³⁰ Y destruiré vuestros lugares altos^(A), derribaré vuestros altares de incienso^[a](B) y amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, pues mi alma os aborrecerá. ³¹ También dejaré en ruinas vuestras ciudades^(C), desolaré vuestros santuarios^(D) y no oleré vuestros suaves aromas^(E). ³² Asolaré la tierra^(F) de tal modo que vuestros enemigos que se establezcan^[b] en ella queden pasmados^(G). ³³ A vosotros, sin embargo, os esparciré entre las naciones^(H) y desenvainaré la espada en pos de vosotros, y vuestra tierra será asolada y vuestras ciudades quedarán en ruinas.

²⁶ pongo hoy por testigo contra vosotros^(A) al cielo y a la tierra, que pronto seréis totalmente exterminados de la tierra donde vais a pasar el Jordán para poseerla. No viviréis por mucho tiempo^[a] en ella, sino que seréis totalmente destruidos^(B).

⁴⁵ Y todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te perseguirán y te alcanzarán hasta que seas destruido^(A), porque tú no escuchaste la voz del Señor tu Dios, no guardando los mandamientos y estatutos que Él te mandó.

¹⁵ Y envió Dios un ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando estaba a punto de destruirla, miró el Señor y sintió pesar^(A) por la calamidad, y dijo al ángel destructor: Basta, detén ahora tu mano. Y el ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán^[a] jebuseo.