Add parallel Print Page Options

10 Había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban ahora sobre él para tocarlo. 11 Y hasta los espíritus impuros, al verlo, se arrojaban a sus pies, gritando:

— ¡Tú eres el Hijo de Dios!

12 Pero Jesús les ordenaba severamente que no lo descubrieran.

Read full chapter