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(A)Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico(B): «Anímate(C), hijo, tus pecados te son perdonados(D)». Y algunos de los escribas decían para sí[a]: «Este blasfema(E)». Jesús, conociendo sus pensamientos(F), dijo: «¿Por qué piensan mal en sus corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, y anda(G)”? Pues para que sepan que el Hijo del Hombre(H) tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados», entonces dijo* al paralítico(I): «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».

Y levantándose, el paralítico se fue a su casa. Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor[b], y glorificaron a Dios(J), que había dado tal poder[c] a los hombres.

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Footnotes

  1. Mateo 9:3 Lit. dentro de sí.
  2. Mateo 9:8 O se llenaron de asombro.
  3. Mateo 9:8 O autoridad.

Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. Entonces él se levantó y se fue a su casa. Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

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(A)Entonces vinieron* y le trajeron un paralítico(B) llevado entre cuatro hombres. Como no pudieron acercarse[a] a Jesús a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla(C) en que estaba acostado el paralítico(D). Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados(E)».

Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: «¿Por qué habla Este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios[b](F)?».

Al instante Jesús, conociendo en[c] Su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: «¿Por qué piensan estas cosas en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico(G): “Tus pecados te son perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”? 10 Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados», dijo* al paralítico: 11 «A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».

12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios(H), diciendo: «Jamás hemos visto cosa semejante(I)».

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Footnotes

  1. Marcos 2:4 Lit. traer.
  2. Marcos 2:7 Lit. sino uno, Dios.
  3. Marcos 2:8 Lit. por.

Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

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18 (A)Y unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús. 19 No hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azotea(B) y lo bajaron con la camilla a través del techo[a](C), poniéndolo en medio, delante de Jesús. 20 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados(D)».

21 Entonces los escribas y fariseos comenzaron a razonar(E), diciendo: «¿Quién es Este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios(F)?». 22 Conociendo Jesús sus pensamientos, les respondió: «¿Por qué razonan en sus corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? 24 Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados», dijo al paralítico(G): «A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».

25 Al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios(H). 26 El asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios(I); y se llenaron de temor(J), diciendo: «Hoy hemos visto cosas extraordinarias».

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Footnotes

  1. Lucas 5:19 Lit. de las tejas.

18 Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.

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