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Prohibición de comer sangre

10 »Si algún israelita o extranjero que viva entre ustedes come sangre, yo me pondré en contra de él y lo eliminaré de su pueblo.(A) 11 Y es que la vida de todo ser está en la sangre. Yo les he dado a ustedes la sangre para que sobre el altar se haga expiación por ustedes. Por medio de la sangre misma se hace expiación(B) por ustedes. 12 Por lo tanto, digo ahora a los hijos de Israel: Ninguno de ustedes, ni ningún extranjero que viva entre ustedes, comerá sangre. 13 Todo israelita, y todo extranjero que viva entre ustedes, que cace algún animal o ave que se pueda comer, deberá derramar su sangre y cubrirla con tierra. 14 La sangre es la vida de todo ser vivo. Por tanto, digo a los hijos de Israel: No coman la sangre de ningún ser vivo, porque la sangre es la vida de todo ser vivo. Todo el que la coma, será eliminado. 15 Toda persona nacida entre ustedes, y todo extranjero, que coma algún animal que haya sido matado o despedazado por una fiera, deberá lavar sus vestidos, y lavarse a sí misma con agua, y se quedará impura hasta el anochecer. Después de eso, será declarada limpia. 16 Si no lava sus vestidos, ni se lava a sí mismo, cargará con su iniquidad.»

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Prohibición de comer la sangre

10 Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo.(A) 11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación(B) de la persona. 12 Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre. 13 Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.

14 Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado. 15 Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche; entonces será limpia. 16 Y si no los lavare, ni lavare su cuerpo, llevará su iniquidad.

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