Add parallel Print Page Options

28 No teman a los que pueden matar el cuerpo pero no pueden tocar el alma. Sólo teman a Dios, que es el único que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.

29 »¿Qué valen dos pajarillos? ¡Apenas unos centavos! Sin embargo, ni uno solo cae a tierra sin que el Padre lo permita. 30 Pues yo les digo que hasta el último cabello de ustedes está contado.

Read full chapter