³³ Entonces los que estaban en la barca lo adoraron, diciendo: «En verdad eres Hijo de Dios^(A)».

⁶³ Pero Jesús se quedó callado^(A). Y el sumo sacerdote le dijo^(B): «Te ordeno^(C) por el Dios viviente^(D) que nos digas si Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios^(E)».

¹¹ Y siempre que los espíritus inmundos veían a Jesús, caían delante de Él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios^(A)».

⁷ y gritando a gran voz, dijo*: «¿Qué tengo yo que ver contigo^[a], Jesús, Hijo del Dios^(A) Altísimo^(B)? Te imploro por Dios que no me atormentes^(C)».

³⁵ El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti^(A), y el poder del Altísimo^(B) te cubrirá con su sombra; por eso el Niño^(C) que nacerá^[a] será llamado Hijo de Dios^(D).

⁴¹ También de muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios^(A)!». Pero, reprendiéndolos^(B), no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Cristo^[a](C).

³⁴ Y yo lo he visto y he dado testimonio de que Este es el Hijo de Dios^(A)».

⁴⁹ «Rabí^(A), Tú eres el Hijo de Dios^(B), Tú eres el Rey de Israel^(C)», respondió Natanael.

Saulo predica en Damasco

²⁰ Enseguida se puso a predicar de Jesús en las sinagogas^(A), diciendo^[a]: «Él es el Hijo de Dios^(B)».