² «Dirás también a los israelitas: “Cualquiera de los israelitas, o de los extranjeros que residen en Israel, que entregue alguno de sus hijos a Moloc, ciertamente se le dará muerte^(A); el pueblo de la tierra lo matará a pedradas^(B).

²⁷ ”Si hay adivino o espiritista entre ellos^(A), hombre o mujer, ciertamente han de morir; serán apedreados; su culpa de sangre sea sobre ellos”».

¹⁴ «Saca fuera del campamento al que maldijo, y que todos los que lo oyeron pongan las manos sobre su cabeza^(A), y que toda la congregación lo apedree^(B). ¹⁵ Hablarás a los israelitas y les dirás: “Si alguien maldice a su Dios, llevará su pecado^(C). ¹⁶ Además, el que blasfeme el nombre del Señor, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el extranjero como el nativo, cuando blasfeme el Nombre, ha de morir^(D).

¹⁷ ”Si un hombre le quita la vida a algún ser humano, ciertamente ha de morir^(E). ¹⁸ Y el que quite la vida a un animal lo restituirá^(F), vida por vida. ¹⁹ Si un hombre hiere a su prójimo, según hizo, así se le hará: ²⁰ fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente^(G); según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará. ²¹ El que mate un animal, lo restituirá, pero el que mate a un hombre, ha de morir^(H). ²² Habrá una misma ley para ustedes; será tanto para el extranjero como para el nativo^(I), porque Yo soy el Señor su Dios”». ²³ Entonces Moisés habló a los israelitas, y ellos sacaron fuera del campamento al que había maldecido, y lo apedrearon. Los israelitas hicieron tal como el Señor había mandado a Moisés.

²¹ Entonces todos los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta que muera^(A). Así quitarás el mal de en medio de ti^(B), y todo Israel oirá esto y temerá^(C).