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23 Pero si no lo hacéis así, mirad, habréis pecado ante el Señor, y tened por seguro que vuestro pecado os alcanzará(A).

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23 Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.

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Castigo de Ananías y Safira

Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una propiedad, y se quedó con parte del precio(A), sabiéndolo también su[a] mujer; y trayendo la otra[b] parte, la puso a los pies de los apóstoles(B). Mas Pedro dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás(C) tu corazón para mentir al Espíritu Santo(D), y quedarte con parte del precio(E) del terreno? Mientras estaba sin venderse, ¿no te pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste[c] este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios(F). Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró(G); y vino un gran temor sobre todos los que lo supieron[d](H). Y los jóvenes[e] se levantaron y lo cubrieron(I), y sacándolo, le dieron sepultura.

Después de un lapso como de tres horas entró su mujer, no sabiendo lo que había sucedido. Y Pedro le preguntó[f]: Dime, ¿vendisteis el terreno en tanto? Y ella dijo: Sí, ese fue el precio[g](J). Entonces Pedro le dijo: ¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba(K) al Espíritu del Señor(L)? Mira, los pies de los que sepultaron a tu marido están a la puerta, y te sacarán también a ti. 10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró(M). Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta, y la sacaron y le dieron sepultura junto a su marido.

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Footnotes

  1. Hechos 5:2 O, con la complicidad de su
  2. Hechos 5:2 Lit., cierta
  3. Hechos 5:4 O, pusiste
  4. Hechos 5:5 Lit., oyeron
  5. Hechos 5:6 Lit., más jóvenes
  6. Hechos 5:8 Lit., respondió
  7. Hechos 5:8 Lit., en tanto

Ananías y Safira

Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.

Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. 10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.

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