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La vida es breve

(1) Del maestro de coro. De Jedutún. Salmo de David.

39 (2) Yo había prometido cuidar mi conducta,
y no pecar con mi lengua,
y ponerle un freno a mis labios
mientras hubiera malvados delante de mí.
(3) Y me hacía el mudo: no decía nada.
¡Ni siquiera hablaba de lo bueno!
Pero mi dolor iba en aumento;
(4) ¡el corazón me ardía en el pecho!
Pensando en ello, un fuego se encendió dentro de mí,
y dije entonces con voz fuerte:

(5) «Señor, hazme saber qué fin tendré
y cuánto tiempo voy a vivir,
para que comprenda cuán breve es mi vida.
(6) Me has dado una vida muy corta;
no es nada mi vida delante de ti.
¡Todo hombre dura lo que un suspiro!
(7) ¡Todo hombre pasa como una sombra!
De nada le sirve amontonar riquezas,
pues no sabe quién se quedará con ellas.
(8) Y así, Señor, ¿qué puedo ya esperar?
¡Mi esperanza está en ti!
(9) Líbrame de mis pecados;
no dejes que los necios se burlen de mí.

(10) »Me hice el mudo y no abrí la boca,
porque tú eres el que actúa.
10 (11) Aparta de mí tus golpes;
estoy acabado por los golpes de tu brazo.
11 (12) Tú corriges al hombre castigando su maldad,
y reduces a polvo lo que más ama.
¡Todo hombre es un suspiro!

12 (13) »Señor, escucha mi oración,
¡presta oído a mis lamentos!,
¡no te quedes callado ante mis lágrimas!
Yo soy para ti un extranjero,
un ave de paso, como mis antepasados.
13 (14) Deja ya de mirarme, dame un momento de respiro,
antes que me vaya y deje de existir.»

Me agrada hacer tu voluntad, Dios mío(A)

(1) Del maestro de coro. Salmo de David.

40 (2) Puse mi esperanza en el Señor,
y él se inclinó para escuchar mis gritos;
(3) me salvó de la fosa mortal,
me libró de hundirme en el pantano.
Afirmó mis pies sobre una roca;
dio firmeza a mis pisadas.
(4) Hizo brotar de mis labios un nuevo canto,
un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos
y pusieron su confianza en el Señor.
(5) ¡Feliz el hombre que confía en el Señor
y no busca a los insolentes
ni a los que adoran a dioses falsos!

(6) Señor y Dios mío,
muchas son las maravillas que tú has hecho
y las consideraciones que nos tienes.
¡Nada es comparable a ti!
Quisiera anunciarlas, hablar de ellas,
pero son más de las que puedo contar.

(7) Tú no te complaces en los sacrificios
ni en las ofrendas de cereales;
tampoco has pedido holocaustos
ni ofrendas para quitar el pecado.
En cambio, me has abierto los oídos.
(8) Por eso he dicho: Aquí estoy,
tal como el libro dice de mí.
(9) A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío;
¡llevo tu enseñanza en el corazón!
(10) En presencia de tu pueblo numeroso
he dado a conocer lo que es justo.
¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio!
10 (11) No me he quedado callado acerca de tu justicia;
he hablado de tu fidelidad y salvación.
Jamás he ocultado tu amor y tu verdad
ante tu pueblo numeroso.

11 (12) Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura!
¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad!
12 (13) Pues me han pasado tantas desgracias
que ni siquiera las puedo contar.
Me han atrapado mis propias maldades;
¡hasta he perdido la vista!
Son más que los pelos de mi cabeza,
y hasta el ánimo he perdido.

13 (14) Señor, por favor, ¡ven a librarme!
Señor, ¡ven pronto en mi ayuda!
14 (15) ¡Que sean puestos en completo ridículo
los que tratan de acabar con mi vida!
¡Que huyan en forma vergonzosa
los que quieren hacerme daño!
15 (16) ¡Que huyan avergonzados
los que se burlan de mí!
16 (17) Pero que todos los que te buscan
se llenen de alegría;
que cuantos desean tu salvación
digan siempre: «¡El Señor es grande!»

17 (18) Y a mí, que estoy pobre y afligido,
no me olvides, Señor.
Tú eres quien me ayuda y me liberta;
¡no te tardes, Dios mío!

Oración de un hombre enfermo

(1) Del maestro de coro. Salmo de David.

41 (2) Dichoso el que piensa en el débil y pobre;
el Señor lo librará en tiempos malos.
(3) El Señor lo protegerá,
le dará vida y felicidad en la tierra,
y no lo abandonará al capricho de sus enemigos.
(4) El Señor le dará fuerzas en el lecho del dolor;
¡convertirá su enfermedad en salud!

(5) Yo he dicho:
«Señor, tenme compasión;
cúrame, aunque he pecado contra ti.»
(6) Mis enemigos me desean lo peor:
«¿Cuándo morirá y se perderá su recuerdo?»
(7) Vienen a verme, y no son sinceros;
guardan en su memoria todo lo malo,
y al salir a la calle lo dan a saber.
(8) Los que me odian se juntan y hablan de mí;
piensan que estoy sufriendo por mi culpa,
(9) y dicen:
«Su enfermedad es cosa del demonio;
ha caído en cama y no volverá a levantarse.»
(10) Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba,
el que comía conmigo, se ha vuelto contra mí.
10 (11) Pero tú, Señor, tenme compasión;
haz que me levante y les dé su merecido.
11 (12) En esto conoceré que te he agradado:
en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.
12 (13) En cuanto a mí, que he vivido una vida sin tacha,
tómame en tus manos,
manténme siempre en tu presencia.

13 (14) ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
ahora y siempre!
¡Amén!

El carácter transitorio de la vida

Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

39 Yo dije: Atenderé a mis caminos,

Para no pecar con mi lengua;

Guardaré mi boca con freno,

En tanto que el impío esté delante de mí.

Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno;

Y se agravó mi dolor.

Se enardeció mi corazón dentro de mí;

En mi meditación se encendió fuego,

Y así proferí con mi lengua:

Hazme saber, Jehová, mi fin,

Y cuánta sea la medida de mis días;

Sepa yo cuán frágil soy.

He aquí, diste a mis días término corto,

Y mi edad es como nada delante de ti;

Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah

Ciertamente como una sombra es el hombre;

Ciertamente en vano se afana;

Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.

Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?

Mi esperanza está en ti.

Líbrame de todas mis transgresiones;

No me pongas por escarnio del insensato.

Enmudecí, no abrí mi boca,

Porque tú lo hiciste.

10 Quita de sobre mí tu plaga;

Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.

11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,

Y deshaces como polilla lo más estimado de él;

Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah

12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.

No calles ante mis lágrimas;

Porque forastero soy para ti,

Y advenedizo, como todos mis padres.

13 Déjame, y tomaré fuerzas,

Antes que vaya y perezca.

Alabanza por la liberación divina

(Sal. 70.1-5)

Al músico principal. Salmo de David.

40 Pacientemente esperé a Jehová,

Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;

Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.

Verán esto muchos, y temerán,

Y confiarán en Jehová.

Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,

Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;

Y tus pensamientos para con nosotros,

No es posible contarlos ante ti.

Si yo anunciare y hablare de ellos,

No pueden ser enumerados.

Sacrificio y ofrenda no te agrada;

Has abierto mis oídos;

Holocausto y expiación no has demandado.

Entonces dije: He aquí, vengo;

En el rollo del libro está escrito de mí;

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,

Y tu ley está en medio de mi corazón.(A)

He anunciado justicia en grande congregación;

He aquí, no refrené mis labios,

Jehová, tú lo sabes.

10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;

He publicado tu fidelidad y tu salvación;

No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.

11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;

Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12 Porque me han rodeado males sin número;

Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.

Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

13 Quieras, oh Jehová, librarme;

Jehová, apresúrate a socorrerme.

14 Sean avergonzados y confundidos a una

Los que buscan mi vida para destruirla.

Vuelvan atrás y avergüéncense

Los que mi mal desean;

15 Sean asolados en pago de su afrenta

Los que me dicen: ¡Ea, ea!

16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,

Y digan siempre los que aman tu salvación:

Jehová sea enaltecido.

17 Aunque afligido yo y necesitado,

Jehová pensará en mí.

Mi ayuda y mi libertador eres tú;

Dios mío, no te tardes.

Oración pidiendo salud

Al músico principal. Salmo de David.

41 Bienaventurado el que piensa en el pobre;

En el día malo lo librará Jehová.

Jehová lo guardará, y le dará vida;

Será bienaventurado en la tierra,

Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.

Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor;

Mullirás toda su cama en su enfermedad.

Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;

Sana mi alma, porque contra ti he pecado.

Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando:

¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?

Y si vienen a verme, hablan mentira;

Su corazón recoge para sí iniquidad,

Y al salir fuera la divulgan.

Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;

Contra mí piensan mal, diciendo de mí:

Cosa pestilencial se ha apoderado de él;

Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.

Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,

Alzó contra mí el calcañar.(B)

10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,

Y les daré el pago.

11 En esto conoceré que te he agradado,

Que mi enemigo no se huelgue de mí.

12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,

Y me has hecho estar delante de ti para siempre.

13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,

Por los siglos de los siglos.(C)

Amén y Amén.

Al director musical. Para Jedutún. Salmo de David.

39 Me dije a mí mismo:
«Mientras esté ante gente malvada
    vigilaré mi conducta,
    me abstendré de pecar con la lengua,
    me pondré una mordaza en la boca».
Así que guardé silencio, me mantuve callado.
    ¡Ni aun lo bueno salía de mi boca!
Pero mi angustia iba en aumento;
    ¡el corazón me ardía en el pecho!
Al meditar en esto, el fuego se inflamó
    y tuve que decir:

«Hazme saber, Señor, cuál es el final de mi vida
    y el número de mis días;
    hazme saber lo efímero que soy.
Muy breve es la vida que me has dado;
    ante ti, mis años no son nada.
    ¡El ser humano es como un soplo! Selah

»Es como una sombra que pasa.
    En vano se afana por amontonar riquezas,[a]
    pues no sabe quién se quedará con ellas.

»Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda?
    ¡Mi esperanza he puesto en ti!
Líbrame de todas mis transgresiones.
    Que los necios no se burlen de mí.
He guardado silencio; no he abierto la boca,
    pues tú eres quien actúa.
10 Aparta de mí tu azote,
    que los golpes de tu mano me aniquilan.
11 Tú reprendes a los mortales,
    los castigas por su iniquidad;
como polilla, acabas con lo que más desean.
    ¡Un soplo nada más es el mortal! Selah

12 »Señor, escucha mi oración,
    atiende a mi clamor;
    no te desentiendas de mi llanto.
Ante ti soy un extranjero,
    alguien que está de paso, como todos mis antepasados.
13 No me mires con enojo y volveré a alegrarme
    antes que me vaya y deje de existir».

(A)Al director musical. Salmo de David.

40 Puse en el Señor toda mi esperanza;
    él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
Me sacó de la fosa fatal,
    del lodo y del pantano;
puso mis pies sobre una roca,
    y me plantó en terreno firme.
Puso en mis labios un cántico nuevo,
    un himno de alabanza a nuestro Dios.
Al ver esto, muchos tuvieron miedo
    y pusieron su confianza en el Señor.

Dichoso quien
    pone su confianza en el Señor
y no recurre a los soberbios
    ni a los que se pierden tras la mentira.
Muchas son, Señor mi Dios,
    las maravillas que tú has hecho.
No es posible enumerar
    tus planes en favor nuestro.
Si quisiera anunciarlos y proclamarlos,
    serían más de lo que puedo contar.

A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas,
    pero has abierto mis oídos para oírte;
    tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.
Por eso dije: «Aquí me tienes
    —como el libro dice de mí—.
Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad;
    tu Ley la llevo dentro de mí».

En medio de la gran asamblea
    he proclamado tu justicia.
Tú bien sabes, Señor,
    que no he sellado mis labios.
10 No escondo tu justicia en mi corazón,
    sino que doy a conocer tu fidelidad y tu salvación.
No oculto en la gran asamblea
    tu gran amor y tu verdad.

11 No me niegues, Señor, tu misericordia;
    que siempre me protejan tu amor y tu verdad.
12 Muchos males me han rodeado;
    tantos son que no puedo contarlos.
Me han alcanzado mis iniquidades
    y ya ni puedo ver.
Son más que los cabellos de mi cabeza
    y mi corazón desfallece.
13 Por favor, Señor, ¡ven a librarme!
    ¡Ven pronto, Señor, en mi auxilio!

14 Que sean avergonzados y confundidos
    todos los que tratan de matarme.
Que retrocedan humillados
    todos los que desean mi ruina.
15 Que se llenen de pánico por su vergüenza
    los que se burlan de mí.
16 Pero que todos los que te buscan
    se alegren en ti y se regocijen;
que los que aman tu salvación digan siempre:
    «¡Sea el Señor exaltado!».

17 Yo soy pobre y necesitado;
    quiera el Señor tomarme en cuenta.
Tú eres mi socorro y mi libertador;
    ¡no te demores, Dios mío!

Al director musical. Salmo de David.

41 Dichoso el que piensa en el débil;
    el Señor lo librará en el día de la desgracia.
El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida;
    lo hará dichoso en la tierra
    y no lo entregará al capricho de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor;
    cuando caiga enfermo lo restaurará.

Yo he dicho:
«Señor, ten piedad de mí;
    sáname, pues contra ti he pecado».
Mis enemigos hablan males contra mí:
    «¿Cuándo morirá?
    ¿Cuándo su nombre pasará al olvido?».
Si alguno viene a verme, me dice mentiras;
    su corazón acumula maldad
    y luego al salir lo cuenta.

Todos mis enemigos se juntan y murmuran contra mí;
    me hacen responsable de mi mal. Dicen:
«Le ha afligido un mal devastador;
    de esa cama no volverá a levantarse».
Hasta mi amigo cercano,
    en quien yo confiaba
y que compartía el pan conmigo,
    se ha vuelto contra mí.

10 Pero tú, Señor, ten piedad de mí;
    haz que vuelva a levantarme para darles su merecido.
11 En esto conozco que te he agradado:
    en que mi enemigo no triunfe sobre mí.
12 Por mi integridad me sostienes
    y en tu presencia me mantendrás para siempre.

13 Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
    por los siglos de los siglos.
Amén y amén.

Notas al pie

  1. 39:6 En vano … riquezas (lectura probable); En vano hace ruido y amontona (TM).

La vida es corta

SALMO 39 (38)

Himno de David y de Jedutún.

39 Yo me había propuesto
cuidar mi conducta
y no pecar con mis palabras,
y hasta taparme la boca
en presencia de gente malvada.
Así que guardé silencio
y no dije una sola palabra.
Pero eso no me ayudó en nada,
pues mi angustia era mayor:
¡el corazón me ardía en el pecho!
Mientras más pensaba en esto,
más frustrado me sentía;
al fin abrí la boca y dije:

«Dios mío,
hazme saber cuál será mi fin,
y cuánto tiempo me queda de vida;
hazme saber cuán corta es mi vida.
Me has dado una vida muy breve,
¡tan breve que no es nada para ti!
¡Nadie dura más que un suspiro!
Nuestra vida es pasajera;
de nada nos sirve
amontonar riquezas
si al fin y al cabo
otros se quedarán con ellas.

»Siendo esto así, Dios mío,
¿qué es lo que puedo esperar?
¡En ti he puesto mi esperanza!
Líbrame de todos mis pecados;
¡no dejes que esos necios
se burlen de mí!

»Yo he guardado silencio,
no he abierto la boca;
¡nadie puede pedirte cuentas
de lo que decides hacer!
10 Deja ya de castigarme,
pues tus golpes me aniquilan.
11 Tú castigas a la gente
y corriges su maldad;
destruyes como polilla
lo que ellos más valoran.
¡Nadie dura más que un suspiro!

12 »Dios mío,
oye mi oración,
escucha mi queja,
no desatiendas mi llanto.
Para ti soy un peregrino;
estoy de paso por esta vida,
como mis antepasados.
13 Ya no me mires así,
y antes de abandonar este mundo
dame un poco de alegría».

Dios es mi libertador

SALMO 40 (39)

Himno de David.

40 Toda mi esperanza
la tengo puesta en Dios,
pues aceptó atender mis ruegos.
Mi vida corría peligro,
y él me libró de la muerte;
me puso sobre una roca,
me puso en lugar seguro.
Me enseñó un nuevo himno
para cantarle alabanzas.
Muchos, al ver esto,
se sintieron conmovidos
y confiaron en mi Dios.

Dios bendice
a los que en él confían,
a los que rechazan a los orgullosos
que adoran dioses falsos.

Mi Señor y Dios,
me faltan palabras para contar
los muchos planes y maravillas
que has hecho en nuestro favor.
Quisiera mencionarlos todos,
pero me resulta imposible.

Tú no pides sacrificios
a cambio de tu perdón;
tan sólo nos pides obediencia.
Por eso te he dicho:
«Aquí me tienes».
Así me lo enseña
la Ley de Moisés.
Dios mío,
cumplir tu voluntad
es mi más grande alegría;
¡tus enseñanzas las llevo
muy dentro de mí!

9-10 Dios mío, tú bien sabes
que no he guardado silencio.
Siempre he dicho que eres justo.
A todo el mundo le he dicho
que tú eres fiel y salvas.
No le he ocultado a tu pueblo
tu gran fidelidad.
11 Y tú, Dios mío,
no me dejes sin tus cuidados;
por tu gran fidelidad,
nunca dejes de protegerme.
12 Son tantas mis maldades
que no las puedo contar;
me dominan,
me tienen acorralado,
ya no puedo ver,
ya no me quedan fuerzas.
¡Tengo más pecados
que pelos en la cabeza!

13 Dios mío,
¡líbrame, por favor!,
¡ven pronto en mi ayuda!
14 Confunde y avergüenza
a todos los que quieren matarme;
haz que huyan derrotados
todos los que desean mi mal;
15 derrota y avergüenza
a los que se burlan de mí.
16 Pero deja que se alegren
los que en tu templo te adoran;
que digan siempre
los que aman tu salvación:
«¡Nuestro Dios es poderoso!»

17 Y a mí, Señor y Dios,
¡no me olvides,
pues estoy pobre e indefenso!
No te tardes,
pues tú eres quien me ayuda;
¡tú eres mi libertador!

Devuélveme la salud

SALMO 41 (40)

Himno de David.

41 Dios bendice
a los que cuidan de los pobres,
y los pondrá a salvo
cuando vengan las dificultades.
Los cuidará y les dará vida,
los hará vivir felices
en la tierra prometida
y no dejará que sus enemigos
les hagan ningún daño.
Cuando se enfermen,
Dios les dará fuerzas
y les devolverá la salud.

Yo le he pedido a Dios:
«Tenme compasión;
devuélveme la salud,
pues he pecado contra ti».
Mis enemigos desean mi mal,
y hasta dicen:
«¡Ya quisiéramos verlo muerto,
para que todos lo olviden!»

Cuando vienen a visitarme
sólo me traen chismes;
y cuando se van
salen hablando de mí.

Mis enemigos se juntan
con la idea de perjudicarme;
con las peores intenciones
hablan mal de mí:
«Está en cama,
y no volverá a levantarse.
¡Un demonio lo ha atacado!»

Hasta mi mejor amigo,
en quien yo más confiaba,
y con quien compartía mi pan,
se ha puesto en contra mía.

10 Pero tú, Dios mío,
compadécete de mí;
¡devuélveme la salud,
y les daré su merecido!
11 Yo estaré seguro
de haberte complacido
cuando mis enemigos se den cuenta
que he salido victorioso.
12 Tú siempre me sostendrás
y me mantendrás en tu presencia,
porque soy inocente.

13 ¡Bendito sea el Dios de Israel,
ayer, hoy y siempre!
¡Así sea!

Vanidad de la vida

Para el director del coro, para Jedutún[a]. Salmo de David.

39 Yo dije: Guardaré mis caminos(A),
para no pecar con mi lengua(B);
guardaré mi boca como con mordaza(C),
mientras el impío esté en mi presencia.
Enmudecí y callé[b](D);
guardé silencio aun acerca de lo bueno,
y se agravó mi dolor[c].
Ardía mi corazón dentro de mí(E);
mientras meditaba, se encendió[d] el fuego;
entonces dije con mi lengua:
Señor, hazme saber mi fin(F),
y cuál es la medida de mis días,
para que yo sepa cuán efímero[e] soy(G).
He aquí, tú has hecho mis días muy breves[f](H),
y mi existencia es como nada delante de ti(I);
ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor[g], es solo un soplo[h](J). (Selah[i])
Sí, como una sombra[j] anda el hombre(K);
ciertamente en vano se afana[k](L);
acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá(M).

Y ahora, Señor, ¿qué espero?
En ti está mi esperanza(N).
Líbrame de todas mis transgresiones(O);
no me hagas la burla[l] de los necios(P).
Mudo me he quedado(Q), no abro la boca,
porque tú eres el que ha obrado(R).
10 Quita de mí tu plaga(S);
por la dureza de tu mano estoy pereciendo[m](T).
11 Con castigos corriges al hombre por su iniquidad(U);
como la polilla, consumes lo que es más precioso para él(V);
ciertamente, todo hombre es solo un soplo(W). (Selah)

12 Escucha mi oración, oh Señor, y presta oído a mi clamor(X);
no guardes silencio ante mis lágrimas(Y);
porque extranjero soy junto a ti(Z),
peregrino, como todos mis padres(AA).
13 Aparta de mí tu mirada(AB), para poder alegrarme,
antes de que me vaya de aquí[n], y ya no exista.

Dios sustenta a su siervo

Para el director del coro. Salmo de David.

40 Al Señor esperé pacientemente(AC),
y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor(AD).
Me sacó del hoyo de la destrucción(AE), del lodo cenagoso;
asentó mis pies sobre una roca[o](AF) y afirmó mis pasos(AG).
Puso en mi boca un cántico nuevo(AH), un canto de alabanza a nuestro Dios;
muchos verán esto, y temerán(AI),
y confiarán en el Señor.

Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el Señor su confianza[p](AJ),
y no se ha vuelto a los soberbios(AK) ni a los que caen en falsedad(AL).
Muchas son, Señor, Dios mío, las maravillas que tú has hecho(AM),
y muchos tus designios[q] para con nosotros(AN);
nadie hay que se compare contigo;
si los anunciara, y hablara de ellos,
no podrían ser enumerados[r](AO).

Sacrificio[s] y ofrenda de cereal no has deseado;
has abierto[t] mis oídos;
holocausto y ofrenda por el pecado[u] no has requerido(AP).
Entonces dije: He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de[v] mí;
me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío(AQ);
tu ley está dentro de mi corazón[w](AR).

He proclamado buenas nuevas de justicia en la gran congregación(AS);
he aquí, no refrenaré mis labios(AT),
oh Señor, tú lo sabes(AU).
10 No he escondido tu justicia dentro de mi corazón(AV);
he proclamado tu fidelidad y tu salvación(AW);
no he ocultado a la gran congregación tu misericordia y tu fidelidad[x].

11 Tú, oh Señor, no retengas tu compasión[y] de mí;
tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente(AX),
12 porque me rodean males sin número(AY);
mis iniquidades me han alcanzado(AZ), y no puedo ver;
son más numerosas que los cabellos de mi cabeza(BA),
y el corazón me falla[z](BB).

13 (BC)Ten a bien, oh Señor, libertarme;
apresúrate, Señor, a socorrerme(BD).
14 Sean avergonzados y humillados a una(BE)
los que buscan mi vida[aa] para destruirla(BF);
sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia
los que se complacen en mi mal[ab].
15 Queden atónitos a causa de su vergüenza(BG)
los que me dicen: ¡Ajá, ajá(BH)!
16 Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan;
que digan continuamente: ¡Engrandecido sea el Señor(BI)!
los que aman tu salvación.
17 Por cuanto yo estoy afligido y necesitado(BJ),
el Señor me tiene en cuenta(BK).
Tú eres mi socorro y mi libertador;
Dios mío, no te tardes.

Oración en la enfermedad y en la tristeza

Para el director del coro. Salmo de David.

41 Bienaventurado el que piensa en el pobre[ac](BL);
en el día del mal[ad] el Señor lo librará(BM).
El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida(BN),
y será bienaventurado[ae] sobre la tierra(BO);
y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos(BP).
El Señor lo sostendrá en su lecho de enfermo;
en su enfermedad, restaurarás su salud[af].

Yo dije: Oh Señor, ten piedad de mí;
sana mi alma(BQ), porque contra ti he pecado(BR).
Mis enemigos hablan mal contra mí(BS), diciendo:
¿Cuándo morirá y perecerá su nombre?
Y si alguno viene a verme, habla falsedades[ag](BT);
su corazón recoge iniquidad para sí;
cuando sale fuera, lo publica.
Todos los que me odian murmuran a una contra mí;
traman hacerme daño(BU), diciendo:
Una cosa del demonio[ah] ha sido derramada sobre[ai] él,
así que cuando se acueste, no volverá a levantarse(BV).
Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba,
el que de mi pan comía,
contra mí ha levantado su calcañar(BW).

10 Pero tú, oh Señor, ten piedad de mí y levántame(BX),
para que yo les pague como se merecen.
11 Por esto sé que conmigo te complaces(BY),
porque mi enemigo no canta victoria[aj] sobre mí(BZ).
12 En cuanto a mí, me mantienes en mi integridad(CA),
y me afirmas en tu presencia para siempre(CB).

13 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
desde la eternidad hasta la eternidad.
Amén y amén(CC).

Notas al pie

  1. Salmos 39:1 Véase 1 Crón. 16:41; Sal. 62 y 77
  2. Salmos 39:2 Lit., Enmudecí con silencio
  3. Salmos 39:2 O, pesar
  4. Salmos 39:3 O, ardió
  5. Salmos 39:4 O, frágil
  6. Salmos 39:5 Lit., como palmos
  7. Salmos 39:5 Lit., cuando está firme
  8. Salmos 39:5 O, es completa vanidad
  9. Salmos 39:5 Posiblemente, Pausa, Crescendo, o Interludio
  10. Salmos 39:6 O, imagen
  11. Salmos 39:6 O, se alborota
  12. Salmos 39:8 O, el escarnio
  13. Salmos 39:10 O, me estoy consumiendo
  14. Salmos 39:13 I.e., antes de que muera
  15. Salmos 40:2 O, un peñón
  16. Salmos 40:4 O, que ha hecho al Señor su confianza
  17. Salmos 40:5 O, pensamientos
  18. Salmos 40:5 Lit., serían demasiados para contar
  19. Salmos 40:6 I.e., Sacrificio de sangre
  20. Salmos 40:6 O, perforado
  21. Salmos 40:6 O, de expiación
  22. Salmos 40:7 O, se ha ordenado para
  23. Salmos 40:8 Lit., de mis entrañas
  24. Salmos 40:10 O, verdad
  25. Salmos 40:11 Lit., tus compasiones
  26. Salmos 40:12 Lit., abandona
  27. Salmos 40:14 Lit., alma
  28. Salmos 40:14 O, en hacerme daño
  29. Salmos 41:1 O, desvalido
  30. Salmos 41:1 O, de la angustia
  31. Salmos 41:2 O, será llamado bienaventurado
  32. Salmos 41:3 Lit., cambias toda su cama
  33. Salmos 41:6 O, frivolidades
  34. Salmos 41:8 Heb., Belial
  35. Salmos 41:8 O, dentro de
  36. Salmos 41:11 O, no grita en triunfo