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La importancia de la sabiduría

Hijos míos, escuchen las enseñanzas de su papá;
    presten atención para que adquieran inteligencia,
porque lo que yo les enseño es bueno e importante,
    así que nunca olviden mis enseñanzas.
Yo también fui joven;
    era el pequeño de papá y el hijo querido de mamá.
Mi papá me enseñaba y me decía:
    «Recuerda lo que te digo,
    obedece mis mandamientos y vivirás.
Consigue sabiduría y entendimiento;
    no olvides mis palabras
    y sigue siempre mis enseñanzas.
No te alejes de la sabiduría,
    pues ella te protegerá;
    ama la sabiduría y ella cuidará de ti».

El primer paso para ser sabio es tomar la decisión de adquirir sabiduría.
    Así que usa todo lo que tengas para obtener sabiduría y la conseguirás.
Ama la sabiduría y ella te engrandecerá;
    haz que ella sea lo más importante y te dará honor.
Ella adornará tu cabeza con una corona hermosa
    y la rodeará con una diadema gloriosa.

Anda por el camino de la sabiduría

10 Hijo, escúchame,
    haz lo que te digo y tendrás larga vida.
11 Te conduzco por el camino de la sabiduría,
    te guío por el camino correcto.
12 Sigue ese camino y tus pies no caerán en ninguna trampa;
    aun cuando corras, no caerás.
13 Recuerda siempre estas lecciones y no las olvides nunca,
    porque ellas son tu vida.
14 No sigas el camino de los perversos,
    ni trates de ser como ellos.
15 Aléjate del mal, no te acerques a él;
    pasa de largo y no te detengas.
16 Los perversos no descansan hasta hacer el mal
    y no pueden dormir hasta que no le hacen daño a alguien.
17 Su comida es la maldad
    y su bebida la violencia.
18 El camino de los justos es como la luz del amanecer,
    que cada vez brilla más hasta que se hace de día.
19 En cambio, el camino de los perversos es como las tinieblas;
    no saben con qué tropiezan.

20 Hijo mío, presta atención a lo que te digo
    y escucha atentamente mis palabras.
21 No las pierdas de vista,
    tenlas siempre presente.
22 Ellas dan vida a los que las escuchan;
    son como la salud para el cuerpo.
23 Ante todo, cuida tus pensamientos
    porque ellos controlan tu vida.
24 No permitas que salgan falsedades de tu boca
    ni que tus labios digan mentiras.
25 Mira siempre hacia adelante,
    fija tu mirada en lo que está frente a ti.
26 Fíjate bien dónde pones los pies
    y todos tus caminos serán seguros.
27 No te desvíes a ningún lado,
    aparta tu pie de la maldad.

Beneficios de la sabiduría

Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,

Y estad atentos, para que conozcáis cordura.

Porque os doy buena enseñanza;

No desamparéis mi ley.

Porque yo también fui hijo de mi padre,

Delicado y único delante de mi madre.

Y él me enseñaba, y me decía:

Retenga tu corazón mis razones,

Guarda mis mandamientos, y vivirás.

Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;

No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;

No la dejes, y ella te guardará;

Ámala, y te conservará.

Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;

Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.

Engrandécela, y ella te engrandecerá;

Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.

Adorno de gracia dará a tu cabeza;

Corona de hermosura te entregará.

10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones,

Y se te multiplicarán años de vida.

11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado,

Y por veredas derechas te he hecho andar.

12 Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos,

Y si corrieres, no tropezarás.

13 Retén el consejo, no lo dejes;

Guárdalo, porque eso es tu vida.

14 No entres por la vereda de los impíos,

Ni vayas por el camino de los malos.

15 Déjala, no pases por ella;

Apártate de ella, pasa.

16 Porque no duermen ellos si no han hecho mal,

Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.

17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos;

18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,

Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

19 El camino de los impíos es como la oscuridad;

No saben en qué tropiezan.

20 Hijo mío, está atento a mis palabras;

Inclina tu oído a mis razones.

21 No se aparten de tus ojos;

Guárdalas en medio de tu corazón;

22 Porque son vida a los que las hallan,

Y medicina a todo su cuerpo.

23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;

Porque de él mana la vida.

24 Aparta de ti la perversidad de la boca,

Y aleja de ti la iniquidad de los labios.

25 Tus ojos miren lo recto,

Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.

26 Examina la senda de tus pies,(A)

Y todos tus caminos sean rectos.

27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;

Aparta tu pie del mal.