Curación de una mujer y resurrección de la hija de un oficial

18 (A)Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial[a] de la sinagoga y se postró delante de Él[b](B), diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19 Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos. 20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto(C); 21 pues decía para sí: Si tan solo toco su manto(D), sanaré[c]. 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo(E), tu fe te ha sanado[d](F). Y al instante[e] la mujer quedó sana[f]. 23 Cuando entró Jesús en la casa del oficial[g], y vio a los flautistas(G) y al gentío en ruidoso desorden, 24 les dijo: Retiraos, porque la niña[h] no ha muerto(H), sino que está dormida. Y se burlaban de Él. 25 Pero cuando habían echado fuera a la gente(I), Él entró y la tomó de la mano; y la niña[i] se levantó[j](J). 26 Y esta noticia[k] se difundió por toda aquella tierra(K).

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Footnotes

  1. Mateo 9:18 O, principal
  2. Mateo 9:18 O, le adoró
  3. Mateo 9:21 Lit., seré salva
  4. Mateo 9:22 Lit., te ha salvado
  5. Mateo 9:22 Lit., desde aquella hora
  6. Mateo 9:22 Lit., salva
  7. Mateo 9:23 O, principal
  8. Mateo 9:24 O, muchacha
  9. Mateo 9:25 O, muchacha
  10. Mateo 9:25 O, fue levantada
  11. Mateo 9:26 Lit., fama

La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

(Mr. 5.21-43; Lc. 8.40-56)

18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. 20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. 22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. 23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, 24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. 25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. 26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.

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22 (A)Y vino uno de los oficiales[a] de la sinagoga(B), llamado Jairo, y al verle se postró* a sus pies. 23 Y le rogaba* con insistencia, diciendo: Mi hijita está al borde de la muerte; te ruego que vengas y pongas las manos sobre ella(C) para que sane[b] y viva. 24 Jesús fue con él; y una gran multitud le seguía y le oprimía.

Jesús sana a una mujer

25 Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años, 26 y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado; 27 cuando oyó hablar de Jesús, se llegó a Él por detrás entre la multitud y tocó su manto. 28 Porque decía[c]: Si tan solo toco sus ropas, sanaré[d]. 29 Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción(D). 30 Y enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de Él(E), volviéndose entre la gente, dijo: ¿Quién ha tocado mi ropa? 31 Y sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te oprime, y dices: «¿Quién me ha tocado?». 32 Pero Él miraba a su alrededor para ver a la mujer que le había tocado[e]. 33 Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de Él y le dijo toda la verdad. 34 Y Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha sanado[f](F); vete en paz(G) y queda sana de tu aflicción(H).

Jesús resucita a la hija de Jairo

35 Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de casa del oficial de la sinagoga(I), diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro? 36 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga(J): No temas, cree solamente[g](K). 37 Y no permitió que nadie fuera con Él sino solo Pedro, Jacobo[h] y Juan, el hermano de Jacobo[i](L). 38 Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga(M), y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. 39 Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida. 40 Y se burlaban de Él. Pero Él, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con Él, y entró* donde estaba la niña. 41 Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate(N)!). 42 Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento se quedaron completamente atónitos. 43 Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto(O); y dijo que le dieran de comer a la niña[j].

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Footnotes

  1. Marcos 5:22 O, principales, y así en el resto del cap.
  2. Marcos 5:23 Lit., se salve
  3. Marcos 5:28 O, pensaba
  4. Marcos 5:28 Lit., seré salva
  5. Marcos 5:32 Lit., había hecho esto
  6. Marcos 5:34 Lit., salvado
  7. Marcos 5:36 O, sigue creyendo
  8. Marcos 5:37 O, Santiago
  9. Marcos 5:37 O, Santiago
  10. Marcos 5:43 Lit., ella

22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

24 Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.

35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36 Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. 37 Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38 Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40 Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 41 Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 43 Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.

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41 (A)Y he aquí, llegó un hombre llamado Jairo, que era un oficial[a] de la sinagoga(B); y cayendo a los pies de Jesús le rogaba que entrara a su casa; 42 porque tenía una hija única[b], como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras Él iba, la muchedumbre le apretaba.

Jesús sana a una mujer

43 Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía[c] y no podía ser curada por nadie, 44 se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre. 45 Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Mientras todos lo negaban, Pedro dijo, y los que con él estaban[d]: Maestro(C), las multitudes te aprietan y te oprimen. 46 Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque me di cuenta que de mí había salido poder(D). 47 Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de Él, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado[e](E); vete en paz(F).

Jesús resucita a la hija de Jairo

49 Mientras estaba todavía hablando, vino* alguien de la casa del oficial de la sinagoga(G), diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas(H); cree solamente, y ella será sanada[f]. 51 Y cuando Él llegó a la casa, no permitió que nadie entrara con Él sino solo Pedro, Juan y Jacobo[g], y el padre y la madre de la muchacha. 52 Todos la lloraban y se lamentaban(I); pero Él dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme(J). 53 Y se burlaban de Él, sabiendo que ella había muerto. 54 Pero Él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate! 55 Entonces le volvió su espíritu, y se levantó al instante, y Él mandó que le dieran de comer. 56 Y sus padres estaban asombrados; pero Él les encargó que no dijeran a nadie(K) lo que había sucedido.

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Footnotes

  1. Lucas 8:41 O, principal
  2. Lucas 8:42 O, solo una hija
  3. Lucas 8:43 Algunos mss. antiguos no incluyen: y que había...cuanto tenía
  4. Lucas 8:45 Algunos mss. antiguos no incluyen: y los...estaban
  5. Lucas 8:48 Lit., salvado
  6. Lucas 8:50 Lit., salvada
  7. Lucas 8:51 O, Santiago

41 Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; 42 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.

Y mientras iba, la multitud le oprimía. 43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? 46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. 47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.

49 Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. 51 Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña. 52 Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53 Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. 54 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. 55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer. 56 Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.

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