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Lecciones para la vida diaria

Hijo mío, si has salido fiador por la deuda de un amigo
    o has aceptado garantizar la deuda de un extraño,
si quedaste atrapado por el acuerdo que hiciste
    y estás enredado por tus palabras,
sigue mi consejo y sálvate,
    pues te has puesto a merced de tu amigo.
Ahora trágate tu orgullo;
    ve y suplica que tu amigo borre tu nombre.
No postergues el asunto; ¡hazlo enseguida!
    No descanses hasta haberlo realizado.
Sálvate como una gacela que escapa del cazador,
    como un pájaro que huye de la red.

Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas.
    ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio!
A pesar de que no tienen príncipe
    ni gobernador ni líder que las haga trabajar,
se esfuerzan todo el verano,
    juntando alimento para el invierno.
Pero tú, holgazán, ¿hasta cuándo seguirás durmiendo?
    ¿Cuándo despertarás?
10 Un rato más de sueño, una breve siesta,
    un pequeño descanso cruzado de brazos.
11 Entonces la pobreza te asaltará como un bandido;
    la escasez te atacará como un ladrón armado.

12 ¿Cómo son las personas despreciables y perversas?
    Nunca dejan de mentir;
13 demuestran su engaño al guiñar con los ojos,
    al dar golpes suaves con los pies o hacer gestos con los dedos.
14 Sus corazones pervertidos traman el mal,
    y andan siempre provocando problemas.
15 Sin embargo, serán destruidos de repente,
    quebrantados en un instante y sin la menor esperanza de recuperarse.

16 Hay seis cosas que el Señor odia,
    no, son siete las que detesta:
17 los ojos arrogantes,
    la lengua mentirosa,
    las manos que matan al inocente,
18 el corazón que trama el mal,
    los pies que corren a hacer lo malo,
19 el testigo falso que respira mentiras
    y el que siembra discordia en una familia.

20 Hijo mío, obedece los mandatos de tu padre,
    y no descuides la instrucción de tu madre.
21 Guarda siempre sus palabras en tu corazón;
    átalas alrededor de tu cuello.
22 Cuando camines, su consejo te guiará.
    Cuando duermas, te protegerá.
    Cuando despiertes, te orientará.
23 Pues su mandato es una lámpara
    y su instrucción es una luz;
su disciplina correctiva
    es el camino que lleva a la vida.
24 Te protegerán de la mujer inmoral,
    de la lengua suave de la mujer promiscua.
25 No codicies su belleza;
    no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan.
26 Pues una prostituta te llevará a la pobreza,[a]
    pero dormir con la mujer de otro hombre te costará la vida.
27 ¿Acaso puede un hombre echarse fuego sobre las piernas
    sin quemarse la ropa?
28 ¿Podrá caminar sobre carbones encendidos
    sin ampollarse los pies?
29 Así le sucederá al hombre que duerme con la esposa de otro hombre.
    El que la abrace no quedará sin castigo.

30 Tal vez haya excusas para un ladrón
    que roba porque se muere de hambre.
31 Pero si lo atrapan, deberá pagar siete veces la cantidad que robó,
    aunque tenga que vender todo lo que hay en su casa.
32 Pero el hombre que comete adulterio es un necio total,
    porque se destruye a sí mismo.
33 Será herido y deshonrado.
    Su vergüenza no se borrará jamás.
34 Pues el marido celoso de la mujer se enfurecerá,
    y no tendrá misericordia cuando se cobre venganza.
35 No aceptará ninguna clase de compensación
    ni habrá suma de dinero que lo satisfaga.

Footnotes

  1. 6:26 En hebreo te reducirá a un pedazo de pan.

Piensa antes de actuar

Querido jovencito,
si algún amigo te pide
que respondas por él
y te comprometas
a pagar sus deudas,
no aceptes ese compromiso,
pues caerás en la trampa.
No dejes que tu amigo te atrape;
¡mejor ponte a salvo!
Te recomiendo que vayas a verlo
y le ruegues que no te comprometa.
Que no te agarren de tonto;
mejor ponte a salvo,
como huyen del cazador,
las aves y los venados.

No seas perezoso

¡Vamos, joven perezoso,
fíjate en la hormiga!
¡Fíjate en cómo trabaja,
y aprende a ser sabio como ella!
La hormiga no tiene jefes,
ni capataces ni gobernantes,
pero durante la cosecha
recoge su comida y la guarda.

Jovencito perezoso,
¿cuánto más seguirás durmiendo?,
¿cuándo vas a despertar?
10 Te duermes un poco,
te tomas la siesta,
tomas un descansito
y te cruzas de brazos...
11 ¡Así acabarás
en la más terrible pobreza!

No seas mentiroso

12 Hay gente mala y sinvergüenza
que anda contando mentiras;
13 para engañar a los otros,
guiña el ojo,
apunta con los dedos,
y hace señas con los pies.
14 Esa gente sólo piensa hacer lo malo,
y siempre anda provocando pleitos.
15 Por eso la desgracia
vendrá sobre ellos de repente;
cuando menos lo esperen,
serán destruidos sin remedio.

No provoques peleas

16 Hay seis clases de gente,
y puede añadirse una más
que Dios no puede soportar:
17 La gente orgullosa,
la gente violenta,
la gente mentirosa,
18 la gente malvada,
la gente ansiosa de hacer lo malo,
19 la gente que miente en un juicio,
y la que provoca pleitos familiares.

Cuidado con la mujer infiel

20 Querido jovencito,
cumple al pie de la letra
con los mandamientos de tu padre
y con las enseñanzas de tu madre.
21 Grábatelos en la memoria,
y tenlos siempre presentes;
22 te mostrarán el camino a seguir,
velarán tu sueño mientras duermes,
y hablarán contigo cuando despiertes.
23 Los mandamientos y las enseñanzas
son como una lámpara encendida;
la corrección y la disciplina
te mostrarán cómo debes vivir;
24 te cuidarán de la mujer infiel,
que con palabras dulces te convence.
25 No pienses en esa malvada;
no te dejes engañar por su hermosura
ni te dejes cautivar por su mirada.
26 Por una prostituta
puedes perder la comida,
pero por la mujer de otro
puedes perder la vida.

27 Si te echas brasas en el pecho,
te quemarás la ropa;
28 si caminas sobre brasas,
te quemarás los pies;
29 si te enredas con la esposa de otro,
no quedarás sin castigo.

30 No se ve mal que un ladrón
robe para calmar su hambre,
31 aunque si lo sorprenden robando
debe devolver siete veces
el valor de lo robado;
a veces tiene que pagar
con todas sus posesiones.
32-33 Pero el que se enreda
con la mujer de otro
comete la peor estupidez:
busca golpes,
encuentra vergüenzas,
¡y acaba perdiendo la vida!
34 Además, el marido engañado
da rienda suelta a su furia;
si de vengarse se trata,
no perdona a nadie.
35 Un marido ofendido
no acepta nada a cambio;
no se da por satisfecho
ni con todo el oro del mundo.