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Jesús sana al siervo de un centurión(A)

Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión, que le rogaba diciendo:

—Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.

Jesús le dijo:

—Yo iré y lo sanaré.

Respondió el centurión y dijo:

—Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado sanará, pues también yo soy hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes, y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.

10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían:

—De cierto os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12 pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

13 Entonces Jesús dijo al centurión:

—Vete, y como creíste te sea hecho.

Y su criado quedó sano en aquella misma hora.

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