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Corona de los viejos son los hijos de los hijos;

Y la honra de los hijos, sus padres.

No conviene al necio la altilocuencia:

¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!

Piedra preciosa es el cohecho en ojos de sus dueños:

A donde quiera que se vuelve, da prosperidad.

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