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Alguien avisó a los de Gaza:

— Sansón está aquí.

Rodearon la casa y lo esperaron apostados a la puerta de la ciudad. Pasaron la noche sin mayor preocupación diciéndose:

— Esperemos hasta que despunte el día; entonces lo mataremos.

Sansón estuvo durmiendo hasta media noche. A media noche se levantó, agarró las dos hojas de la puerta de la ciudad con sus jambas y su barra, las arrancó, se las cargó a la espalda, y las subió hasta la cima del monte que está frente a Hebrón.

Sansón traicionado por Dalila

Después de esto, se enamoró de una mujer de la vaguada de Sórec, que se llamaba Dalila.

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