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Jesús envía a los doce(A)(B)(C)(D)(E)

10 Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Estos son los nombres de los doce apóstoles:

primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés;

Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo;

Felipe y Bartolomé;

Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos;

Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;

Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó.

Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan a comunidades de los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos. Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel. Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los que tengan alguna enfermedad en la piel, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. No lleven oro ni plata, ni cobre en el cinturón, 10 ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador tiene derecho a su sustento.

11 »En cualquier pueblo o aldea donde entren, busquen a alguien que merezca recibirlos y quédense en su casa hasta que se vayan de ese lugar. 12 Al entrar, digan: “Paz a esta casa”. 13 Si el hogar se lo merece, que la paz de ustedes reine en él; mas si no lo merece, que la paz regrese a ustedes. 14 Si alguno no los recibe bien ni escucha sus palabras, salgan de esa casa o de ese pueblo y sacúdanse el polvo de los pies. 15 Les aseguro que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Sodoma y Gomorra que para ese pueblo. 16 ¡Presten atención! Yo los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.

17 »Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. 18 Por mi causa los llevarán ante gobernadores y reyes para dar testimonio a ellos y a los gentiles. 19 Pero cuando los arresten, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a decirlo. En ese momento se les dará lo que han de decir, 20 porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por medio de ustedes.

21 »El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten. 22 Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.

24 »El discípulo no es superior a su maestro ni el siervo superior a su amo. 25 Basta con que el discípulo sea como su maestro y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

26 »Así que no les tengan miedo, porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, como tampoco hay nada escondido que no llegue a conocerse. 27 Lo que digo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz; lo que se susurra al oído, proclámenlo desde las azoteas. 28 No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.[a] Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. 29 ¿No se venden dos gorriones por una monedita?[b] Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre. 30 Él les tiene contados aun los cabellos de la cabeza. 31 Así que no tengan miedo, ustedes valen más que muchos gorriones.

Reconocer a Jesús

32 »A cualquiera que me confiese delante de los demás yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en el cielo. 33 Pero a cualquiera que me niegue delante de los demás yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

34 »No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada. 35 Porque he venido a poner en conflicto

»“al hombre contra su padre,
    a la hija contra su madre,
    a la nuera contra su suegra;
36 los enemigos de cada cual
    serán los de su propia familia”.[c]

37 »El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. 39 El que se aferre a su vida la perderá; y el que pierda[d] su vida por mi causa la encontrará.

40 »Quien los recibe a ustedes me recibe a mí y quien me recibe a mí recibe al que me envió. 41 Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un profeta recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por tratarse de un justo recibirá recompensa de justo. 42 Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, les aseguro que no perderá su recompensa».

Footnotes

  1. 10:28 alma. Este vocablo griego también puede significar vida.
  2. 10:29 una monedita. Lit. un asarion.
  3. 10:36 Mi 7:6.
  4. 10:39 se aferre a … pierda. Lit. encuentre … pierda.

Elección de los doce apóstoles(A)

10 Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; luego Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el cobrador de impuestos, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, que después lo traicionó.

Misión de los doce(B)

Jesús envió a estos doce, con las siguientes instrucciones: «No vayan por camino de paganos, ni entren en ciudad de samaritanos, sino vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y prediquen: “El reino de los cielos se ha acercado.” Sanen enfermos, limpien leprosos, resuciten muertos y expulsen demonios. Den gratuitamente lo que gratuitamente recibieron. No lleven consigo oro ni plata ni cobre,(C) 10 ni mochila para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento.(D) 11 En cualquier ciudad o aldea a la que lleguen, busquen a alguien que sea digno, y quédense allí hasta que salgan. 12 Al entrar en la casa, saluden. 13 Si la casa es digna, recibirá la paz que ustedes le deseen; pero si no es digna, ese deseo de paz se volverá a ustedes. 14 Si alguien no los recibe, ni oye sus palabras, salgan de aquella casa o ciudad, y sacúdanse el polvo de los pies.(E) 15 De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra,(F) será más tolerable que para aquella ciudad.(G)

Persecuciones venideras

16 »Tengan ustedes en cuenta que los estoy enviando como a ovejas en medio de lobos;(H) así que sean prudentes como serpientes y sencillos como palomas. 17 Cuídense de la gente, porque los entregarán a los tribunales, y los azotarán en las sinagogas; 18 y por causa de mí, incluso los harán comparecer ante gobernadores y reyes, para que den testimonio ante ellos y ante las naciones. 19 Pero cuando ustedes sean entregados, no se preocupen por lo que han de decir, ni por cómo habrán de decirlo, porque en ese momento se les dará lo que tienen que decir. 20 Porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes. 21 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.(I) 22 Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará,(J) pero el que resista hasta el fin será salvado.(K) 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra; porque de cierto les digo que no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

24 El discípulo no es más que su maestro,(L) ni el siervo más que su señor.(M) 25 Al discípulo debe bastarle con ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú,(N) ¿cuánto más a los de su familia?

A quién se debe temer(O)

26 »Así que, no los teman, porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse.(P) 27 Lo que les digo en las tinieblas, díganlo en la luz; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas. 28 No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. 29 ¿Acaso no se venden dos pajarillos por unas cuantas monedas? Aun así, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita, 30 pues aun los cabellos de ustedes están todos contados. 31 Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos. 32 A cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.(Q)

Jesús, causa de división(R)

34 »No piensen que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 He venido para poner al hijo contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra. 36 Los enemigos del hombre serán los de su casa.(S) 37 El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. El que ama a su hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. 38 El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.(T) 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.(U)

Recompensas(V)

40 »El que los recibe a ustedes, me recibe a mí;(W) y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.(X) 41 El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá igual recompensa que el profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá igual recompensa que el justo. 42 De cierto les digo que cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos aunque sea un vaso de agua fría, por tratarse de un discípulo, no perderá su recompensa.»

Llamamiento de los doce apóstoles

10 Entonces llamando a sus doce discípulos(A), Jesús les dio poder[a] sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia(B).

(C)Y los nombres de los doce apóstoles son estos: primero, Simón(D), llamado Pedro, y Andrés su hermano(E); y Jacobo[b](F), el hijo de Zebedeo, y Juan[c] su hermano; Felipe y Bartolomé[d](G); Tomás(H) y Mateo(I), el recaudador de impuestos[e]; Jacobo[f](J), el hijo de Alfeo, y Tadeo(K); Simón el cananita[g], y Judas Iscariote(L), el que también le entregó.

Jesús envía a los doce

A estos doce(M) envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por[h] el camino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos(N). Sino id más bien a las ovejas perdidas(O) de la casa de Israel. Y cuando vayáis, predicad diciendo: «El reino de los cielos se ha acercado(P)». Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia[i] recibisteis, dad de gracia[j]. (Q)No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en vuestros cintos, 10 ni de alforja[k] para el camino, ni de dos túnicas[l], ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén[m](R). 11 Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién es digno en ella, y quedaos allí hasta que os marchéis. 12 Al entrar en la casa, dadle vuestro saludo de paz(S). 13 Y si la casa es digna, que vuestro saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que vuestro saludo de paz se vuelva a vosotros. 14 Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies(T). 15 En verdad os digo que en el día del juicio(U) será más tolerable el castigo(V) para la tierra de Sodoma y Gomorra(W) que para esa ciudad.

Advertencias a los doce

16 Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos(X); por tanto, sed[n] astutos como las serpientes(Y) e inocentes como las palomas(Z). 17 Pero cuidaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales[o](AA) y os azotarán en sus sinagogas(AB); 18 y hasta seréis llevados delante de gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles. 19 (AC)Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar(AD). 20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros(AE). 21 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo(AF); y los hijos se levantarán contra los padres(AG), y les causarán la muerte[p]. 22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre(AH), pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo(AI). 23 Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra(AJ); porque en verdad os digo: no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre(AK).

Palabras de aliento a los doce

24 Un discípulo[q] no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor(AL). 25 Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa(AM) lo han llamado Beelzebú(AN), ¡cuánto más a los de su casa! 26 (AO)Así que no les temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse(AP). 27 Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz(AQ); y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas(AR). 28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel(AS) que puede hacer perecer[r] tanto el alma como el cuerpo en el infierno[s](AT). 29 ¿No se venden dos pajarillos[t] por un cuarto[u](AU)? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. 30 Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados(AV). 31 Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos[v](AW). 32 Por tanto, todo el que me[w] confiese delante de los hombres, yo también le[x] confesaré delante de mi Padre que está en los cielos(AX). 33 Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres(AY), yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

El costo del discipulado

34 (AZ)No penséis que vine a traer[y] paz a la tierra; no vine a traer[z] paz, sino espada. 35 Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra(BA); 36 y los enemigos del hombre serán los de su misma casa(BB). 37 El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí(BC). 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí(BD). 39 El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará(BE).

40 El que os recibe a vosotros, a mí me recibe(BF); y el que me recibe a mí, recibe al que me envió(BG). 41 El que recibe a un profeta como[aa] profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como[ab] justo, recibirá recompensa de justo(BH). 42 Y cualquiera que como[ac] discípulo dé de beber aunque solo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños[ad], en verdad os digo que no perderá su recompensa(BI).

Footnotes

  1. Mateo 10:1 O, autoridad
  2. Mateo 10:2 O, Santiago
  3. Mateo 10:2 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  4. Mateo 10:3 I.e., hijo de Tolomeo
  5. Mateo 10:3 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos
  6. Mateo 10:3 O, Santiago
  7. Mateo 10:4 O, el zelote; i.e., miembro de un grupo radical
  8. Mateo 10:5 O, No os apartéis hacia
  9. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  10. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  11. Mateo 10:10 O, mochila, o, bolsa
  12. Mateo 10:10 I.e., ropa interior
  13. Mateo 10:10 Lit., alimento o sustento
  14. Mateo 10:16 O, mostraos
  15. Mateo 10:17 O, sanedrines, o, concilios
  16. Mateo 10:21 O, los matarán
  17. Mateo 10:24 O, alumno
  18. Mateo 10:28 O, destruir
  19. Mateo 10:28 Gr., guéenna
  20. Mateo 10:29 O, gorriones
  21. Mateo 10:29 Gr., assarion; equivale aprox. a 1/16 denario
  22. Mateo 10:31 O, gorriones
  23. Mateo 10:32 Lit., por mí
  24. Mateo 10:32 Lit., por él
  25. Mateo 10:34 Lit., a echar
  26. Mateo 10:34 Lit., a echar
  27. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  28. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  29. Mateo 10:42 Lit., en nombre de
  30. Mateo 10:42 O, humildes

Elección de los doce apóstoles

(Mr. 3.13-19; Lc. 6.12-16)

10 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Misión de los doce

(Mr. 6.7-13; Lc. 9.1-6)

A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;(A) 10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.(B) 11 Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. 12 Y al entrar en la casa, saludadla. 13 Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 14 Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.(C) 15 De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra,(D) que para aquella ciudad.(E)

Persecuciones venideras

16 He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos;(F) sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. 17 Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; 18 y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. 20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.(G) 22 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;(H) mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.(I) 23 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

24 El discípulo no es más que su maestro,(J) ni el siervo más que su señor.(K) 25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú,(L) ¿cuánto más a los de su casa?

A quién se debe temer

(Lc. 12.2-9)

26 Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.(M) 27 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. 28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. 29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados. 31 Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. 32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.(N)

Jesús, causa de división

(Lc. 12.49-53; 14.26-27)

34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa.(O) 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.(P) 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.(Q)

Recompensas

(Mr. 9.41)

40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe;(R) y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.(S) 41 El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. 42 Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Jesús escoge a los doce apóstoles(A)

10 Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.

Éstos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado también Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba impuestos para Roma; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo, y Judas Iscariote, que después traicionó a Jesús.

Jesús instruye y envía a los apóstoles(B)

Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan a las regiones de los paganos ni entren en los pueblos de Samaria; vayan más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.

»No lleven oro ni plata ni cobre 10 ni provisiones para el camino. No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento.

11 »Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan de allí. 12 Al entrar en la casa, saluden a los que viven en ella. 13 Si la gente de la casa lo merece, su deseo de paz se cumplirá; pero si no lo merece, ustedes nada perderán. 14 Y si no los reciben ni los quieren oír, salgan de la casa o del pueblo y sacúdanse el polvo de los pies. 15 Les aseguro que en el día del juicio el castigo para ese pueblo será peor que para la gente de la región de Sodoma y Gomorra.

Persecuciones

16 »¡Miren! Yo los envío a ustedes como ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes, aunque también sencillos como palomas. 17 Tengan cuidado, porque los entregarán a las autoridades, los golpearán en las sinagogas 18 y hasta los presentarán ante gobernadores y reyes por causa mía; así podrán dar testimonio de mí delante de ellos y de los paganos. 19 Pero cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen ustedes por lo que han de decir o cómo han de decirlo, porque cuando les llegue el momento de hablar, Dios les dará las palabras. 20 Pues no serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.

21 »Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a sus hijos; y los hijos se volverán contra sus padres y los matarán. 22 Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará. 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra; pues les aseguro que el Hijo del hombre vendrá antes que ustedes hayan recorrido todas las ciudades de Israel.

24 »Ningún discípulo es más que su maestro, y ningún criado es más que su amo. 25 El discípulo debe conformarse con llegar a ser como su maestro, y el criado como su amo. Si al jefe de la casa lo llaman Beelzebú, ¿qué dirán de los de su familia?

Hablar sin temor(C)

26 »No tengan, pues, miedo de la gente. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. 27 Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a la luz del día; y lo que les digo en secreto, grítenlo desde las azoteas de las casas. 28 No tengan miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; teman más bien al que puede hacer perecer alma y cuerpo en el infierno.

29 »¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. 30 En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. 31 Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.

Reconocer a Jesucristo delante de los hombres(D)

32 »Si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, yo también me declararé a favor de él delante de mi Padre que está en el cielo; 33 pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

Jesús, causa de división(E)

34 »No crean que yo he venido a traer paz al mundo; no he venido a traer paz, sino guerra. 35 He venido a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra; 36 de modo que los enemigos de cada cual serán sus propios parientes.

37 »El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no merece ser mío; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no merece ser mío; 38 y el que no toma su cruz y me sigue, no merece ser mío. 39 El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará.

Premios(F)

40 »El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá igual premio que el profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, recibirá el mismo premio que el justo. 42 Y cualquiera que le da siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por ser seguidor mío, les aseguro que tendrá su premio.»