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Impenitencia de Israel

¡Venid, volvámonos al Señor!
    Él nos ha despedazado, pero nos sanará;
    nos ha herido, pero nos vendará.
Después de dos días nos dará vida;
    al tercer día nos levantará,
    y así viviremos en su presencia.
Conozcamos al Señor;
    vayamos tras su conocimiento.
Tan cierto como que sale el sol,
    él habrá de manifestarse;
vendrá a nosotros como la lluvia de invierno,
    como la lluvia de primavera que riega la tierra.

«¿Qué voy a hacer contigo, Efraín?
    ¿Qué voy a hacer contigo, Judá?
Vuestro amor es como nube matutina,
    como rocío que temprano se evapora.
Por eso los hice pedazos por medio de los profetas;
    los herí con las palabras de mi boca.
    ¡Mi sentencia los fulminará como un relámpago!
Lo que pido de vosotros es amor y no sacrificios,
    conocimiento de Dios y no holocaustos.
Son como Adán:
    han quebrantado el pacto,
    ¡me han traicionado!
Galaad es una ciudad de malhechores;
    sus pisadas dejan huellas de sangre.
Una pandilla de sacerdotes
    está al acecho en el camino a Siquén
y, como banda de salteadores,
    comete toda clase de infamias.
10 En el reino de Israel
    he visto algo horrible:
Allí se prostituye Efraín
    y se mancilla Israel.

11 »¡A ti también, Judá,
    te espera la cosecha de tu maldad!

»Cuando cambie yo la suerte de mi pueblo,