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11 Sus jefes dictan sentencia a cambio del soborno; sus sacerdotes cobran por impartir sus enseñanzas, y sus profetas adivinan a cambio de dinero, y se apoyan en el Señor cuando dicen: “¿No es verdad que el Señor está entre nosotros? ¡Ningún mal nos sobrevendrá!”

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11 Sus jefes juzgan por soborno(A),
sus sacerdotes enseñan por precio,
sus profetas adivinan por dinero(B),
y se apoyan en el Señor, diciendo:
¿No está el Señor en medio de nosotros(C)?
No vendrá sobre nosotros mal alguno.

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11 Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

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11 Los jueces de la ciudad se dejan sobornar,
los sacerdotes enseñan sólo por dinero
y los profetas venden sus predicciones
alegando que el Señor los apoya, y diciendo:
«El Señor está con nosotros;
nada malo nos puede suceder.»

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11 Son como perros: ¡comilones e insaciables! Y quienes los guían no saben entender; todos ellos van por su propio camino, cada uno va por su lado, buscando su propio provecho.

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11 y los perros son voraces[a], no se sacian[b](A).
Y ellos son pastores que no saben entender(B);
todos se han apartado por su camino(C),
cada cual, hasta el último, busca su propia ganancia.

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Footnotes

  1. Isaías 56:11 Lit., fuertes de alma o de apetito
  2. Isaías 56:11 Lit., no conocen la hartura

11 Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.

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11 Son perros hambrientos que nunca se llenan,
son pastores que no entienden nada;
cada uno sigue su propio camino,
sólo busca sus propios intereses.

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«Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles que yo, su Señor y Dios, he dicho:

»¡Ay de ustedes, los pastores de Israel, que sólo cuidan de sí mismos! ¿Acaso no son los pastores los que deben cuidar de los rebaños?

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Hijo de hombre, profetiza contra los pastores(A) de Israel; profetiza y di[a] a los pastores: «Así dice el Señor Dios[b]: “¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar(B) el rebaño(C)?

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Footnotes

  1. Ezequiel 34:2 Lit., diles
  2. Ezequiel 34:2 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.

Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?

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«Tú, hombre, habla en mi nombre contra los pastores de Israel, y diles: “Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se cuidan a sí mismos! Lo que deben cuidar los pastores es el rebaño.

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10 Yo, su Señor y Dios, estoy en contra de ustedes, los pastores, y voy a pedirles cuentas de mis ovejas. Ya no voy a dejarlas al cuidado de ustedes, ni tampoco ustedes van a cuidar sólo de sí mismos; yo voy a librarlas de la boca de ustedes, para que no se las sigan comiendo.»

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10 «Así dice el Señor Dios(A): “He aquí, yo estoy contra los pastores y demandaré mi rebaño de su mano y los haré dejar de apacentar el rebaño. Así los pastores ya no se apacentarán más a sí mismos(B), sino que yo libraré mis ovejas(C) de su boca, y no serán más alimento para ellos”».

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10 Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.

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10 que yo, el Señor, les dirijo: Pastores, yo me declaro su enemigo y les voy a reclamar mi rebaño; les voy a quitar el encargo de cuidarlo, para que no se sigan cuidando ustedes mismos; rescataré a mis ovejas, para que ustedes no se las sigan comiendo.”

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15 Entonces él y toda su compañía volvieron a donde estaba el varón de Dios, y una vez delante de él dijo:

«Ahora reconozco que no hay más Dios en toda la tierra, que en Israel. Por favor, acepta algún presente de este siervo tuyo.»

16 Pero Eliseo dijo:

«Juro por el Señor, en cuya presencia estoy, que no lo voy a aceptar.»

Namán insistía en que Eliseo aceptara alguna cosa, pero él no accedió.

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15 Y regresó al hombre de Dios con[a] toda su compañía, y fue y se puso delante de él, y dijo: He aquí, ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel(A). Te ruego, pues, que recibas ahora un presente[b] de tu siervo(B). 16 Pero él respondió: Vive el Señor, delante de quien estoy(C), que no aceptaré nada(D). Y Naamán le insistió para que lo recibiera, pero él rehusó.

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Footnotes

  1. 2 Reyes 5:15 Lit., él y
  2. 2 Reyes 5:15 Lit., una bendición

15 Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. 16 Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso.

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15 Entonces él y todos sus acompañantes fueron a ver a Eliseo. Al llegar ante él, Naamán le dijo:

—¡Ahora estoy convencido de que en toda la tierra no hay Dios, sino sólo en Israel! Por lo tanto, te ruego que aceptes un regalo de este servidor tuyo.

16 Pero Eliseo le contestó:

—Juro por el Señor, que me está viendo, que no lo aceptaré.

Y aunque Naamán insistió, Eliseo se negó a aceptarlo.

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20 cuando Guejazí, el criado de Eliseo, varón de Dios, pensó: «¡Vaya! Mi señor no permitió que este sirio, Namán, le regalara lo que trajo. ¡Pues juro por el Señor, que ahora mismo voy a ir tras él para pedirle que me dé algo!»

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20 Pero Giezi, criado de Eliseo(A), el hombre de Dios, dijo para sí: He aquí, mi señor ha dispensado a este Naamán arameo al no[a] recibir de sus manos lo que él trajo. Vive el Señor(B) que correré tras él y tomaré algo de él.

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Footnotes

  1. 2 Reyes 5:20 Lit., de

20 Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de él alguna cosa.

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20 Guehazí, el criado del profeta Eliseo, pensó: «Mi señor ha dejado ir a Naamán el sirio sin aceptar nada de lo que él trajo. Juro por el Señor que voy a seguirlo rápidamente, a ver qué puedo conseguir de él.»

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22 Guejazí dijo que sí, y añadió:

«Mi señor me envía a decirte que del monte de Efraín acaban de llegar dos profetas jóvenes, y te ruega darle para ellos tres mil monedas de plata y dos vestidos nuevos.»

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22 Y él dijo: Todo está bien(A). Mi señor me ha enviado, diciendo: «He aquí, en este momento dos jóvenes de los hijos de los profetas han venido a mí de la región montañosa de Efraín(B). Te ruego que les des un talento de plata y dos mudas de ropa(C)».

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22 Y él dijo: Bien. Mi señor me envía a decirte: He aquí vinieron a mí en esta hora del monte de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego que les des un talento de plata, y dos vestidos nuevos.

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22 —No, nada —contestó Guehazí—. Pero mi amo me ha enviado a decirle a usted que acaban de llegar dos profetas jóvenes, que vienen de los montes de Efraín, y ruega a usted que les dé tres mil monedas de plata y dos mudas de ropa.

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