¹¹ Y las multitudes contestaban: «Este es el profeta Jesús^(A), de Nazaret de Galilea^(B)».

²⁵ Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo^(A) y piadoso, esperaba la consolación de Israel^(B), y el Espíritu Santo estaba sobre él. ²⁶ Y por el Espíritu Santo se le había revelado^(C) que no vería la muerte^(D) sin antes ver al Cristo^[a] del Señor. ²⁷ Movido por^[b] el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron para cumplir por Él^[c] el rito de la ley^(E), ²⁸ Simeón tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios diciendo:

³³ Y los padres del Niño^[e](I) estaban asombrados de las cosas que de Él se decían. ³⁴ Simeón los bendijo, y dijo a Su madre^(J) María: «Este Niño ha sido puesto para caída y levantamiento^[f] de muchos^(K) en Israel, y para ser señal de contradicción,

¹⁶ El temor se apoderó de todos^(A), y glorificaban a Dios^(B), diciendo: «Un gran profeta^(C) ha surgido entre nosotros». También decían: «Dios ha visitado a Su pueblo».

¹⁹ «¿Qué cosas?», les preguntó Jesús. Y ellos le dijeron: «Las referentes a Jesús el Nazareno^(A), que fue un profeta^[a](B) poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

²¹ «¿Entonces, qué?», le preguntaron, «¿Eres Elías^(A)?». Y él dijo*: «No lo soy». «¿Eres el Profeta^(B)?». «No», respondió Juan.

²⁵ y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo^[a], ni Elías, ni el Profeta^(A)?».

¹⁹ La mujer le dijo*: «Señor, me parece que Tú eres profeta^(A).

²² Moisés dijo: “El Señor Dios les levantará a ustedes un profeta como yo^[a] de entre sus hermanos; a Él prestarán atención en todo cuanto les diga^(A).

³⁷ »Este es el mismo Moisés que dijo a los israelitas: “Dios les levantará un profeta como yo^[a] de entre sus hermanos^(A)”.