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Invitación de la sabiduría

La mujer Sabiduría construyó su casa
    y puso siete columnas[a] en ella,
cocinó carne, preparó vino
    y colocó la comida sobre su mesa.
Luego envió a sus criadas a gritar
    desde el punto más alto de la ciudad:
«Vengan ustedes los que necesitan aprender».
    También invitó a los torpes y dijo:
«Vengan, coman el alimento de mi sabiduría
    y beban el vino que he preparado.
Dejen de ser ignorantes y vivirán;
    sigan el camino de la inteligencia».

El que corrige al burlador o reprende al perverso,
    sólo ganará insultos y desprecio.
No reprendas al arrogante porque terminará odiándote;
    corrige al sabio y te respetará.
Enséñale al sabio y se hará más sabio;
    da instrucción al justo y aumentará su saber.
10 La sabiduría comienza con el respeto al SEÑOR;
    aprender acerca del Santo es tener inteligencia.
11 Gracias a mí se alargará tu existencia;
    tu vida aumentará muchos años.
12 Si eres sabio, lo eres para tu propio bienestar;
    pero si eres arrogante, sólo tú sufrirás las consecuencias.

13 En cambio, la mujer Necedad es escandalosa,
    estúpida e ignorante.
14 Se sienta en su silla, afuera de su casa,
    en lo más alto de la ciudad
15 y llama a la gente que pasa por allí.
    Nadie le presta atención, pero ella dice:
16 «Vengan los que necesiten aprender».
    Y manda decir a los torpes:
17 «El agua robada sabe mejor;
    el pan que se come a escondidas es más sabroso».
18 Pero ellos no saben que allí reina la muerte,
    que sus invitados están ahora en lo más profundo del lugar de los muertos.

Footnotes

  1. 9:1 siete columnas En Israel muchas casas tenían cuatro habitaciones principales con siete columnas para sostener el techo. Esto demuestra que la sabiduría tenía una casa buena y sólida.

La Sabiduría y la mujer insensata

La sabiduría edificó su casa,

Labró sus siete columnas.

Mató sus víctimas, mezcló su vino,

Y puso su mesa.

Envió sus criadas;

Sobre lo más alto de la ciudad clamó.

Dice a cualquier simple: Ven acá.

A los faltos de cordura dice:

Venid, comed mi pan,

Y bebed del vino que yo he mezclado.

Dejad las simplezas, y vivid,

Y andad por el camino de la inteligencia.

El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;

El que reprende al impío, se atrae mancha.

No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca;

Corrige al sabio, y te amará.

Da al sabio, y será más sabio;

Enseña al justo, y aumentará su saber.

10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,(A)

Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.

11 Porque por mí se aumentarán tus días,

Y años de vida se te añadirán.

12 Si fueres sabio, para ti lo serás;

Y si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.

13 La mujer insensata es alborotadora;

Es simple e ignorante.

14 Se sienta en una silla a la puerta de su casa,

En los lugares altos de la ciudad,

15 Para llamar a los que pasan por el camino,

Que van por sus caminos derechos.

16 Dice a cualquier simple: Ven acá.

A los faltos de cordura dijo:

17 Las aguas hurtadas son dulces,

Y el pan comido en oculto es sabroso.

18 Y no saben que allí están los muertos;

Que sus convidados están en lo profundo del Seol.