¹⁵ Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche; entonces será limpia.

⁸ Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová.

¹⁴ Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda.

³¹ Ninguna cosa mortecina ni desgarrada, así de aves como de animales, comerán los sacerdotes.^(A)

¹⁴ Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.