La verdadera observancia de la religión

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos(A); de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Las ofrendas

Por eso, cuando des limosna[a], no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres(B). En verdad os digo que ya han recibido su recompensa(C). Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna[b] sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará[c](D).

La oración

Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles(E), para ser vistos por los hombres[d](F). En verdad os digo que ya han recibido su recompensa(G). Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta(H), ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará(I). Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería(J). Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis(K).

El Padre nuestro

(L)Vosotros, pues, orad de esta manera:

«Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino(M).
Hágase tu voluntad(N),
así en la tierra como en el cielo.
11 Danos hoy el pan nuestro de cada día[e](O).
12 Y perdónanos nuestras deudas[f], como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores(P).
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal[g](Q). Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén[h]».

14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros(R). 15 Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones(S).

El ayuno

16 Y cuando ayunéis(T), no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran[i] sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa(U). 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro(V), 18 para no hacer ver[j] a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará(W).

El verdadero tesoro

19 No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran[k] y roban(X); 20 sino acumulaos tesoros en el cielo(Y), donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; 21 porque donde esté tu[l] tesoro(Z), allí estará también tu[m] corazón. 22 (AA)La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano[n], todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo está malo(AB), todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! 24 Nadie puede servir a dos señores(AC); porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas[o](AD). 25 (AE)Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida(AF), qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta(AG). ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros, por ansioso(AH) que esté, puede añadir una hora[p] al curso de su vida[q](AI)? 28 Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis(AJ)? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; 29 pero os digo que ni Salomón(AK) en toda su gloria se vistió como uno de estos. 30 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe(AL)? 31 Por tanto, no os preocupéis(AM), diciendo: «¿Qué comeremos?» o «¿qué beberemos?» o «¿con qué nos vestiremos?». 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial(AN) sabe que necesitáis de todas estas cosas. 33 Pero buscad[r] primero su[s] reino[t] y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas[u](AO). 34 Por tanto, no os preocupéis(AP) por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará[v] de sí mismo. Bástele a cada[w] día sus propios problemas.

Footnotes

  1. Mateo 6:2 O, hagas una obra de caridad
  2. Mateo 6:4 U, obra de caridad
  3. Mateo 6:4 Algunos mss. posteriores agregan: en público, y así en los vers. 6 y 18
  4. Mateo 6:5 Lit., para ser evidentes a los hombres
  5. Mateo 6:11 O, para el día venidero
  6. Mateo 6:12 I.e., deudas morales, o, pecados
  7. Mateo 6:13 O, del malo
  8. Mateo 6:13 Las palabras: Porque tuyo...Amén no aparecen en los mss. más antiguos
  9. Mateo 6:16 O, hacen que no se puedan reconocer
  10. Mateo 6:18 Lit., no aparecer
  11. Mateo 6:19 Lit., horadan, y así en el vers. 20
  12. Mateo 6:21 Algunos mss. dicen: vuestro
  13. Mateo 6:21 Algunos mss. dicen: vuestro
  14. Mateo 6:22 O, claro
  15. Mateo 6:24 Gr., mamonás
  16. Mateo 6:27 Lit., un codo
  17. Mateo 6:27 Lit., a su estatura
  18. Mateo 6:33 O, buscad continuamente
  19. Mateo 6:33 Lit., el
  20. Mateo 6:33 Algunos mss. dicen: el reino de Dios
  21. Mateo 6:33 O, proporcionadas
  22. Mateo 6:34 O, se preocupará
  23. Mateo 6:34 Lit., al

Jesús y la limosna

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos;(A) de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Jesús y la oración

(Lc. 11.2-4)

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres;(B) de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,(C) ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria,(D) por todos los siglos. Amén. 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.(E)

Jesús y el ayuno

16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Tesoros en el cielo

(Lc. 12.32-34)

19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,(F) y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

La lámpara del cuerpo

(Lc. 11.33-36)

22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

Dios y las riquezas

(Lc. 16.13)

24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.[a]

El afán y la ansiedad

(Lc. 12.22-31)

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria(G) se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Footnotes

  1. Mateo 6:24 Gr. Mamón.