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Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar. Y de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a Jehová; es expiación de la culpa. Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en lugar santo; es cosa muy santa. Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa; una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella. Y el sacerdote que ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto que ofreciere será para él. Asimismo toda ofrenda que se cociere en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del sacerdote que lo ofreciere. 10 Y toda ofrenda amasada con aceite, o seca, será de todos los hijos de Aarón, tanto de uno como de otro.

11 Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová: 12 Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite. 13 Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14 Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová, y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15 Y la carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16 Mas si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente; 17 y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el tercer día, será quemado en el fuego. 18 Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado.

19 Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la carne; 20 pero la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová, estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 21 Además, la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo, o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová, aquella persona será cortada de entre su pueblo.

22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24 La grosura de animal muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis. 25 Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26 Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27 Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo.(A)

28 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29 Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30 Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 31 Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32 Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33 El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34 Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35 Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová, 36 la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.

37 Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las consagraciones y del sacrificio de paz, 38 la cual mandó Jehová a Moisés en el monte de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el desierto de Sinaí.

Consagración de Aarón y de sus hijos

(Ex. 29.1-37)

Habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura; y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. Hizo, pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión.

Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. Y puso sobre él la túnica, y le ciñó con el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó con el cinto del efod, y lo ajustó con él. Luego le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim. Después puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de oro, la diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.

10 Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó. 11 Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la fuente y su base, para santificarlos. 12 Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13 Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés.

14 Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro de la expiación, 15 y lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar, y lo santificó para reconciliar sobre él. 16 Después tomó toda la grosura que estaba sobre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés sobre el altar. 17 Mas el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés.

18 Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero; 19 y lo degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 20 y cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la grosura. 21 Lavó luego con agua los intestinos y las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.

22 Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre, y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 24 Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor.

25 Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del hígado, los dos riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha. 26 Y del canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre, y las puso con la grosura y con la espaldilla derecha. 27 Y lo puso todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de Jehová. 28 Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 29 Y tomó Moisés el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones, aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.

30 Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.

31 Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos la comerán. 32 Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemaréis al fuego. 33 De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 34 De la manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 35 A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado. 36 Y Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.

El sacrificio por la culpa

»Esta es la ley respecto al sacrificio por la culpa, el cual es sumamente sagrado: La víctima deberá ser degollada en el mismo lugar donde se degüellan los animales para el holocausto, y su sangre será derramada alrededor del altar. Luego se ofrecerá toda su grasa: la cola, la grasa que recubre los intestinos, los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. El sacerdote quemará todo esto en el altar como ofrenda puesta al fuego ante el Señor. Es un sacrificio por la culpa. Todo varón entre los sacerdotes podrá comer del sacrificio, pero deberá comerlo en un lugar santo. Es algo sumamente sagrado.

Derechos de los sacerdotes

»La misma ley se aplica tanto al sacrificio por el perdón como al sacrificio por la culpa: El animal pertenecerá al sacerdote que lo sacrifique para pedir perdón de pecados. La piel de la víctima del holocausto también será para el sacerdote que la ofrezca. Así mismo, toda ofrenda de cereal cocida al horno, a la olla o a la sartén, será del sacerdote que la ofrezca. 10 Toda ofrenda de cereal, ya sea amasada con aceite o seca, pertenecerá a todos los hijos de Aarón por partes iguales.

Diversos sacrificios de comunión

11 »Esta es la ley respecto al sacrificio de comunión que se ofrece al Señor:

12 »Si se ofrece en acción de gracias, entonces se ofrecerán también panes sin levadura amasados con aceite, hojuelas sin levadura untadas con aceite o panes de harina refinada amasados con aceite. 13 Junto con el sacrificio de comunión en acción de gracias, se deberá presentar una ofrenda de pan con levadura. 14 De toda ofrenda deberá presentarse una parte como contribución al Señor y se destinará al sacerdote a quien corresponda derramar la sangre del sacrificio de comunión. 15 La carne de este sacrificio deberá comerse el día en que se ofrezca, sin dejar nada para el día siguiente.

16 »Si el sacrificio tiene que ver con una promesa o se trata de una ofrenda voluntaria, no solo se comerá en el día que se ofrezca el sacrificio, sino que podrá comerse el resto al día siguiente. 17 Pero toda la carne que quede hasta el tercer día se quemará en el fuego. 18 Si alguna carne del sacrificio de comunión llega a comerse al tercer día, tal sacrificio no será aceptado ni se tomará en cuenta, porque la carne ya está impura. El que la coma sufrirá las consecuencias de su pecado.

19 »No deberá comerse la carne que haya tocado alguna cosa ritualmente impura, sino que se quemará en el fuego. En cuanto a otra carne, toda persona pura podrá comerla. 20 Si una persona impura come la carne ofrecida al Señor en el sacrificio de comunión, será eliminada de su pueblo. 21 Si alguien toca cualquier clase de impureza humana o de animal, o de algo detestable y luego come la carne ofrecida al Señor en el sacrificio de comunión, será eliminado de su pueblo».

Prohibiciones acerca de la grasa y de la sangre

22 El Señor ordenó a Moisés 23 que dijera a los israelitas: «Ustedes no comerán grasa de ganado vacuno, ovino o cabrío. 24 La grasa de un animal muerto o despedazado podrá usarse con cualquier otro fin, menos para comerla. 25 Todo el que coma grasa de animales presentados como ofrenda puesta al fuego ante el Señor será eliminado de su pueblo. 26 Vivan donde vivan, ustedes no comerán grasa ni sangre alguna, sea de ave o de otro animal. 27 Todo el que coma cualquier clase de sangre será eliminado de su pueblo».

La porción de los sacerdotes

28 El Señor ordenó a Moisés 29 que dijera a los israelitas: «El que ofrezca al Señor un sacrificio de comunión deberá presentar al Señor parte de ese sacrificio, 30 y presentarle también una ofrenda puesta al fuego. Llevará la grasa y el pecho, y mecerá ante el Señor el pecho de la víctima como ofrenda mecida. 31 El sacerdote quemará la grasa en el altar, pero el pecho será para Aarón y sus hijos. 32 Al sacerdote se le dará, como contribución, el muslo derecho del sacrificio de comunión. 33 El muslo derecho será la porción del sacerdote[a] a quien le toque ofrecer la sangre y la grasa del sacrificio. 34 Porque de los sacrificios de comunión que ofrecen los israelitas, yo he tomado el pecho mecido y el muslo para dárselos, como contribución, al sacerdote Aarón y a sus hijos. Este será un estatuto perpetuo entre los israelitas».

35 De las ofrendas puestas al fuego ante el Señor, esa es la porción consagrada para Aarón y sus hijos desde el día en que Moisés se los presentó al Señor como sacerdotes. 36 El día en que fueron ungidos, el Señor ordenó a los israelitas darles esa porción. Es un estatuto perpetuo para sus descendientes.

37 Esta es la ley respecto a los holocaustos, las ofrendas de cereales, los sacrificios el perdón, los sacrificios por la culpa, los sacrificios de ordenación y los sacrificios de comunión. 38 El Señor se la dio a Moisés en el monte Sinaí el día en que mandó a los israelitas presentarle ofrendas en el desierto de Sinaí.

La ordenación de Aarón y sus hijos(A)

El Señor dijo a Moisés: «Toma a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras, el aceite de la unción, el ternero para el sacrificio por el perdón de pecados, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura. Congrega luego a toda la comunidad a la entrada de la Tienda de reunión».

Moisés llevó a cabo la orden del Señor y congregó a la comunidad a la entrada de la Tienda de reunión.

Allí Moisés dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado hacer». Acto seguido, Moisés hizo que se acercaran Aarón y sus hijos y los lavó con agua. A Aarón le puso la túnica y se la ciñó con la faja, luego lo cubrió con el manto y encima le puso el efod, ciñéndoselo con la cinta del mismo. Enseguida le colocó el pectoral y sobre este puso el urim y el tumim. Por último, le colocó el turbante en la cabeza y en la parte delantera puso la placa de oro, la tiara sagrada, tal como el Señor se lo había mandado.

10 Después Moisés tomó el aceite de la unción y ungió el santuario junto con todo lo que había en él para consagrarlos. 11 Siete veces roció el aceite sobre el altar para ungirlo y consagrarlo junto con el recipiente de bronce, su base y todos sus utensilios. 12 Luego, para consagrar a Aarón, lo ungió derramando sobre su cabeza un poco del aceite de la unción. 13 Acto seguido, Moisés hizo que los hijos de Aarón se acercaran. Entonces los vistió con las túnicas, se las ciñó con la faja y les sujetó las mitras, tal como el Señor se lo había mandado.

14 Luego hizo traer el novillo del sacrificio por el perdón, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del novillo. 15 Después Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre con el dedo y la untó en los cuernos alrededor del altar para purificarlo. El resto de la sangre la derramó al pie del altar, y así lo consagró y lo purificó. 16 Luego Moisés tomó toda la grasa que cubre los intestinos, el lóbulo del hígado, los dos riñones y su grasa, y los quemó sobre el altar. 17 Pero el resto del novillo, es decir, la piel, la carne y el excremento, lo quemó en el fuego, fuera del campamento, tal como el Señor se lo había mandado.

18 Moisés mandó traer el carnero del holocausto, para que Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 19 Moisés lo sacrificó y roció la sangre alrededor del altar. 20 Cortó luego el carnero en trozos y quemó la cabeza, los trozos y el sebo. 21 Lavó con agua los intestinos y las patas; luego quemó todo el carnero sobre el altar. Se trataba de un holocausto, de una ofrenda puesta al fuego, de aroma grato delante del Señor, tal como el Señor se lo había mandado.

22 Después Moisés mandó traer el otro carnero, el del sacrificio de ordenación, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 23 Moisés lo degolló y, tomando un poco de la sangre, se la untó a Aarón en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. 24 Además, hizo que los hijos de Aarón se acercaran y les untó sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Luego roció la sangre alrededor del altar. 25 Tomó la grasa, la parte gorda de la cola, la grasa que recubre los intestinos, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho. 26 Luego, del canastillo del pan sin levadura que estaba ante el Señor tomó un pan, una hojuela y una torta de pan hecha con aceite, lo colocó todo sobre la grasa y el muslo derecho. 27 Todo esto lo meció y lo puso en las manos de Aarón y de sus hijos. Entonces Aarón lo ofreció ante el Señor como ofrenda mecida. 28 Después Moisés tomó todo eso de sus manos y en presencia del Señor lo quemó en el altar, sobre el holocausto, como ofrenda de ordenación de aroma grato. Esa era una ofrenda puesta al fuego en honor del Señor. 29 Luego, de la parte que le pertenecía de la ofrenda de ordenación, Moisés tomó el pecho del carnero y lo meció ante el Señor, tal como el Señor se lo había mandado.

30 Moisés tomó un poco del aceite de la unción y de la sangre del altar, y roció a Aarón y a sus hijos junto con sus vestiduras. Así consagró Moisés a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras.

31 Luego dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: «Cocinen la carne a la entrada de la Tienda de reunión y cómanla allí junto con el pan del sacrificio de ordenación, tal como lo ordené cuando dije: “Aarón y sus hijos se lo comerán”. 32 Quemen después en el fuego el resto de la carne y del pan. 33 Quédense siete días a la entrada de la Tienda de reunión, hasta que se complete el rito de su ordenación, que dura siete días. 34 El Señor mandó que se pidiera perdón por el pecado de ustedes, tal como se ha hecho hoy. 35 Así que siete días con sus noches se quedarán a la entrada de la Tienda de reunión, cumpliendo con lo que el Señor ha ordenado, para que no mueran. Así me lo ha mandado el Señor».

36 Y Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había mandado por medio de Moisés.

Footnotes

  1. 7:33 del sacerdote. Lit. de entre los hijos de Aarón.

Instrucciones sobre los sacrificios por la culpa

»Los sacrificios por la culpa son una cosa santísima. Éstas son las instrucciones en cuanto a ellos: El animal ofrecido por la culpa deberá ser degollado en el lugar donde se matan los animales que se ofrecen para ser quemados, y con su sangre se deberá rociar los costados del altar. Se deberá ofrecer toda la grasa del animal: la que hay en la cola y la que cubre las vísceras, los dos riñones, la grasa que los cubre y la que está sobre los lomos, así como la parte grasosa que está sobre el hígado, la cual se deberá quitar junto con los riñones. Luego el sacerdote quemará esto sobre el altar, como ofrenda quemada en honor del Señor. Es un sacrificio por la culpa, y todos los sacerdotes podrán comer de él, aunque deberán hacerlo en un lugar consagrado, pues es una cosa santísima.

»El sacrificio por la culpa es como el sacrificio por el pecado, y las instrucciones son las mismas para los dos: lo ofrecido será para el sacerdote que oficie en el acto del perdón. Igualmente, el sacerdote que sacrifique al animal que alguien haya ofrecido en holocausto, podrá quedarse con la piel del animal. También todas las ofrendas de cereales horneadas, y todo lo preparado en cacerola y sartén, serán para el sacerdote que presente la ofrenda. 10 De la misma manera, todas las ofrendas de cereales, tanto las amasadas con aceite como las secas, serán para todos los descendientes de Aarón por partes iguales.

Instrucciones sobre los sacrificios de reconciliación

11 »Éstas son las instrucciones en cuanto a los sacrificios de reconciliación que se presentan al Señor: 12 Si el sacrificio es de acción de gracias, se ofrecerán también tortas sin levadura amasadas con aceite, hojuelas sin levadura rociadas de aceite, y tortas de harina de la mejor calidad amasadas con aceite; 13 y, junto con el sacrificio de acción de gracias y de reconciliación, se presentarán tortas de pan con levadura. 14 De toda ofrenda se tomará una parte y se presentará al Señor como contribución, y será para el sacerdote que rocíe la sangre del sacrificio de reconciliación.

15 »La carne del animal ofrecido en acción de gracias y reconciliación debe comerse el mismo día en que se ofrece; no se debe guardar un solo pedazo para el día siguiente. 16 En caso de que el animal se ofrezca en cumplimiento de una promesa, o de que sea una ofrenda voluntaria, deberá comerse el mismo día en que se ofrece, pero lo que quede se podrá comer al día siguiente; 17 si a los tres días todavía queda carne del animal ofrecido, habrá que quemarla toda. 18 Y si alguien come al tercer día carne del sacrificio de reconciliación, el sacrificio no será aceptado ni tomado en cuenta, y la carne será considerada despreciable. El que coma de ella cargará con ese pecado.

19 »La carne que toque cualquier cosa impura no debe ser comida, sino quemada.

»Todos los que estén puros podrán comer carne.

20 »La persona que estando impura coma carne del sacrificio de reconciliación, el cual pertenece al Señor, será eliminada de entre su pueblo.

21 »La persona que toque cualquier cosa impura, ya sea alguna impureza humana o impureza de animal, o cualquier otra cosa repugnante, y luego coma carne del sacrificio de reconciliación, el cual pertenece al Señor, será eliminada de entre su pueblo.»

Instrucciones sobre la grasa y la sangre

22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

23 «Di a los israelitas lo siguiente: No deben comer nada de grasa de toro, de cordero o de cabra. 24 A la grasa de animales muertos o despedazados por las fieras pueden darle cualquier otro uso, pero no comerla.

25 »Cualquiera que coma grasa de animales de los que se presentan al Señor como ofrendas quemadas, será eliminado de entre su pueblo.

26 »Dondequiera que ustedes vivan, no deberán comer nada que tenga sangre de aves ni de animales. 27 La persona que coma cualquier clase de sangre será eliminada de entre su pueblo.»

La porción sacerdotal

28 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

29 «Di a los israelitas que el que presente al Señor un sacrificio de reconciliación, deberá llevarlo ante el Señor. 30 Con sus propias manos deberá llevar ante el Señor la ofrenda quemada, la grasa que cubre el pecho y el pecho mismo para celebrar ante el Señor el rito de presentación. 31 El sacerdote quemará la grasa en el altar, pero el pecho será para Aarón y sus descendientes. 32 El muslo derecho de los animales ofrecidos en reconciliación se le dará al sacerdote como contribución. 33 Ese muslo derecho le corresponderá al sacerdote que ofrezca la grasa y la sangre del sacrificio de reconciliación, 34 pues de los sacrificios de reconciliación que los israelitas me hacen he tomado el pecho como ofrenda especial, y el muslo como contribución, y se los he dado al sacerdote Aarón y a sus descendientes como la parte que siempre les corresponderá de las ofrendas de los israelitas.»

35 De las ofrendas que se queman en honor del Señor, éstas son las porciones que les corresponden a Aarón y a sus descendientes, a partir del día que el Señor los consagró como sacerdotes suyos. 36 El Señor ordenó que los israelitas se las dieran, a partir del día que los consagró, como una obligación permanente que pasaría de padres a hijos.

37 Éstas son las instrucciones en cuanto a los holocaustos, las ofrendas de cereales, los sacrificios por el pecado y por la culpa, las ofrendas de consagración y los sacrificios de reconciliación. 38 El Señor se las dio a Moisés en el monte Sinaí, cuando en el desierto de Sinaí ordenó a los israelitas que le presentaran ofrendas.

Consagración de Aarón y de sus hijos(A)

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Toma a Aarón y a sus hijos, y toma además las ropas sacerdotales, el aceite de consagrar, el becerro que se sacrifica por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura, y reúne a toda la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro.»

Moisés hizo lo que el Señor le había ordenado, y la comunidad se reunió a la entrada de la tienda del encuentro. Entonces Moisés dijo a la comunidad: «Esto es lo que el Señor ha ordenado que se haga.»

Luego hizo Moisés que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua. Después le puso a Aarón la túnica, le ajustó el cinturón y lo vistió con la capa; luego le puso encima el efod y se lo ajustó bien con la misma cinta del efod. Luego le puso encima el pectoral, y en el pectoral puso el Urim y el Tumim. Luego le puso el turbante en la cabeza, y sobre él, por la parte de enfrente, colocó la placa de oro que lo consagraba como sacerdote, tal como el Señor se lo había ordenado.

10 Después Moisés tomó el aceite de consagrar y lo derramó sobre el santuario y sobre todo lo que había allí dentro, y así lo consagró. 11 Con el mismo aceite roció el altar siete veces, y lo derramó sobre el altar y sobre todos sus utensilios, y también sobre la palangana y su base, para consagrarlos.

12 Luego derramó Moisés sobre la cabeza de Aarón el aceite de consagrar, para consagrarlo como sacerdote. 13 Hizo también que los hijos de Aarón se acercaran, y los vistió con las túnicas, les ajustó los cinturones y les puso los turbantes, tal como el Señor se lo había ordenado.

14 Después Moisés mandó traer el becerro que se sacrifica por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro. 15 Entonces Moisés lo degolló y, tomando sangre con sus dedos, la untó en los cuernos alrededor del altar, para purificarlo, y la sangre restante la derramó al pie del altar. Así el altar quedó consagrado para obtener allí el perdón de los pecados.

16 Después Moisés tomó toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasosa que está sobre el hígado y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar; 17 pero al resto del becerro, es decir, a su piel, carne y desechos, les prendió fuego fuera del campamento, tal como el Señor se lo había ordenado.

18 Moisés hizo que acercaran el carnero que se ofrece en holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 19 Luego Moisés lo degolló, y roció con la sangre los costados del altar, 20 cortó el carnero en pedazos, y quemó la cabeza, los pedazos y la grasa; 21 luego lavó con agua las vísceras y las piernas del carnero, y lo quemó todo en el altar como holocausto, como ofrenda de aroma agradable al Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.

22 Luego Moisés hizo que trajeran el otro carnero, el de la ceremonia de consagración, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 23 Después Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre y se la untó a Aarón en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. 24 Luego hizo que se acercaran los hijos de Aarón, y también les untó sangre en la parte inferior de su oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho; después roció con la sangre los costados del altar.

25 Luego Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasosa que está sobre el hígado, los dos riñones con su grasa, y el muslo derecho. 26 Del canastillo de los panes sin levadura que se pone ante el Señor, tomó Moisés una torta sin levadura, una torta amasada con aceite y una hojuela, y las puso junto con las grasas y el muslo derecho; 27 luego puso todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, para que hicieran ante el Señor el rito de presentación. 28 Luego recogió Moisés todo esto de manos de ellos, y lo quemó en el altar junto con el holocausto, como ofrenda de consagración de aroma agradable: ofrenda quemada en honor del Señor.

29 Después Moisés tomó el pecho y celebró ante el Señor el rito de presentación. Esa parte del carnero de la consagración fue la que le tocó a Moisés, tal como el Señor se lo había ordenado.

30 Tomó luego Moisés un poco de aceite de consagrar y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus hijos, así como sobre la ropa sacerdotal de todos ellos. Así consagró a Aarón y a sus hijos, y la ropa sacerdotal de todos ellos.

31 Después Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos: «Cuezan la carne a la entrada de la tienda del encuentro, y cómanla allí mismo con el pan del canastillo de las consagraciones, tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo: “Aarón y sus hijos comerán esta carne.” 32 Quemen después la carne y el pan que sobren, 33 y no se alejen de la entrada de la tienda del encuentro durante siete días, que es lo que dura el período de su consagración. 34 El Señor ha ordenado que el rito para obtener el perdón de los pecados cometidos por ustedes se haga tal como se ha hecho hoy. 35 Por lo tanto, ustedes deberán quedarse día y noche a la entrada de la tienda del encuentro, durante siete días. Respeten la orden del Señor y no morirán, pues ésa es la orden que recibí.»

36 Y Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había ordenado por medio de Moisés.

Jesús es superior a Moisés

Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.(A) Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno este, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

El reposo del pueblo de Dios

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:

Si oyereis hoy su voz,

No endurezcáis vuestros corazones,

Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

Donde me tentaron vuestros padres; me probaron,

Y vieron mis obras cuarenta años.

10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación,

Y dije: Siempre andan vagando en su corazón,

Y no han conocido mis caminos.

11 Por tanto, juré en mi ira:

No entrarán en mi reposo.(B)

12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, 15 entre tanto que se dice:

Si oyereis hoy su voz,

No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.(C)

16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?(D) 19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Jesús, superior a Moisés

Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, fijen su atención en Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de la fe que confesamos. Él fue fiel al que lo nombró, como lo fue también Moisés en toda la casa de Dios. De hecho, Jesús ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés, así como el constructor de una casa recibe mayor honor que la casa misma. Porque toda casa tiene su constructor, pero el constructor de todo es Dios. Moisés fue fiel como siervo sobre toda la casa de Dios para dar testimonio de lo que Dios diría en el futuro. Cristo, en cambio, es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, siempre y cuando mantengamos[a] nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece.

Advertencia contra la incredulidad

Por eso, como dice el Espíritu Santo:

«Si ustedes oyen hoy su voz,
    no endurezcan sus corazones[b]
como sucedió en la rebelión,
    en aquel día de prueba en el desierto.
Allí sus antepasados me tentaron y me pusieron a prueba,
    a pesar de haber visto mis obras cuarenta años.
10 Por eso me enojé con aquella generación
    y dije: “Siempre se alejan de mí[c]
    y no reconocen mis caminos”.
11 Así que, en mi enojo, hice este juramento:
    “Jamás entrarán en mi reposo”».[d]

12 Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. 13 Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 14 Hemos llegado a tener parte con Cristo, si en verdad mantenemos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio. 15 Como se acaba de decir:

«Si ustedes oyen hoy su voz,
    no endurezcan sus corazones
como sucedió en la rebelión».[e]

16 Ahora bien, ¿quiénes fueron los que oyeron y se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés? 17 ¿Y con quiénes se enojó Dios durante cuarenta años? ¿No fue acaso con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró Dios que jamás entrarían en su reposo, sino a los que desobedecieron?[f] 19 Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad.

Footnotes

  1. 3:6 mantengamos. Var. mantengamos firme hasta el fin.
  2. 3:8 corazones. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  3. 3:10 Siempre se alejan de mí. Lit. su corazón siempre se extravía.
  4. 3:11 Sal 95:7-11.
  5. 3:15 Sal 95:7,8.
  6. 3:18 los que desobedecieron. Alt. los que no creyeron.

Comparado con Moisés

Por lo tanto, hermanos, ustedes los del pueblo santo, que han sido llamados por Dios a ser suyos, consideren atentamente a Cristo Jesús, el Apóstol y Sumo sacerdote, gracias al cual profesamos nuestra fe. Pues Jesús ha sido fiel a Dios, que lo nombró para este servicio, como también Moisés fue fiel en su servicio en toda la casa de Dios. Pero a Jesús se le ha concedido más honor que a Moisés, del mismo modo que el que hace una casa recibe más honor que la casa misma. Toda casa tiene que estar hecha por alguien; pero Dios es el que hizo todo lo que existe. Así pues, Moisés, como siervo, fue fiel en toda la casa de Dios, y su servicio consistió en ser testigo de las cosas que Dios había de decir. Pero Cristo, como Hijo, es fiel sobre esta casa de Dios que somos nosotros mismos, si mantenemos la seguridad y la alegría en la esperanza que tenemos.

Exhortación a la fidelidad

Por eso, como dice el Espíritu Santo en la Escritura:

«Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice,
no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron
y pusieron a Dios a prueba en el desierto.
Allí me pusieron a prueba los antepasados de ustedes,
aun cuando habían visto mis obras durante cuarenta años.
10 Por eso me enojé con aquella generación,
y dije: “Andan siempre extraviados en su corazón,
y no han querido conocer mis caminos.”
11 Por eso juré en mi furor
que no entrarían en mi reposo.»

12 Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. 13 Al contrario, anímense unos a otros cada día, mientras dura ese «hoy» de que habla la Escritura, para que ninguno de ustedes sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde. 14 Porque nosotros tenemos parte con Cristo, con tal de que nos mantengamos firmes hasta el fin en la confianza que teníamos al principio.

15 Por lo cual dice:

«Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice,
no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron.»

16 ¿Y quiénes fueron los que se rebelaron después de haber oído la voz de Dios? Pues todos los que Moisés había sacado de la tierra de Egipto. 17 ¿Y con quiénes estuvo Dios enojado durante cuarenta años? Con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto. 18 ¿Y a quiénes juró Dios que no entrarían en su reposo? A los que desobedecieron. 19 Y, en efecto, vemos que no pudieron entrar porque no creyeron.