

12 Entonces Sansón les dijo: «Permítanme proponerles ahora una adivinanza(E). Y si en verdad me lo declaran dentro de los siete días del banquete, y lo descifran, entonces les daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa(F). 13 Pero si no pueden declarármela, entonces ustedes me darán treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa». «Dinos tu adivinanza, para que la escuchemos», le dijeron ellos. 14 Entonces les dijo:

«Del que come salió comida,
Y del fuerte salió dulzura».

Y no pudieron declararle la adivinanza en tres días.

15 Al cuarto[k] día dijeron a la mujer de Sansón: «Persuade a tu marido(G) a que nos declare la adivinanza, o te quemaremos a fuego a ti y a la casa de tu padre(H). Nos han invitado para empobrecernos. ¿No es así?». 16 La mujer de Sansón lloró delante de él, y dijo: «Solo me aborreces y no me quieres. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me la has declarado(I)». Y él le dijo: «No se la he declarado ni a mi padre ni a mi madre. ¿Y te la he de declarar a ti?». 17 Pero ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se la declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró la adivinanza a los hijos de su pueblo.

18 Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron:

«¿Qué es más dulce que la miel?
¿Y qué es más fuerte que un león?».

Y Sansón les contestó:

«Si no hubieran arado con mi novilla,
No habrían descubierto mi adivinanza».

19 Entonces el Espíritu del Señor vino[l] sobre él(J) con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas de ropa a los que habían declarado la adivinanza. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre. 20 Pero la mujer de Sansón fue dada al compañero que había sido su amigo íntimo(K).

Footnotes

  1. Jueces 14:1 Lit. en Timnat.
  2. Jueces 14:2 Lit. subió.
  3. Jueces 14:3 Lit. Le dijo.
  4. Jueces 14:3 Lit. hermanos.
  5. Jueces 14:3 Lit. mi.
  6. Jueces 14:3 Lit. es perfecta en mis ojos.
  7. Jueces 14:6 Lit. cayó.
  8. Jueces 14:7 Lit. era perfecta en los ojos de Sansón.
  9. Jueces 14:9 Lit. Y la recogió.
  10. Jueces 14:9 Lit. palmas.
  11. Jueces 14:15 Así en algunas versiones antiguas; en heb. séptimo.
  12. Jueces 14:19 Lit. cayó.

Sansón y la mujer filistea de Timnat

14 Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada.

Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.

Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él. Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho. Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a Sansón. Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal de miel. Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.

10 Vino, pues, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes. 11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él. 12 Y Sansón les dijo: Yo os propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta. 13 Mas si no me lo podéis declarar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos. 14 Entonces les dijo:

Del devorador salió comida,

Y del fuerte salió dulzura.

Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días.

15 Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos? 16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti? 17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo. 18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron:

¿Qué cosa más dulce que la miel?

¿Y qué cosa más fuerte que el león?

Y él les respondió:

Si no araseis con mi novilla,

Nunca hubierais descubierto mi enigma.

19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre. 20 Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su amigo.

17 Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre Israel, todos los filisteos subieron a buscar a David(A); y cuando David se enteró, bajó a la fortaleza(B). 18 Los filisteos llegaron y se esparcieron por el valle de Refaim(C). 19 Entonces David consultó al Señor: «¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano?». Y el Señor dijo a David(D): «Sube(E), porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano». 20 Así que David fue a Baal Perazim, y allí los derrotó[a]; y dijo: «El Señor ha abierto brecha entre mis enemigos delante de mí, como brecha de aguas». Por eso llamó a aquel lugar Baal Perazim[b](F).

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Footnotes

  1. 2 Samuel 5:20 Lit. David los hirió.
  2. 2 Samuel 5:20 I.e. el señor que abre brecha.

David derrota a los filisteos

(1 Cr. 14.8-17)

17 Oyendo los filisteos que David había sido ungido por rey sobre Israel, subieron todos los filisteos para buscar a David; y cuando David lo oyó, descendió a la fortaleza. 18 Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaim. 19 Entonces consultó David a Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano. 20 Y vino David a Baal-perazim, y allí los venció David, y dijo: Quebrantó[a] Jehová a mis enemigos delante de mí, como corriente impetuosa. Por esto llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim.[b]

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Footnotes

  1. 2 Samuel 5:20 Heb. paraz.
  2. 2 Samuel 5:20 Esto es, el Señor que quebranta.

Victorias de David

(A)Después de esto, David derrotó[a] a los filisteos y los sometió, y David tomó el mando de la ciudad principal[b] de mano de los filisteos.

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Footnotes

  1. 2 Samuel 8:1 Lit. hirió, y así en el resto del cap.
  2. 2 Samuel 8:1 Lit. la rienda de la ciudad madre.

David extiende sus dominios

(1 Cr. 18.1-13)

Después de esto, aconteció que David derrotó a los filisteos y los sometió, y tomó David a Meteg-ama de mano de los filisteos.

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También derrotó a Moab(A), y los midió con cordel, haciéndolos tenderse en tierra. Midió dos cordeles para darles muerte, y un cordel entero para dejarlos vivos. Y los moabitas fueron siervos de David(B), trayéndole tributo(C).

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Derrotó también a los de Moab, y los midió con cordel, haciéndolos tender por tierra; y midió dos cordeles para hacerlos morir, y un cordel entero para preservarles la vida; y fueron los moabitas siervos de David, y pagaron tributo.

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12 Esfuérzate, y mostrémonos valientes por amor a nuestro pueblo y por amor a las ciudades de nuestro Dios(A); y que el Señor haga lo que le parezca bien[a](B)».

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Footnotes

  1. 2 Samuel 10:12 Lit. lo bueno en sus ojos.

12 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.

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